Donostia Loquillo, que recala el próximo 2 de noviembre en Donostia con su gira 30 años de Transgresiones, señaló ayer que percibe un “retroceso cultural notable y peligroso” por parte de las instituciones y censuró que haya un “Ministerio de Cinematografía y no de Cultura”, ya que focaliza su interés en “un único sector”.

José María Sanz, Loquillo, presentó en rueda de prensa el concierto que ofrecerá en el Kursaal y con el que cierra la gira que inició en mayo en Madrid con su proyecto más poético. A mediados de los noventa, junto a Gabriel Sopeña, Loquillo se sumergió en varios trabajos en los que trasladó la poesía a los escenarios y que luego se concretaron en varios discos.

Así, 30 años de transgresiones es un doble CD que incluye una selección de los temas registrados en esos discos con adaptaciones de poemas de Bernardo Atxaga, Julio Martínez Mesanza, Mario Benedetti, Jacques Brel, Luis Eduardo Aute, Luis Alberto Cuenca y Jaime Gil de Biedma, entre otros.

Acompañado de su banda habitual, el cantante se adentra en este proyecto “audaz e independiente” sin “ningún tipo de subvención”, como recalcó en varias ocasiones, y que financia gracias a su faceta más roquera, que le permite abordar iniciativas alternativas.

Esta es una manera de “reivindicar la poesía”, un género que hace años era más cercano debido a la labor de los cantautores, pero que en la actualidad es más difícil de ver, consideró. “Además, en los tiempos actuales, en los que decir lo que se piensa es un deporte de riesgo, la poesía me ayuda a expresar lo que pienso en palabras atemporales”, sentenció.

El descubrimiento de la poesía surgió a raíz de una canción de Paul Simon que le remitió a Dylan Thomas, el autor inglés que Loquillo creyó que era un cantante y del que llegó a buscar un disco en una tienda de Barcelona hasta que supo que era un escritor.

Loquillo se definió como una rara avis que va a su bola, más a sus 63 años, y señaló que, a pesar de que en el mundo del rock hay cierto complejo de Peter Pan, a él le gusta cumplir años y “meterse en líos”, como estos proyectos difíciles. “Si tuviera más poder económico haría más cosas, más obras de teatro y más documentales”, afirmó.