Donostia. "¡Esto es increíble!", repetía una y otra vez Markel Irizar (RadioShack) tras cruzar la meta de Antequera en decimonovena posición. Lo hizo en el mismo segundo que Jurgen Van den Broeck, su gran amenaza, y por tanto se hizo con la Vuelta a Andalucía, escoltado en el podio por dos guardaespaldas de lujo: el belga del Omega y su compañero Levi Leipheimer.
"¡Ya ves a qué dos he dejado atrás!", afirmó el oñatiarra. "El primer día ni se me pasaba por la cabeza ganar la vuelta. Vine con idea de hacer una buena contrarreloj, pero cuando vi el recorrido se me quitaron las ganas. Sin embargo, aunque no sentí que fuera bien, me salió una buena crono y no gané por centésimas. Y ahora, sorprendentemente, gracias al equipo, he podido mantener el liderato", reconoció Markel.
El guipuzcoano salvó con nota el principal escollo de ayer, la dura cuesta de Miraflores, ya en el último kilómetro, y también el repecho que conducía a la meta, donde Óscar Freire (Rabobank) firmó su segundo triunfo seguido, por delante de Samuel Sánchez (Euskaltel-Euskadi) y Jonathan Hivert (Saur).
Antes, el RadioShack debió trabajar para neutralizar a Xabier Zabalo (Orbea), Cyril Bessy (Saur), Jan Barta (NetApp) y David Bernabéu (Andalucía-Caja Granada), que en la general estaba a solo 31 segundos del líder. Se fugaron en el kilómetro 30, y la neutralización no llegó hasta a falta de poco más de 3 kilómetros. Después, Irizar respondió y se hizo con su segunda victoria profesional, tras la contrarreloj del Tour de Poitou-Charentes, en 2010.
Tras seis temporadas en Euskaltel-Euskadi, Markel Irizar ha explotado en sus dos campañas en el RadioShack. "Sobre todo he cambiado la mentalidad. Aquí nos hacen sentirnos como una familia, te dan tranquilidad y confianza, y consiguen que des lo mejor de ti".
Irizar es el octavo vasco que gana la Vuelta a Andalucía-Ruta del Sol. Antes lo hicieron: Ricardo Montero (1925), José Antonio Momeñe (1962), Antón Barrutia (1963), Jesús Aranzabal (1966), Ramón Mendiburu (1967), Julián Gorospe (1984 y 1993) y Roberto Lezaun (1991). "Ganar esta carrera, con el nivel que había, me hace muy feliz. Pero, casi más que por mí, por mis propios compañeros, que durante estos cuatro días han trabajado mucho para mí", valoró Irizar. El manager del equipo, Johan Bruyneel, encontró "lógico" esa labor de gallos como Leipheimer, Zubeldia o Brajkovic: "Markel es el gregario perfecto: siempre está dispuesto a trabajar, nunca se queja y siempre sonríe. Da mucha alegría y es muy querido, por lo que era normal que sus compañeros hayan trabajado a gusto para él". El belga subrayó que "muchos pensaron que cuando le fiché fue porque había sufrido la misma enfermedad que Lance Armstrong (un cáncer testicular), pero lo hicimos porque era un buen corredor y Haimar Zubeldia me lo recomendó".
Pese a tanto halago, el oñatiarra no reivindica galones. "Soy consciente de cuál es mi rol. Ahora correré la París-Niza, y volveré a mi función, que será trabajar para Leipheimer, Klöden y Brajkovic"... pero con una vuelta en el zurrón.