Joscelyn Eve Stoker (Dover, 1987), conocida artísticamente como Joss Stone, saltó a la fama como una precoz promesa. En 2001, con apenas trece años, ganó dos talent shows en Gran Bretaña. Dos años después, con quince, publicó su primer álbum de estudio, The soul sessions. En 20 años de trayectoria se ha convertido en una superestrella con quince millones de discos vendidos, un Grammy y dos Brit-awards. Ha colaborado con artistas como James Brown, Herbie Hancock, Stevie Wonder, Gladys Knight, Sting, Van Morrison y llegó a formar parte de un grupo liderado por Mick Jagger. Actualmente se encuentra inmersa en una gira mundial titulada 20 years of soul, en la que celebra sus dos décadas en la carretera y con la que en la noche de este martes cerrará el escenario de la plaza de la Trinidad del 58º Jazzaldia.

Celebra su vigésimo aniversario como músico profesional. ¿Cómo valora este tiempo? 

Todo es una locura. Tengo 36 años y mirar mi vida me resulta imposible. Todas esas historias... Es como si la gente que ha disfrutado de mi música durante tanto tiempo tuviese mis diarios secretos de todos esos años. Probablemente recuerden cosas que yo ya he olvidado. Cuando miro al público, veo a la gente que ha crecido conmigo y es una locura. Ellos me recuerdan, porque he sido parte de su vida. Hay veces que la gente me habla de una canción mía que les ha supuesto mucho y que les hizo superar un momento complicado. Quizá se trate de una canción que yo ya he olvidado porque no le di la importancia debida... También me ha solido ocurrir lo contrario. He solido dar mucha importancia a canciones que nadie atendía. Es difícil poner esas canciones y esos años en una caja.

Dice que es complicado poner esos momentos en una caja pero, ¿tiende a mirar al pasado?

Soy un tipo de persona que vive el momento, así que no miro mucho hacia atrás, sino que intento vivir y estar en el espacio en el que estoy. Es cierto que con las promociones, como esta entrevista, nos animáis a hablar de lo que pasó, del pasado, de cómo empecé... Me suelo ver empujada a una posición en la que pienso: “Dios mío, ni siquiera había pensado en eso y alguien ha hecho que mi cerebro lo haga. Es una bendición, para ser honesta, porque de otro modo lo habría olvidado”. 

Efemérides como cumplir 20 años en la carretera llevan a eso, a una revisión.

El año pasado estaba promocionando un álbum y un periodista me preguntó qué iba a hacer por el 20º aniversario de mi carrera. Sinceramente, no tenía ni idea de que lo fuese. No lo sabía. Pensé que tal vez podría tener una fiesta, pero no era suficiente porque la única razón por la que he sido capaz de estar aquí durante 20 años y seguir dedicándome a la música es debido a todas esas personas en todo el mundo que me han apoyado. La música es algo que se propaga a nivel mundial. Pensé que teníamos que hacer una gira, tratar de celebrar con las personas que realmente han creado esto. Por eso estamos haciendo este tour, para poder reunir a todo el mundo y revindicar que aún estamos aquí.

¿Qué puede esperar el público de su espectáculo?

El público que me sigue en Facebook ha creado estos setlist, a través de unas encuestas. Así que espero que se sientan muy involucrados con el concierto. No siempre sé qué hacer, así que siempre les pregunto todo. Yo soy así y todo lo que hago lo hago así. Si cocino, no es para mí, siempre es para todos los que me rodean. Me gusta hacer cosas para la gente. Los seguidores de Facebook seleccionaron sus canciones favoritas o las canciones que realmente querían escuchar en vivo. Con esos resultados me propuse crear el espectáculo. Ha sido la primera vez que he creado algo así. Eran cuatro horas de música que debía dejar en 90 minutos o en 75, en función al festival en el que actúe. Espero que el público sienta que han sido escuchados y que están recibiendo lo que querían.

Una gran pregunta, ¿qué significa el soul para Joss Stone?

Con el paso de los años, se ha convertido en un término general con el que me refiero a un conjunto de emociones. Originalmente, era un género. Yo lo que quería era cantar soul. Después de 20 años, de girar por muchísimos países y colaborar con gente muy diversa, me he dado cuenta de que el soul no es un género excluyente, es algo grande. Es un sentimiento y puede vivir en todos los géneros. Y eso es lo que me encanta.

