Mike Love, el único integrante vivo de la formación original de The Beach Boys, que este miércoles actuará en la 60 edición del Festival de Jazz de Donostia, defendió ayer la bondad de las canciones de la banda californiana porque “son esperanzadoras”, “llenas de armonía” y “hacen sentirse bien”.
Con camisa surfera, chanclas y gorra, Love compareció ayer en una rueda de prensa para hablar del concierto que ofrecerá esta tarde en el Auditorio Kursaal la mítica banda californiana, en la que está también Bruce Johnston, que se incorporó en 1965.
Energía
Preguntado por la fórmula para mantener la energía necesaria para soportar giras internacionales a sus 84 años, Love respondió que le viene de familia. “En mi familia siempre ha habido música y mucho deporte. Mi padre fue una estrella del fútbol. Yo mismo practico el baloncesto. Uno de mis hermanos ha sido jugador de la NBA y también mi sobrino Kevin Love juega en la liga americana”, explicó.
Love atribuyó así su buena forma a la “genética”, pero también a la meditación transcendental, una actividad que practica desde que en 1967 conoció la técnica en un viaje a la India con el gurú Maharishi Mahesh.
“Fue algo que transformó mi vida. Cuando atravieso dificultades, me permite sacar energía y claridad para mi mente”, reconoció.
Su familia
Love rememoró que otra de las cosas que les encantaba en su familia era cantar las armonías que componía su primo Brian Wilson, el alma mater que creó la banda The Beach Boys con sus dos hermanos, Carl y Dennis Wilson, ya fallecidos, su primo Mike y el amigo del colegio Al Jardine.
El cantante tuvo palabras de recuerdo para Brian, fallecido el pasado mes de junio, que además de su primo era su amigo. “Tengo la felicidad de que semanas antes de que dejara su cuerpo cantamos juntos algunas canciones”, rememoró.
100 millones de discos vendidos
El músico señaló, a su vez, que las canciones de The Beach Boys han cosechado un gran éxito dentro y fuera de Estados Unidos –el grupo ha vendido en más de 100 millones de discos en todo el mundo–, lo que les ha permitido conocer otros países y culturas.
Ese interés es el que ha hecho que la banda adelantara un día su llegada a Donostia para conocer el lugar, “algo de lo que teníamos muchas ganas”, indicó. “Es una bendición que después de más de 60 años sigamos haciendo música que el público aprecia”, concluyó.