En 1960, un grupo de jóvenes se reunió en Donostia para aprender y practicar un deporte casi desconocido en Gipuzkoa. La inmensa mayoría de ellos nunca lo había jugado anteriormente y muchos incluso ignoraban las reglas. En aquellos momentos, no formaban parte de ningún club y no tenían ninguna competición en la que poder ejercitarse. Aquel deporte era el rugby, y aquellos chavales estaban sembrando la semilla de una modalidad que avanza hacia el medio siglo de vida en nuestro territorio en unas perfectas condiciones de salud.

Manuel Castillo, José Antonio Corral, Luis Mari Ezeiza, Jesús Navarro e Iñaki Quesada fueron algunos de los pioneros del rugby guipuzcoano. Actualmente, han compuesto una Comisión del Cincuentenario para recordar los orígenes de esta modalidad en Gipuzkoa y para conmemorar en 2010 los 50 años de vida de este deporte en el territorio.

Quesada ha acreditado que ya se jugó al rugby en Atocha, en los años 30 del siglo pasado, pero la idea de formar un equipo en Gipuzkoa surgió en marzo de 1960. El autor de la ocurrencia fue Francisco Odriozola. Corral relata que Odriozola "había jugado a rugby cuando estudiaba en Madrid y había practicado la lucha grecorromana. La mayoría de la gente que reunió provenía del gimnasio de la calle Oquendo de San Sebastián. Empezamos a entrenarnos en la Villa Andonaegui de Trintxerpe. No fuimos más de dos o tres veces, y después empezamos a entrenarnos en Anoeta, alquilando el campo con dinero de nuestro bolsillo".

Aquel grupo de jugadores, todavía sin club, tardó casi un año en disputar su primer partido. Corral explica que "el 19 de marzo de 1961 jugamos en Donostia contra el Ciencias Económicas de Bilbao". "Y ganamos 20-0", recuerda Ezeiza. El conjunto guipuzcoano ya se había reforzado entonces con varios integrantes que habían jugado a rugby en Madrid. Tras devolver la visita a los vizcainos, no hubo un nuevo encuentro hasta el 30 de diciembre.

Corral recuerda que, a partir de entonces, el equipo comenzó a jugar "ante equipos franceses todos los domingos. O venían, o íbamos allí. Creo que fue clave, porque si hubiéramos seguido entrenándonos sin jugar lo hubiéramos dejado. Llegaban toda clase de equipos, suplentes de los grandes equipos de primera división, terceros reservas o clubes sin grandes medios. Aquello era perder constantemente. Los del Vasconia y los de Amara nos preguntaban cuánto habíamos perdido y se reían. Cuando iban al rugby nos decían ¡si jugáis todos al montón! Padecíamos la incomprensión de la gente. No teníamos apenas espectadores". Los jugadores, sin embargo, fueron mejorando poco a poco: "En un partido, el Biarritz nos metió una paliza de escándalo, y al año siguiente nos ganó justo justo. Nosotros habíamos cazado al vuelo a León Urrutikoetxea. Había estudiado en Inglaterra y su nivel no tenía nada que ver con el nuestro". Ezeiza apuntó que la primera victoria llegó por 5-0 ante el Anglet.

LA PRIMERA COMPETICIÓN

Gipuzkoa, Vasconia y Atlético

La oportunidad de competir llegó en la primavera de 1962, en el campeonato estatal de segunda categoría. El torneo tenía formato de eliminatorias, y el título en juego era la Copa de la Federación Española de Rugby (FER). Corral sonríe al recordar que el equipo compitió "bajo el nombre de Rugby Club de Gipuzkoa. Ni sé cómo participamos, porque, bajo un punto de vista federativo, no sé si aquello era muy legal. Creo que nos dejaron participar porque pensaban que éramos unos matados. Javier Rezabal fue nuestro presidente, pero en realidad, no era presidente de nada. Hicimos la reunión en el bar Juantxo, sin estatutos, ni nada. Sólo jugamos un partido. Nos ganó el BUC por 17-14, y después fue campeón de España. Durante varios torneos, los equipos que nos eliminaron fueron luego los campeones".

Al año siguiente, la Federación exigió al Gipuzkoa que formase un verdadero club. Corral relata que "el Vasconia acogió al equipo, y se convirtió así en el primer club campeón de Gipuzkoa". Y es que aquel año de 1963 los guipuzcoanos conquistaron la Copa FER tras derrotar en la final al Sant Boi (5-0).

Una temporada después, en la 63-64, el Vasconia ya no pudo hacerse cargo de la sección de rugby, y el equipo se incorporó en bloque al Atlético San Sebastián. El conjunto blanquiazul participó en el campeonato de primera categoría. Los ocho mejores equipos se concentraron en Pamplona y el Atlético cayó en la primera ronda, de nuevo ante un futuro campeón, el Canoe, gracias a un ensayo de los madrileños en el último minuto.

