Jamie Cullum ha llegado a Donostia con la intención de darlo todo. Este martes por la tarde actuará en el Kursaal, en la inauguración del 60º Jazzaldia, y mañana repetirá en la apertura popular de la playa de la Zurriola. Esta mañana, en cambio, ha atendido a la prensa en la sala Laboratorio de San Telmo, que acoge la exposición fotográfica del 60 aniversario del Festival de Jazz, del que el jazzman inglés se ha deshecho en halagos: "El Jazzaldia es uno de los mejores festivales del mundo, por eso he venido tantas veces".

Su primera vez en la capital guipuzcoana fue en 2009. De hecho, la rueda de prensa ha tenido lugar frente a una enorme e impresionante fotografía de la actuación que Cullum dio aquella edición y que fue capturada por el comisario de la muestra, el fotógrafo Lolo Vasco. "Fue una experiencia irreal", ha asegurado el también pianista que saltó a la fama en 2003, con apenas 24 años, gracias al superventas Twentysomenthing. Esa irrealidad a la que ha hecho referencia el músico se debe a lo "mágico" que le resultó tocar en un lugar como la Trini, ante "un público entregado" al que también le ha lanzado flores. "Estar invitado al Jazzaldia es un regalo para mí", ha insistido el artista, que con la de este año serán cuatro las veces que ha visitado el Festival de Jazz. En 2013 inauguró el Escenario Verde, otra experiencia "irreal", que le llevó a refrendar que Donostia es una ciudad que "respeta el jazz" con un público que se "siente muy auténtico". "El público ama la música profundamente", ha insistido y, a renglón seguido, ha puesto en valor la "alquimia" que se conjura en sus recitales en la capital, donde el respeto por el estilo y las composiciones acaban "explotando en pasión" sincera.

Volvió en 2015 para las bodas de oro del festival y, entonces, ofreció hasta tres sesiones: como dj en el Escenario Verde, en solitario en el Kursaal y con su big band en la plaza de la Trinidad.

Este martes en el Kursaal, mañana en la Zurriola

La formación con la que va a comparecer este martes en el Kursaal y mañana en la Zurriola ha permanecido casi en secreto, también para la organización, hasta hace poquísimos días. Finalmente, Cullum se presentará ambos días con Loz Garratt (bajo, coros), Brad Webb (batería, coros), Tom Varrall (guitarra, coros), Rory Simmons (trompeta, guitarra, coros), Tom Richards (órgano, saxofón, percusión, coros) y Aisha Stuart (coros). En cuanto a cómo serán los conciertos, la otra gran incógnita, el pianista ha explicado que suele funcionar de forma "reactiva" tras tomar el pulso a la audiencia. Es decir, que se adapta a los contextos. En este sentido, ha asegurado que por las características de los recintos, ambos serán distintos. El del Kursaal será "más íntimo" e irá de "menos a más", incluyendo un buen número de solos. El de la Zurriola, en cambio, será desde el inicio "una auténtica fiesta".

Cullum, del hip hop al jazz

El jazzman también ha repasado sus inicios como músico. Así, ha relatado que en su adolescencia, con doce o trece años, tuvo su primer contacto con el jazz al que llegó del hip hop. En el camino, antes de convertirse en uno de los exponentes más mainstream del género, probó como guitarrista en grupos de jazz, de pop y también de hip hop: "He crecido amando el jazz y he ido evolucionando". Ha citado influencias jazzísticas como James Brown o Bill Evans, pero también ha querido dejar constancia de que en su trasfondo musical se hayan también otras referencias como las de Robbie Williams, Kurt Cobain o Harry Connick Jr.

Anuncia dos discos nuevos

Su último album de estudio, The Pianoman at Christmas, un trabajo en el que llevó temas navideños al jazz, se publicó en 2020. Desde entonces no ha editado nada nuevo. No obstante, según ha confesado, no ha parado de componer en este lustro. Tiene dos discos nuevos en la pista de salida, que han visto retrasada su publicación debido a los compromisos retrasados del artista tras la pandemia y por su condición de padre.

Cullum desea volver a explorar la tradición clásica del jazz, al estilo de Frank Sinatra, y retornar a lo "acústico", al alma de las pequeñas orquestas del siglo pasado. Un tipo de música, ha asegurado, que la inteligencia artificial será incapaz de crear, a diferencia de los seres humanos.