Donostia. Llegó la séptima derrota consecutiva, según lo previsto. Visitar el feudo de un Cajasol al alza no era ni el momento ni el lugar para poner fin a la dinámica negativa de este endeble Lagun Aro GBC, que cayó por un claro 73-61. Al menos, el equipo de Laso mejoró su actitud defensiva respecto a la mostrada hace siete días -tampoco era difícil hacerlo-, pero no tuvo ninguna opción de poner fin a su caída libre. Los 73 puntos encajados son una cifra aceptable, pero su pobrísimo 20/49 en tiros de campo, los quince balones perdidos y los quince rebotes ofensivos que concedió al Cajasol fueron unos lastres demasiado pesados. Así es imposible ganar, y menos fuera de casa. La única noticia buena del día llegó desde Menorca, próximo visitante del Donostia Arena, que perdió de forma abultada ante el Joventut y sigue dejando el margen sobre el descenso en dos victorias. Así están las cosas, el consuelo hay que encontrarlo en otras canchas porque el Lagun Aro no detiene su crisis de juego y resultados.
Ojalá la mejoría defensiva sea el primer paso hacia la recuperación del equipo. Pero hará falta algo más para que esta segunda parte de la temporada no sea una agonía, porque con el juego de ayer probablemente se pueda derrotar al Menorca, al Granada o al Manresa, pero no a muchos más rivales. La inesperada crisis de siete derrotas seguidas está dejando a varios jugadores tocados. Salgado sigue errático y fallón, Miralles lleva unos cuantos partidos bastante flojos y hasta Baron se muestra irregular, alternando buenos encuentros con otros, como el de ayer, muy malos. Al menos Panko volvió a su nivel y Doblas, sin cuajar una gran actuación, estuvo bastante sólido. Lo que resulta increíble es que el Lagun Aro siga sin solucionar su crónico problema en el rebote. Ayer, el Cajasol capturó hasta quince rechaces ofensivos que le hizo tener más posesiones: hizo 58 tiros de campo frente a los 49 del Lagun Aro.
El partido empezó a romperse en el segundo cuarto, ya que el primero acabó con 15-16 gracias al único triple que metió ayer un gris Jimmy Baron y a un Panko que hacía de todo, ya que en los diez primeros minutos metió cuatro puntos, dio dos asistencias, robó dos balones y forzó tres faltas. Pero el Cajasol movió ficha y con Bullock y el ex del GBC Txemi Urtasun juntos en cancha, rompió la igualdad. Era esperable que los locales tarde o temprano encontraran vías de anotación, el problema es que en el Lagun Aro solo Panko y Tskitishvili veían aro. Todo este tiempo de sequía coincidió con Baron en el banquillo. Puede ser casualidad o no. El escolta tuvo ayer un día nefasto (1/7 en tiros de campo) pero su presencia provoca una atención en la defensa rival de la que pueden aprovecharse sus compañeros. A uno siempre le da la sensación de que tenerlo sentado casi diez minutos seguidos es un lujo para un equipo cuyo banquillo es justito.
18 puntos por debajo El caso es que al descanso el Lagun Aro ya tenía el partido muy cuesta arriba (40-29) y que cuatro minutos después de la reanudación la derrota estaba cantada (49-31). Laso pidió tiempo muerto para detener la sangría y pidió a sus jugadores un paso adelante en defensa y ataques rápidos. La verdad es que el partido empezaba a tener mala pinta y olía a paliza, pero el Lagun Aro se puso las pilas y reaccionó, curiosamente, de la mano de Tskitishvili, que tuvo un regreso al equipo interesante. Ocho puntos casi consecutivos del georgiano y un triple de Panko redujeron la desventaja a nueve puntos (54-45), pero el Cajasol no iba a dejarse sorprender tan fácil y subió su intensidad para recuperar rentas siempre superiores a los diez puntos. Al menos esos minutos de inspiración de Skita recordaron al inicio de temporada, cuando él y Baron coincidían en cancha y creaban beneficios gracias a su amenaza constante desde la línea de 6,75. Que no sea flor de un día.
En el acto final, el Lagun Aro intentó un triunfo imposible a la desesperada, pero los triples de Baron no entraron y no inquietó en absoluto al Cajasol. En los últimos instantes del choque, Joan Plaza y Pablo Laso se enredaron en una pelea un tanto absurda por el basket-average, ya que el Lagun Aro había ganado en la primera vuelta por 73-60. Absurda porque ambos conjuntos van a pelear por objetivos bien distintos. El Cajasol luchará por el play-off y el conjunto guipuzcoano bastante tendrá con salvarse, porque la zona noble se le ha alejado ya a cuatro victorias. Quién lo hubiera dicho hace apenas mes y medio. Estamos en lo de siempre. El problema no es perder ayer, sino haberlo hecho en casa contra el Alicante y el Fuenlabrada. Pero es lo que hay y para salvar los muebles tiene este próximo domingo en casa un duelo más que decisivo ante el penúltimo clasificado, el Menorca. Ganar supondría media salvación; perder... mejor no pensarlo. Llega la primera final de la temporada.