“La única razón por la que he sido capaz de estar aquí durante 20 años es debido a todas esas personas en todo el mundo que me han apoyado”

Habla de emociones, su obra está llena de ellas, sobre todo, de una. ¿Qué es para usted el amor?

El amor, qué emoción más interesante. El amor lo es todo. Cuando no amas algo, básicamente no sientes nada por ello, pero puedes amar de muchas maneras diferentes. Eso hace que la palabra pueda usarse en exceso, pero es una palabra maravillosa porque encaja en muchos espacios. Por eso llamé así a mi último álbum: Never forget my love. Espero que la gente sienta el amor que tengo para darles. Cuando lo das todo y continúas haciéndolo, esperas que después de tu muerte sigan sintiendo la vitalidad de ese amor.

Una de sus influencias siempre ha sido Aretha Franklin. Sin embargo, me gustaría saber cómo era la escena británica cuando se inició a principio de este siglo. ¿Le gustaba, por ejemplo, Gabrielle?

Recuerdo al grupo femenino Eternal, era conmovedor. Gabrielle, por su parte, presentó una nueva clase de rythm and blues. Claro, no es Beyonce, pero hoy en día para nosotros lo que hacían Destiny Child, TLC, Gabrielle, Eternal y todo ese tipo de bandas, incluso Beverley Knight, era rythm and blues. El blues es algo de la vieja escuela, que si dejas por su cuenta puede llegar a ser muy crudo y muy simple a la vez, aunque siempre es pegadizo. 

¿En su casa siempre se escuchó música?

Antes de firmar mi contrato con catorce años no podía comprar discos porque no tenía dinero. Tampoco se nos permitía ver la televisión. Todo lo que tenía eran los discos que ponían mi padre y mi madre. A papá le gustaba mucho James Brown y Solomon Burke. Mi madre ponía un montón de grandes voces femeninas como Anita Baker, Withney Houston o Melissa Etheridge, que era una de las grandes. En casa teníamos reggae, rock y pop. A mi hermana le gustaba la música pop. Ella sólo quería escuchar Boyzone, Spice Girls y cosas por el estilo. Así que también tuve su influencia. Otro de mis hermanos apostaba por el hip hop y otro, por The Offspring. Teníamos un montón de ruidos en la casa (ríe). Yo me incliné por lo más emocional. Supongo que es porque eso es lo que soy, un poco emocional.

Empezó muy joven, a los trece años, ganando varios concursos de talentos. Y a los quince, publicó su primer álbum, ‘The Soul Sessions’. ¿No fue abrumador?

Sí, lo fue, pero creo que sin esa experiencia también hubiese estado abrumada. Para mí, pasar de Primaria a Secundaria fue tan aterrador como cantar una canción en un estudio con algún gran artista. Ir a la escuela es muy duro: algunos chicos se acosan entre ellos; puede que te enamores del chico guapo de la escuela y ni siquiera te mire dos veces y cuando lo hace, te tropiezas y le pegas un golpe en la cara contra el bordillo... Ese tipo de cosas ocurren normalmente en la vida, no me pasaban sólo a mí. Yo estaba haciendo algo diferente en mis años de formación, pero eran momentos jodidamente extraños. No creo que se trate de lo que te pasa, es el periodo en sí mismo.

Tras 20 años de carrera y con múltiples colaboraciones a sus espaldas, incluida la de Mick Jagger, ¿ha cambiado su forma de entender la música respecto a cuando empezó en la profesión?

Esas personas han cambiado mi experiencia. Me hicieron sentir parte de un hogar. Es realmente encantador ser aceptado por la gente que has visto y has amado. Por ejemplo, conocí a Patti LaBelle y ella me aceptó y me dijo que estaba haciendo un gran trabajo. Ese hecho me hizo sentir validada. 

En 2019 hizo un gran ‘tour’ mundial lleno de colaboraciones con músicos locales de todas las esquinas del mundo. ¿Cómo lo vivió?

Esas colaboraciones que hice en esa gira mundial fueron las que cambiaron mi forma de escuchar música. ¿Hacer colaboraciones de soul con todos famosos? Eso está genial, pero yo ya conocía esa música. Esas relaciones con lo local fueron las que me abrieron mis oídos a diferentes ritmos, diferentes idiomas, diferentes maneras de usar su voz, diferentes maneras de utilizar el planeta Tierra para crear sonidos distintos.