Un excepcional cuadro de Miró por 3,3 millones de euros, un Picasso por 2,5 y una escultura de Chillida por 1,2 millones son algunas de las piezas más caras de la 43 edición de ARCO, que arrancó este miércoles con una notable presencia de mujeres artistas y sorteando, al parecer, la polémica que acompaña muchas de sus ediciones. La feria levantó el telón con un total de 205 galerías procedente de 36 países, convertida en un escaparate de las últimas tendencias de arte contemporáneo, pero también en un pequeño museo de arte con piezas de grandes autores que rara vez ven la luz.

En esta edición parece que no hay ni rastro de polémica, salvo el Manuel de Rodrigo Muñoz Ballester, pieza que estuvo en ARCO en 1983 y que entonces dio de qué hablar. La escultura se puede ver ahora en la Galería José de la Mano en un proyecto de arte gay en la Transición. Muestra los cuerpos de dos hombres, uno de ellos desnudo. La imagen ha sido compartida en Instagram por la feria en stories y la red social la ha eliminado. “Es una obra fundamental para la historia de arte gay”, dijo José de la Mano, dueño de la galería.

Salvo esta no parece que haya rastro de polémica pero lo que sí hay son más mujeres artistas. El arte hecho por mujeres sube al 43% (37% en 2023) y lo hace con la presencia de nombres históricos de vanguardia como María Blanchard, y otras más actuales como Orlan, Ouka Lele o Colita.

La galería Leandro Navarro mostrará la que probablemente es la pieza más cara de la feria, un cuadro de Joan Miró de la serie de 27 pinturas en masonita que pintó en 1936. “En España solo hay dos piezas de esta serie, una en el Thyssen y otra en la Fundación Miró”, explicó Íñigo Navarro, propietario de la galería. La suya viene de una colección particular extranjera. La serie tiene una especial significación porque se hizo en los albores de la Guerra Civil y porque el pintor experimentó por primera vez con materiales como el alquitrán, el betún o la arena.

Un Picasso por 2,5 millones de euros en la galería Guillermo de Osma, una estatua de Chillida en la Galería Mayoral por 1,2, y un Sigmun Polke en Vera Munre por 1,7 millones, son otras de las piezas más caras en Ifema. Tapiés, del que ahora se celebra una retrospectiva en el Museo Reina Sofía, es otro de los nombres que más suenan en la feria. Junto con Chillida, Gordillo (una cuadro por 180.000 en Malborough) o Carlos Saura (680.000 euros), son algunos de las nombres más caros.

Pero las galerías traen un año más propuestas para todos los públicos, con el objetivo de atraer al coleccionista adinerado, pero también de ser un lugar que genere nuevos coleccionistas. Muchas de las galerías que están presentes en ARCO hasta el domingo dedican su stand a las piezas de más calidad, pero reservar un espacio separado en el interior con obra más barata

Obras por 600 euros e IA Muy pocos pueden permitirse el Corazón y periferias, de Luis Gordillo, pero muchos más podrán optar por algunos de los dibujos del pintor que la misma galería ofrece por entre 2.600 y 5.000; son piezas únicas. La sala también cuenta entre sus opciones más asequibles con fotografías de Pedro Almodóvar por 4.200 euros, pequeñas esculturas de Blanca Muñoz por 7.000 euros –las del stand de gran tamaño rondan los 25.000– y dibujos de Vicky Uslé por 3.300 euros.

Helga de Alvear, una de las veteranas de la feria, ofrece una instalación de Elmgreen and Dragset por 200.000 euros y una serie de estampas a 600 euros la unidad del polémico Santiago Sierra, el ninot de Felipe VI y Presos políticos.

Algunos galeristas apuestan por obras generadas con ayuda de la Inteligencia Artificial. Una de esas piezas es Damnatio Memoriae, de Daniel Andújar, con un precio de 10.000 euros. El artista aborda la “memoria histórica” en una pieza con un escudo franquista, tintado de negro, que ha acompañado con unos obeliscos. La IA también está presente en la galería catalana Àngels Barcelona que posee tres obras generadas con ayuda de la tecnología