Donostia. Zumaia da esta mañana el pistoletazo al pelotón amateur, que si en una categoría es serpiente multicolor, lo es en esta, que reúne a corredores de lo más variopinto: desde el juvenil que sabe que seguirá corriendo un año o dos, al aspirante a dar el salto al profesionalismo, que es la ilusión de muchos, el sueño de todos y el logro de un puñado; desde el estudiante que se entrena a la salida de clase con un farolillo y los macarrones en el gaznate, al pseudoprofesional sin sueldo cuya única preocupación es que no se le olvide que tiene hora con el masajista; desde el joven que empieza con ilusión e ingenuidad, al veterano que sabe que el camino al profesionalismo lo tiene cerrado (salvo milagro o trifásico) pero la bicicleta le permite sacarse unos euritos para no pedir en casa a los veintitantos. Todos ellos, con sus ambiciones, sus anhelos y, por supuesto, su derecho, quedarán repartidos entre los catorce equipos que volverán a dar forma al pelotón aficionado vasco.
La temporada mantiene el volumen de pruebas del año pasado, que gravitará entre las 29 carreras del Torneo Euskaldun y las 26 del Lehendakari Txapelketa. Por su parte, la Copa de España seguirá teniendo tres de sus ocho pruebas en Gipuzkoa, y las tres de enorme nivel, tanto organizativo como participativo: Aiztondo Klasikoa, Memorial Valenciaga y Santikutz Proba. Beasain y Mungia albergarán también sendas clásicas, mientras que la Vuelta al Bidasoa y la Vuelta a Navarra volverán a ser las únicas pruebas por etapas, junto al formato challenge de los Tres Días de Álava.
El calendario, sin embargo, va a contar con un cambio trascendental en el Lehendakari Txapelketa, que dejará de ser sub’21 para acoger a corredores sub’23, lo que ha llevado a suprimir el Torneo Sub’23 propiamente dicho. Con esta medida, la Federación Vasca pretende potenciar esta categoría, al tiempo que asegurarse unos pelotones más amplios en el Lehendakari, dado que podrán disputarlo corredores entre 19 y 22 años, y no solo de primer y segundo año.
Los grandes perjudicados son los equipos más modestos que se nutren de jóvenes corredores formados en sus categorías inferiores, como Belca-Oriako, Galdiano-Zarauztarra u Opel Ibaigane-Arratiako, para los que el Lehendakari de toda la vida les permitía el alivio de sacar la cabeza tras ir con el gancho en el resto de carreras. Sobra decir que cuando un ciclista de estas formaciones despunta, suele acabar en otra escuadra más potente, con lo que los clubes que han realizado el trabajo sucio en la base poco podrán disfrutar de sus corredores en el escaparate amateur, la antesala al profesionalismo.
Para paliar esta medida y, de algún modo, amortiguar el choque que para muchos chavales supone el salto de juveniles a aficionados, por un lado la Vasca ha creado el Torneo Apertura, que constará de tres pruebas sub’21 al principio de temporada. Por otro, la Federación Guipuzcoana da la opción a los sub’23 de primer año a que compitan en el calendario junior de Gipuzkoa hasta julio. Sin embargo, en un sondeo pulsado por este periódico, no parece que la medida será muy recurrida por la treintena de debutantes de Gipuzkoa.
El Torneo Euskaldun, por su parte, estará limitado a ciclistas con un máximo de 28 años. De esta forma, un corredor amateur de 29 años -los casos son contados- está abocado a colgar la bicicleta o a matar el gusanillo competitivo en las pocas pruebas másters de nuestras carreteras -la mayoría, por cierto, en Navarra-. La pregunta, quizá, sea qué mal hace un corredor de 29 años. Que sabe demasiado, suele ser la respuesta. ¿Acaso se es tonto con 24, 26 o con 20 años? Quizá algún día haya que echar mano de los abueletes, porque, desgraciadamente, no andamos sobrados de corredores.
Caja Rural, el faro El pelotón mantendrá las mismas catorce formaciones de la pasada temporada, lo cual no es poco hoy en día, cuando tanto se lleva el virgencita, virgencita... Navarra aporta la mayor parte de equipos. Con solo tres vascos, Caja Rural parece llamado a liderar el ranking de victorias, pues para ello dispone de cantidad y calidad, reunida al reclamo de un paso al primer equipo. Azysa-Conor -más rejuvenecido y con el campeón estatal sub’23, Albert Torres- y Lizarte mantienen bloques compensados a tener en cuenta. Telco-Conor-Reyno de Navarra y Latorre-Palplastic presentan proyectos menos ambiciosos.
En Gipuzkoa, Bidelan-Kirolgi figura en lo alto de su pirámide, en cuya base continúan Belca, Debabarrena y el apuntalado Galdiano. El Naturgas, primer peldaño de Orbea y Euskaltel-Euskadi, da presencia al ciclismo alavés. El vizcaino apuesta por plantillas jóvenes. Cafés Baqué y, sobre todo, Seguros Bilbao, tienen valores interesantes, Koplad Uni2 también confía en dejarse ver, e Ibaigane sigue fiel a su cantera.
Y en los volantes, estarán exprofesionales como Jon Odriozola y Josean Garrido (Bidelan), David Etxebarria (Koplad), Rubén Gorospe, Marino Lejarreta y Joseba Beloki (Baqué), Luis Vicente Otín (Azysa), Gorka González e Iban Iriondo (Galdiano) o César Solaun (Seguros Bilbao), que algo tendrán que aportar en este sueño.