España se las verá con Grecia
los de scariolo arrollan a canadá y aprovechan la derrota de francia La selección estatal termina segunda de grupo y evitaría a EEUU hasta la final
ESPAÑA: Rudy (19), Rubio (8), Llull (3), Garbajosa (9), Gasol (4) -cinco inicial-, Reyes (8), López (0), Vázquez (19), Mumbrú (8), Claver (5) y San Emeterio (6).
CANADÁ: Anderson (11), Brown, Doornekamp (2), Kendall (7), Anthony (4) -cinco inicial-, Olynyk (14), Bell (5), Bucknor (4), Sacre (8) y Shepherd (12).
Parciales: 28-17, 42-37 (descanso), 63-48, 89-67.
Árbitros: Aylen, Ryzhyk y Fernández. Sin eliminados.
Incidencias: 1.885 espectadores en el Halkapinar Arena de Esmirna.
donostia. España terminó ayer ante Canadá su preparación para el Mundial y en octavos de final se medirá a Grecia y evitaría a Estados Unidos hasta la final después de que Francia perdiera contra Nueva Zelanda. Un mes después, España se enfrentó al mismo rival con el que la empezó y con el mismo aspecto de pachanga veraniega que entonces. El campeón en ejercicio se ha tomado la primera fase de Esmirna convencido de que el campeonato empieza en octavos de final. Es la nueva mentalidad de una selección que, sabedora de su superioridad ante la mayoría de los rivales, se ha acostumbrado a jugar con fuego, a racionar sus esfuerzos y su espíritu competitivo a la espera de las citas de mayor enjundia.
La de ayer tampoco lo fue. Canadá vive estancada, sino en regresión, en su nivel técnico y el partido sólo podía ser lo que fue: un pestiño. El equipo de Sergio Scariolo, con Navarro descansando por sus molestias en la espalda, funcionó como desde que llegó a la vera del Egeo con corriente alterna. A ratos de un baloncesto fluido se sucedieron bajones que ya deberían preocupar. Marc Gasol personificó ayer esas pocas ganas de jugar, lo que por contra permitió descubrir a un Fran Vázquez muy enchufado. Así debería ser siempre, que cuando un jugador no está por la labor otro aparezca para suplirle, sin respetar los galones dentro del grupo.
España arrancó con Llull de titular y un parcial de 12-2 que anunciaba un paseo militar. Pero, mediado el segundo cuarto, la limitadísima Canadá se había colocado a dos puntos (34-32) ante la pasividad defensiva de los de Scariolo, que siguen pasando los bloqueos directos por detrás y concediendo demasiados rebotes en su canasta. Algún tiro tenían que meter los norteamericanos y así el choque se igualó de forma artificial. Sólo Rudy, sin tener que ocuparse del trabajo sucio, encontraba momentos para el lucimiento.
Como en la víspera, la victoria española se pagaba poco. Sin alardes y con muchos minutos para los suplentes, la diferencia fue creciendo hasta la veintena de puntos. Vázquez jugaba por encima del aro y Ricky se soltaba de algunos grilletes.
El joven de 19 años Olynyk tomaba el protagonismo en Canadá, anunciando que será una buena pieza para su futuro. Y nada más que los minutos de limosna que, de nuevo, concedió Scariolo a Víctor Claver, tratado como el junior que dejó de ser hace ya tres años, ofrecieron unos minutos finales que se los podían haber ahorrado.
Llega la hora de la verdad del Mundial y sólo la historia reciente a la que se aferran los aduladores de guardia y la calidad individual de los jugadores, demostrada de forma habitual, permiten pensar en una España luchando por la medallas. Pero la primera fase ha dejado muchas incógnitas relativas a la mentalidad colectiva.