Más de uno y dos espectadores que se sienten este 1 de enero a ver el Concierto de Año Nuevo de Viena encontrarán una cara conocida al frente de la orquesta. El director franco-canadiense Yannick Nézet-Séguin debuta en estas lides tras dirigir miles de conciertos. Cinco de ellos, en Donostia, ciudad y público con los que alcanzó una conexión especial entre 2005 y 2018, que es de cuando data su última actuación en la Quincena Musical de capital guipuzcoana.
De Canadá a Donostia vía Toulouse
Su salto a Europa lo dio con la Orquesta Nacional de Toulouse en 2004, con la que un año después actuó en Donostia. Ese fue el debut de Nézet-Séguin en Gipuzkoa, donde sumaría otras cuatro actuaciones. La siguiente, ya en 2011, con la Orquesta de Cámara Europea —de la que es miembro honorario— y tras debutar como director invitado de la Filarmónica de Viena, a la que dirige este Año Nuevo; y las tres últimas, en el marco de la Quincena Musical.
Aquella tercera comparecencia en Donostia le pilló a caballo entre la Filarmónica de Rotterdam, donde había relevado al director Valery Gergiev, y la Filarmónica de Philadelphia. En tierras neerlandesas, confesó en su encuentro con la prensa donostiarra, se había topado “una orquesta con mucho repertorio ruso, muy expresiva y muy acostumbrada a lidiar muy rápidamente casi sin ensayos con programas complejos”, y él buscaba “empezar hacer otro tipo de cosas después de esos años con Gergiev, pero sin quitar esos pilares que permitían aguantar la orquesta”. Así, introdujo “mucha música francesa, pero Ravel ayudó a que cogieran ese sentido de música de cámara”.
En Donostia, actuó junto al Orfeón Donostiarra y Orfeoi Txiki para interpretar con la mezzosoprano Kargen Cargill la Sinfonía número 3 , una obra de Gustav Mahler que logró una "conexión muy especial" con el público donostiarra, como reconoció el director del festival, Patrick Alfaya. Entonces, el director franco-canadiense se mostró “encantado” de actuar con el Orfeón Donostiarra, al que calificó como una coral “de primer nivel mundial”.
La víspera, Yannick Nézet-Séguin dirigió a la FIlarmónica de Rotterdam —con la que debutó como invitado en 2006— con obras de Maurice Ravel, Franz Liszt y Bela Bartók, con el pianista Nicholas Angelich como solista.
De dos a tres
Aquellas dos grandes actuaciones le valieron una nueva invitación para volver a la Quincena apenas tres años más tarde. La Filarmónica de Rotterdam, bajo la batuta del propio Nézet-Séguin, ofreció un triple recital, dedicados a Mahler. Entre ellas, destacó la interpretación de la Sinfonía número 6, la conocida como La Trágica.
"Volver al cabo de tres años con la misma Orquesta de Rotterdam para interpretar, en esta ocasión, la Sexta de Mahler y que el público nos reciba tan bien, es increíble. La conexión con el público ha sido muy especial", subrayó el propio Nézet-Séguin sobre la participación de la Filarmónica de Rotterdam en la 75ª edición de la Quincena Musical.
'Zorionak zuri!'
Tan especial que la gira de despedida de Nézet-Séguin como director de la agrupación neerlandesa tenía que parar en Donostia en una cita que agotó las entradas. Lo hizo en verano de 2018, con un programa compuesto por la Sinfonía nº 35 en re mayor, KV 385, Haffner de W.A. Mozart; el Concierto para piano nº 2 en la mayor, S. 125, de Franz Liszt y la Sinfonía nº 4 en fa menor, op 36, de Piotr I. Tchaikovsky. El pianista Yefim Bronfman deleitó con el Claro de Luna de Claude Debussy en las propinas y el Preludio del acto III de La Traviata de Giuseppe Verdi, a manos de la orquesta. Y las voces más jóvenes de Easo Abesbatza cantaron el Zorionak Zuri a la centenaria agrupación.
Al Año Nuevo de Viena
Siete años después de aquella actuación, el público guipuzcoano se volverá a encontrar con Nézet-Séguin, aunque en un contexto bien diferente y con una televisión o una radio de por medio. El maestro franco-canadiense, director musical de la Ópera Metropolitana de Nueva York desde 2018, dirigirá su primer Concierto de Año Nuevo en la Sala Dorada de la Musikverein de Viena, donde incorporará cinco obras que nunca han sonado en esta cita tan señalada, incluidas obras de dos compositoras, como serán la polka Canciones de Sirenas de Josephine Weinlich y el Rainbow Waltz de la afroamericana estadounidense Florence Price.