Donostia. El inaceptable campo de regateo de Moaña, que se quedó en una sola calle, la dos, porque la organización no fue capaz de sujetar como se debía las balizas exteriores, sembró de polémica el inicio de la XXVIII Bandeira Concello de Moaña. Sin embargo, la crispación inicial la silenció después el rotundo y merecido triunfo de San Juan. Los rosas, que venían acariciando su primera victoria en el regreso a la competición, se impusieron con solvencia en la lamentable contrarreloj de Moaña, en la que superaron por cinco segundos a Urdaibai y por ocho a una gran Tirán, vencedora de la primera tanda. Orio, que acabó cuarta a trece segundos, mantuvo su liderato aunque con los mismos puntos de San Juan. Sus dos triunfos permitirán a Aitor Carrillo portar este mediodía el maillot amarillo.

A la soberbia victoria de San Juan, no se puede poner ningún reparo, pues los de Igor Makazaga completaron una fenomenal regata, especialmente en el segundo largo, cuando abrieron hueco sobre Urdaibai y distanciaron también a una Tirán que había padecido mayor viento en contra en su serie.

En el triunfo sanjuandarra no mediaron factores externos. El sorteo de calles tuvo influencia, porque, finalmente, sólo hubo un carril para todas las traineras. Pero este aparente ramalazo de justicia no es sino fruto de un lamentable incidente de una competición que cuida mucho los detalles como es la Liga San Miguel. Es inadmisible, y más en un campo que no es nuevo como el de Moaña, en la ría de Vigo, donde el oleaje no dificulta montar el balizaje, que las boyas no estén perfectamente amarradas desde, al menos, primera hora de la mañana.

El incidente, al margen de enojar a los clubes, provocó que Zarautz, el primer bote en salir, partiera con 25 minutos de retraso.

En el caso de los zarauztarras, para su desgraciada, el resultado final fue el mismo que en las cuatro regatas previas: el último puesto. Para colmo, Gaizka Garmendia, entrenador de la segunda trainera, estuvo en la popa de la Enbata tras el accidente de Gorka Aranberri, que se perderá alguna regata más.

Zarautz quedó a un minuto de Tirán, que superó con amplitud a San Pedro -finalmente quinta- y Zumaia. El registro gallego tampoco pudo ser superado por los integrantes de la segunda tanda, que resultó muy igualada. La trainera más rápida, Castro, aventajó en sólo siete segundos a la peor, Pedreña. Kaiku superó a Hondarribia por centésimas. Ninguno de las cuatro embarcaciones, especialmente las cántabras, termina de encontrar la regularidad y fortaleza que buscan.

Por lo tanto, con el tiempo de Tirán como referencia, y cuando la afición local ya comenzaba a soñar con la gran campanada -que hubiera conllevado una mayor polémica por el tema de las balizas-, llegó el paso al frente de San Juan, que se convirtió en el cuarto club que ondea una bandera en cinco citas.

Desde la primera regata, otra contrarreloj en Bilbao, los pasaitarras habían demostrado que su objetivo como recién ascendidos no era la simple permanencia. Incluso, con un halo de fortuna, habían rondado la victoria. Pero ayer, en la crono, que al margen de mermar el espectáculo reparte parecidos condicionantes para todos, San Juan se estrenó tras sendos segundos puestos en Pedreña y Portugalete. Han igualado a Orio en el liderato y hoy, en las mismas aguas, pero se espera que con el campo de regateo montado, asaltarán la general.

LIGA SAN MIGUEL - XXVIII Bandeira Concello de Moaña