donostia. "Confío en Mikel, que está jugando muy bien desde que debutó, pero habrá que ver cómo se adapta al Parejas porque esto es muy duro y muy largo y el material muy exigente. Aquí nadie regala nada. No es el Torneo de San Mateo". Recuperado el pulso, el ánimo, la laminada mente, castigada por un año "agobiante por tanta competición", se descuelga Martínez de Irujo con sinceridad, conocedor de la exigencia del Parejas, de cómo se las gastan en el ático, entre la elite de la modalidad, pleno de actividad durante los próximos tres meses, cuando traza la silueta de Mikel Beroiz, su joven zaguero, que debuta en la competición más severa esta tarde ante Olaizola I y Patxi Ruiz "unos rivales muy complicados si tienen el día porque pegan mucho" en el Labrit de Pamplona a partir de las 18.00 horas (Telecinco).
Recoge el manista de Huarte, la revelación del pasado año -"más maduro de lo que indica su edad", subraya Irujo-, la herencia de Fernando Goñi, un reto himalayesco, zaguero guía de Irujo en dos de sus tres txapelas -la otra la conquistó junto a Pedro Martínez de Eulate- por parejas. Sucede en esta ocasión habrá trueque en el reparto y deberá ser el delantero de Ibero quien guíe, cuide, mime, aconseje y proteja a Beroiz del brusco oleaje que genera el torneo. Tendrá que mecer Juan el vaivén del Parejas, -"aunque vete a saber, luego igual soy yo quien la caga", señala- porque tiene la misión de ejercer la guarda y custodia de Mikel.
No opina el delantero de Ibero que deba variar en exceso su manual de estilo a pesar de la bisoñez de su zaguero porque "en el Parejas si quieres hacerlo bien y tener posibilidades de ganar siempre hay que trabajar mucho, juegue quien juegue". "No cambiaré mi forma de jugar. Cuando juego a parejas siempre trato de ayudar en todo lo posible a mi zaguero: quitarle lo malo y dejarle lo bueno. Hay que trabajar por el bien común porque de lo contrario no hay nada que hacer", argumenta Martínez de Irujo, convencido de que la competición por parejas es la que obliga a un mayor despliegue físico, a la aplicación del método Stajanov "porque los partidos son muy largos, muy peloteados y la seguridad está por encima del riesgo. Nadie quiere fallar y eso marca el mucho el desarrollo del campeonato".
Alcanza el Parejas el campeón del Manomanista algo más lustroso, con dos kilos más de los que pesaba cuando cerró el año tras imponerse en la final del Masters BBK a Aimar Olaizola. "En Navidad he cogido un par de kilos, pero no me preocupa porque el desgaste durante el campeonato es muy grande y conviene llegar fuerte, con energía suficiente. El que tengo ahora es el peso que siempre tengo para afrontar el Parejas", desgrana el delantero de Ibero, convencido de estar en condiciones para hacer frente al torneo. "No he podido entrenar específicamente para el Parejas, pero creo que estoy bien de juego. De todas maneras espero ir a más durante el campeonato. El año pasado nos costó arrancar porque Fernando pasó una gripe y yo también estuve acatarrado, pero a medida que el torneo avanzaba estábamos cada vez mejor y lo acabamos muy bien", describe el manista de Ibero, que no concede ninguna credibilidad al hecho de "que nos den como favoritos claros. Eso se debe demostrar en la cancha". Allí se encargará de la guarda y custodia de Beroiz.