El Atlético sumó después dos nuevos campeonatos de la FER tras ganar al Rayo Vallecano por 6-3 en 1966, en Valladolid, "con todos los tres cuartos lesionados", y tras batir al Arquitectura en Donostia en 1967 (32-0). Un año más tarde, los blanquiazules repitieron el éxito en la máxima categoría, y conquistaron la Copa del Generalísimo frente al Barcelona en Madrid. Corral recuerda que en los últimos minutos del choque el Atlético "hizo un ensayo bajo palos. Manuel Castillo estaba allí con una cámara de fotos, pero según entraba José Ángel Abecia en marca tiró la cámara, de alegría. Habían pronosticado que el Barcelona nos iba a ganar una paliza".

La victoria permitió al Atlético disputar la Copa Ibérica, junto al subcampeón de la Copa del Generalísimo y los dos finalistas de la copa lusa. Corral relata que el torneo "se organizó en Anoeta, y teníamos tantas ganas de jugar que nosotros mismos, con las botas, rompimos el hielo que cubría el campo". El esfuerzo mereció la pena, y los guipuzcoanos se alzaron con el título tras vencer al Universitario de Lisboa.

LA PRIMERA LIGA

Campeones

Ganar la Copa del Generalísimo y la Copa Ibérica no fue una casualidad. Tras los intentos de las campañas 1952-53 y 1953-54, que no tuvieron continuidad, en la temporada 69-70 se disputó el tercer campeonato de España en formato de liga regular. La victoria fue para el Atlético San Sebastián. El club guipuzcoano era ya una potencia dentro del rugby estatal. En los años siguientes, los blanquiazules ganaron también las Copas del Generalísimo de 1972, 1973 y 1975, y la liga de 1977-78.

La televisión francesa había contribuido a popularizar el rugby en Gipuzkoa, y poco a poco fueron surgiendo otros equipos como el Parte Vieja Motobic -que luego se llamó Anoeta, Zaharrean y Fortuna, y que también ganó una Copa FER en 1971-, los Centauros de Alza, el Donostiako, la Gimnástica de Ulia, y otros de categorías inferiores, como el Egia juvenil, el Martutene, el Aldapeta, el Jesuitas y el Gazteak, todos ellos de Donostia.

Pero la fiebre del rugby también se propagó por todo Gipuzkoa. El Hernani se fundó en 1965; el Irun, en 1969, el Ordizia, en 1973, el Zarautz, en 1978, el Eibar, también en los 70, y el Bera Bera surgió en 1983.

Actualmente, Gipuzkoa es el territorio con más licencias de la Comunidad Autónoma Vasca, cuenta con dos equipos en División de Honor, dos en División de Honor B y tres en Primera.

Al palmarés de Vasconia, Anoeta y Atlético, además, hay que sumar la Copa del Rey lograda por el Bera Bera hace cinco años en categoría absoluta.

OTRO RUGBY

"Escapar del contacto"

Los componentes de la Comisión del Cincuentenario coinciden en preferir el rugby de los años 60 al actual. Corral señala que "el de antes no tenía nada que ver con el de ahora. Entonces se trabajaba un poco delante para abrir, y eso era lo importante. El actual me recuerda al rugby a XIII", "que aburre a una vaca", añade Ezeiza. Para Quesada, el rugby de hoy en día "es una mezcla de bolos y sumo. Ahora, el nuevo reglamento te impediría jugar al rugby que a todos nos gusta". Castillo matiza que el deporte original "no era un rugby de contactar, sino de escapar del contacto".

Corral afirma que el Atlético llegó a ser "un equipo muy bueno, pero para jugar a aquel rugby. A lo mejor, con este rugby no hubiera sido lo que fue".

Los integrantes de la comisión también lamentan la escasa progresión del rugby. En su opinión, habría que retomar los encuentros con los equipos del estado francés para hacer que el rugby guipuzcoano mejorase: "Nosotros éramos unos pardillos, no sabíamos nada. Y no éramos súper hombres. Teníamos mucho entusiasmo y cada domingo enfrente un equipo -de Francia-que era cinco veces superior a nosotros. Por eso mismo, teníamos un ritmo que no se podía adquirir aquí".

Para celebrar en 2010 el medio siglo de trayectoria del rugby guipuzcoano, la Comisión está impulsando la disputa de un partido de alto nivel, una serie de charlas y un libro con los primeros 50 años de vida de este deporte en el territorio. Ezeiza explica que desean "escribir algo, porque, si no, dentro de unos pocos años, cuando seamos más mayores, nadie va a ser capaz de contar cómo fue aquella historia".