Entre Walkowiak y Chiapucci
El Mortirolo y el Gavia son los dos grandes exámenes que separan a Arroyo de la gloriaLa nieve no parece amenazar la subida al Gavia, pero en caso contrario se ascenderá el Mortirolo por una vertiente inédita
Donostia. Dos días de interminable tortura deberá superar David Arroyo para pasar a la historia junto a los Carlo Clerici (Giro 1954), Roger Walkowiak (Tour 1956), Marco Giovannetti (Vuelta 1990) o, más cercano en el tiempo, Óscar Pereiro (Tour 2006). Todos ellos, se impusieron en una de las tres vueltas grandes gracias a sendas escapadas-bidón en escenarios como L"Aquila, Angers, Ubrique o Montélimar. De nuevo, la capital de los Abruzos ha sido clave en la ronda italiana, a situar en la pugna por el podio final a Arroyo, Richie Porte y Carlos Sastre.
El talaverano aspira a ser un nuevo vencedor a lo Walkowiak, y no un Claudio Chiapucci más, dado que El Diablo fue descerrajado por Greg Lemond en la crono de Lac de Vassivière, lapidando el último puñado de esperanza tras la minutada que cobró en Futuroscope.
A tres días de llegar a Verona, Arroyo aún dispone de 2:27 sobre Ivan Basso y 3:09 sobre Cadel Evans. Richie Porte, a 2:44, se ha mostrado vulnerable en la montaña como para pensar en el rosa. Carlos Sastre tampoco parece el de sus grandes días: Alpe d"Huez 2008 o Monte Petrano 2009. Y el abulense necesita otro golpe de efecto similar para optar al triunfo final.
Para Arroyo, sólo cuentan dos dorsales: el 1 del australiano y el 131 del italiano. "Estoy dispuesto a pelear hasta el final con Basso y Evans", advierte. "Suelo recuperar bien en las carreras de tres semanas", se anima. Es consciente de que "pueden ocurrir muchas cosas todavía", pues "queda mucha montaña, con puertos como el Mortirolo o Gavia".
El primero de ellos se sube hoy antes de Aprica, lo que hace inevitable recordar que Miguel Indurain (1994) y Abraham Olano (1996) perdieron un Giro en el mismo escenario. El Trivigno, con siete primeros kilómetros al 9,4%, se subirá justo antes del Mortirolo, que está a una treintena de kilómetros de la llegada a Aprica, en un final tendido pero asfixiante tras casi 200 kilómetros de etapa y tres semanas de carrera.
La etapa reina del Giro de Italia llegará mañana. A los 55 kilómetros desde la salida, se afrontarán los 18 kilómetros del Passo di Forcola de Livigno. Luego se superarán, casi seguido, las tachuelas de Eira y Foscagno, como entremés al mítico Gavia y al Tonale. Entre ambas cimas hay sólo 17 kilómetros.
En principio, no se prevén problemas por la nieve para superar el Gavia, aunque en caso de no poderse ascender, la organización ha previsto como alternativa una ladera inédita del Mortirolo, por lo que el pelotón tiene garantizado su calvario en dos jornadas en las que "puede pasar de todo por la extrema dureza de su recorrido", coincide Sastre con Arroyo, los dos grandes beneficiados del terremoto de L"Aquila.