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Bochorno de tintes históricos

Los 39 puntos anotados por el Lagun Aro en Valladolid suponen la cifra de anotación más baja en 27 años de la ACB; el equipo tocó fondo ocho días después del gran triunfo ante el Barça.

En su breve pero intensa historia, desde que nació en 2001, el Gipuzkoa Basket ha logrado grandes triunfos y ha encajado sonoras derrotas. Nueve años -aunque dos sin competir- dan para mucho, pero ha conocido los extremos en apenas ocho días, los que van desde la impresionante victoria ante el Barça hasta la inaceptable derrota en Valladolid, encajada este pasado domingo.

El conjunto de Laso ha pasado de ser admirado por tumbar al todopoderoso Barcelona a convertirse en el equipo que menos puntos ha metido en un partido de la ACB, creada en 1983. En 27 años de liga y miles de partidos, ningún equipo había anotado menos de 40 puntos en 40 minutos. Hasta hace dos días. Los 39 puntos logrados provocan que el Gipuzkoa Basket entre en la historia negra de la ACB y que cada vez que un equipo en los próximos años se quede en menos de 50 puntos se recuerde el fatídico capítulo de un 25 de abril de 2010 en el Polideportivo Pisuerga. Precisamente el Valladolid cargaba con el peso de ser el equipo que menos había anotado, con 40 puntos ante el Unicaja en 2001, pero desde el domingo este dudoso honor lo tiene el Lagun Aro GBC.

El dato ya es lo suficientemente negativo como para sonrojarse, pero en el caso del GBC hay un agravante: que lo vieron en directo 600 aficionados guipuzcoanos a los que pagó el viaje, la entrada y les regaló una camiseta Lagun Aro, el patrocinador principal del club. Esto obligó tanto al entrenador, Pablo Laso, como al presidente, Gorka Ramoneda, a pedir disculpas públicas.

Desilusión y dudas Lo cierto es que poco más podía hacer el club tras el partido, salvo pedir disculpas por medio de su presidente, que por segunda vez esta temporada -la otra vez tras la debacle en Canarias- ha tenido que dar la cara. Sin embargo, una actuación tan bochornosa pone en muy mal lugar a buena parte de la plantilla, que saltó a la cancha con una actitud inadmisible, a años luz del entusiasmo y motivación mostradas ocho días antes frente al Barça. La relajación fue palpable desde el calentamiento y el resultado fue el peor partido ofensivo de un equipo en la ACB. La irregularidad mostrada por algunos jugadores durante la temporada rebasó el domingo cualquier límite admisible. La salvación se alcanzará probablemente en la próxima jornada, pero una actuación así no debería caer en saco roto. Tampoco se salva de la quema el propio Pablo Laso. Fue aclamado tras el triunfo ante el Barcelona, pero no ha sabido gestionar la euforia del entorno durante la semana. No es la primera vez que ocurre.

El 'caso Sergio' La escandalosa derrota lo dejó en segundo plano, pero quedó claro que Sergio Sánchez ya no cuenta para Laso. Hasta hace poco era el base titular, pero ahora es el undécimo jugador en la rotación. Sólo el técnico y el jugador conocerán las razones de una situación incomprensible desde el punto de vista deportivo.