El Concierto de Año Nuevo reúne a millones y millones de espectadores a lo largo y ancho del mundo. Cada 1 de enero poco antes de las 11:15 horas del año recién estrenado, muchas televisiones y radios se encienden para conectar con la Sala Dorada de la Musikverein de Viena. Allí está lista la Filarmónica de Viena para un concierto que en su edición de 2026 tiene no una, sino dos conexiones especiales con Gipuzkoa.
Hace 18 años la coreógrafa zumaiarra Lucía Lacarra se convirtió en la primera guipuzcoana en bailar en el Concierto de Año Nuevo y años después, otra conexión entre Viena y Gipuzkoa se ha convertido en un clásico. El narrador de la cita en los medios de RTVE, Martín Llade (1976), es donostiarra. Llade relevó al mítico José Luis Pérez de Arteaga en la narración del Concierto de Año Nuevo de 2017, y desde entonces, es el encargado de poner voz a las explicaciones que ayudan a que semejante cita llegue a millones de espectadores. Como reconoció entonces en una entrevista con NOTICIAS DE GIPUZKOA, su carrera periodística la lanzó en 2007 y la ha labrado en Madrid, donde estudió Periodismo y Publicidad, pero con gran conexión con su Donostia natal.
"Fui miembro fundador de la Escolanía del Coro Easo, que se llamaba Easo Txiki, e incluso grabamos un disco. Además, también fui durante unos años miembro del Coro Easo de mayores", explicó en aquella conversación, en la que recordó cómo trazó su andadura una vez cursó la carrera en la capital madrileña: "Estuve trabajando en la revista Melómano unos años hasta que di el salto a la radio. Además, también he colaborado con medios guipuzcoanos haciendo críticas de películas o de la Quincena Musical".
De la Quincena a Viena
Para la segunda conexión del Concierto de Año Nuevo con Gipuzkoa hay que rebuscar un poco más, aunque estará sobre el escenario de la Musikverein. Se trata del maestro Yannick Nézet-Séguin (Montreal, 1975), que debuta como director de la Filarmónica de Viena en el Concierto de Año Nuevo. Dirigió por primera vez a la agrupación como director invitado en 2010 y en esta ocasión ha recibido la llamada para ponerse al frente del concierto más seguido cada año a nivel mundial.
Su carrera ha sido meteórica: con 30 años dio el salto a Europa en 2004, con la Orquesta Nacional de Toulouse y con ella descubrió Donostia apenas meses más tarde, en 2005. Fue la primera actuación que dirigió Nézet-Séguin en la capital guipuzcoana, a la que volvería hasta en otras cuatro ocasiones. Seis años después desembarcó con la Orquesta de Cámara Europea —que lo nombraría miembro de honor— y ese mismo 2011, con la Filarmónica de Rotterdam.
Con esa agrupación que le ha terminado de catapultar al elenco de grandes maestros, subiría al escenario del Kursaal en otras dos ocasiones (2014 y 2018), mientras ya había sido nombrado director de una de las grandes orquestas estadounidenses, como es la Filarmónica de Filadelfia, y ya desde ese mismo 2018, responsable de la Ópera Metropolitana de Nueva York.