Cristóbal. Balenciaga. Técnica. Materia. Forma. Estos son los cinco conceptos, o las cinco puntadas, con las que se ha reorganizado el nuevo itinerario del museo dedicado al modisto getariarra que, tras siete semanas cerrado, este viernes ha reabierto sus puertas. La directora del centro, Miren Vives, acompañada por la directora de Patrimonio del Gobierno Vasco, Urkiri Salaberria, y la directora de Cultura de la Diputación, María José Tellería, han acompañado a la prensa por un recorrido que comienza por lo más biográfico y que culmina en un espacio que trata sobre la evolución constante en la obra del couturier. Un sexto espacio, dedicado a los diálogos entre Balenciaga y otros discursos, se inaugurará en el mes de mayo. La nueva muestra presenta unas 90 piezas procedentes del fondo propio del museo o cedidas por instituciones o particulares, de las cuales 45 jamás han sido expuestas.

La 'Forma' es uno de los conceptos que vertebran el itinerario. Arnaitz Rubio

La reapertura se ha presentado con espacios, recursos y discursos “renovados” que se materializan en cinco salas del museo, cada una dedicada a uno de los conceptos antedichos. Igor Uria, el responsable de Colecciones del centro, ha sido el encargado de diseñar el itinerario.

“Cristóbal” y “Balenciaga”

El primer espacio, “Cristóbal”, que fue presentado el año pasado, se “integra” de una forma orgánica con “Balenciaga”, la sala dedicada a la casa de modas. “Cristóbal”, mediante una línea de tiempo circular que envuelve toda la sala, pretende situar al visitante ante el contexto histórico y geográfico del modisto.

“Balenciaga”, por su parte, intenta reproducir la esencia de lo que eran los “exclusivos” y “lujosos” pases de modelos en en el atelier que el de Getaria regentaba en el tercer piso del número 10 de la avenida George V de París.. Unas pequeñas sillas blancas simulan aquellas en las que se sentaban las distinguidas damas de la alta sociedad o intermediarios que buscaban lo mejor para sus compradoras.

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En imágenes: Un repaso a la vida personal de Cristóbal Balenciaga

Unas proyecciones en blanco y negro dan testimonio de cómo se presentaban los diseños, en un lugar que aunaba los conceptos de taller y “negocio”, ha explicado Uria. De hecho, lo que desea el museo es que el espectador se convierta en un “cliente” de la casa Balenciaga. Las pasarelas solían desarrollarse a lo largo de la semana, ha contado el responsable de Colecciones, pero se guardaba una jornada expresamente para “clientes particulares” y “clientes profesionales”. Como anécdota, Uria ha contado que estos profesionales, para tener acceso a los pases, debían pagar “tres veces” lo que costaba un modelo. Hace una oportuna aclaración, ese dinero les permitía disponer de una entrada, es decir, el precio de cualquier compra se facturaba aparte.

Al igual que en el atelier, esta segunda sala también destaca por sus colores “neutros”, que buscan enfatizar lo importante, los diseños de cada temporada. Y es en este espacio donde se exhiben una selección de colecciones, datadas entre 1958 y 1960, que marcaron la moda de la sociedad del momento.

“La técnica”

La tercera estancia es la dedicada a “la técnica”. Uria ha expuesto que Balenciaga era bien conocido por el carácter “minimalista” de sus diseños, algo que, tal y como se desprende de esta sala, fue inherente a toda su época como diseñador, desde sus vestidos envolventes que giran en espiral, “al bies” del tejido, hasta en prendas en las que utilizó una única costura.

“Ellas también eran Balenciaga”, ha dicho el responsable de Colecciones, en referencia a todas aquellas costureras que trabajaron en sus talleres y que dieron forma a sus sueños. De hecho, en la salida del espacio se ha reservado un rincón para homenajear a estas mujeres y también para escucharlas, gracias a la investigación Las manos que cosen, que desde 2014 recoge testimonios y documentación de los trabajadores de la casa.

“La materia”

La cuarta sala está dedicada a la materia prima de los vestidos y los proveedores. Un enorme muestrario de las distintas telas, cada una con una numeración que corresponde a un vestido, sirve al visitante para descubrir la capacidad del couturier para llevar al limite las posibilidades de los textiles.

Muestrarios de telas que usaba Balenciaga. Arnaitz Rubio

“La forma”

La última sala se ha dispuesto para demostrar, al mismo tiempo, la “evolución” y la “coherencia” de Balenciaga. Se hace a partir de varios vestidos que representan los grandes hitos en la carrera del modisto y su aportación al mundo de la moda y como, de alguna manera, los más recientes presentaban un desarrollo estilístico con respecto a vestidos pretéritos, desde las creaciones que acompañaban las forma de la mujeres hasta la total desaparición de la forma, pero siempre de una manera elegante y, sobre todo, “cómoda”. Los vestidos se acompañan, además, con dos videomapings, que superponen los trazos de varias épocas para que la comparación sea más

De Chillida a la 'actual' Balenciaga

El sexto espacio, dedicado a la exposiciones temporales, ha cerrado su muestra en la que Balenciaga dialogaba con Eduardo Chillida, una muestra conjunta enmarcada dentro del nacimiento del escultor donostiarra. El siguiente diálogo, según han confirmado fuentes del museo, pondrá en un espejo, frente a frente, el pasado y presente. No en vano, los diseños de Cristóbal conversarán con diseños de artistas de la actual marca Balenciaga.

90.000 visitantes y nuevos aforos

El Museo Balenciaga registró en 2024 la cifra récord de 90.000 visitantes, lo que ha supuesto un incremento de un 35% con respecto al ejercicio anterior. Esto ha hecho, según ha explicado su directora, que los responsables del museo acoten el aforo de las exposiciones para poder garantizar la calidad de la experiencia en el museo. En este sentido, Vives ha hecho un llamamiento a los interesados en visitar el museo a que pidan cita con antelación.