Desde mañana el Koldo Miltxelena cierra sus puertas por obras, unas obras obligadas por el estado de las instalaciones y necesarias para garantizar la seguridad y confortabilidad de las personas usuarias del centro cultural y de sus trabajadores y trabajadoras.

El director del Koldo Mitxelena, Patxi Presa, explica a este periódico la necesidad de la intervención. “El edificio, en su actual uso, tiene 30 años y durante este tiempo se han ido haciendo parcheos pero en un momento dado ya no ha soportado más”. 

Dar un paseo por los pasillos del Koldo Mitxelena es la mejor forma de tomar conciencia de que la necesidad de mejora es imperiosa. Paneles del techo abiertos, grande cubetas que recogen el agua que pierden las tuberías....

Patxi Presa señala los daños en el techo en una sala vacía Javier Colmenero

Las intervenciones, principalmente, serán estructurales y afectan sobre todo a la cubierta del edificio, que debe cambiarse, así como las tuberías, como ya dictó un informe, Además, se procederá a renovar la fachada, actuación esta que no se hace solo para mejorar la imagen sino también por haberse dado varios episodios de caída de piedras de la fachada a la calle, con el consiguiente riesgo que ello conlleva.

Por todo ello el Koldo Mitxelena cierra. El proyecto, señala Presa, ha fijado el plazo de ejecución en 21 meses, aunque en cuestión de obras, más las de esta envergadura, los plazos raramente se cumplen.

"Durante 30 años se han hecho parcheos, pero el edificio no aguantaba más"

Patxi Presa - Director del Koldo Mitxelena

“Se van a realizar reformas estructurales. Cambiar la cubierta y las tuberías. Pero también la accesibilidad, porque el edificio tiene 30 años y hay problemas de acceso, por ejemplo, a la sala Ganbara o la sala de exposiciones”, añade Presa. La mejora en este aspecto pasará por “incorporar dos ascensores que conectarán todo el edificio”, y que facilitarán los desplazamientos en su interior a las personas con movilidad reducida.

También se procederá a rehabilitar las fachadas, “sin tocarlas, porque es un edificio protegido”. Se limpiará la piedra y se actuará en materia de seguridad para evitar desprendimientos.

La necesidad de mejoras es evidente en algunos lugares del centro cultural

La necesidad de mejoras es evidente en algunos lugares del centro cultural Javier Colmenero

La distribución interna va a seguir siendo “más o menos la misma”. “El único cambio, que no es menor y es muy positivo, es que en la segunda planta se recupera para el público la zona donde estaban las oficinas de Cultura, que se han trasladado definitivamente a la calle Okendo”, destaca el director del Koldo Mitxelena. La nueva superficie disponible se destinará a “zona de investigadores”, servicio que se hallaba en el primer piso.

“La distribución del edificio va a ser mucho más natural”, abunda Presa. 

Servicios provisionales

Mientras duren las obras, las personas usuarias del centro cultural tendrán que acostumbrarse a los cambios. 

“Quiero subrayar que se cierra el edificio, pero que trasladamos los servicios”, subraya Presa. El primer servicio que se recupera, el mismo lunes 19, es “toda la parte de programación cultural, que sigue con su tarea en el convento de Santa Teresa, en la Parte Vieja”. En este singular edificio se ubicará, por ejemplo, la sala de actividades con espacio para 70 personas. 

El servicio de préstamo tardará un poco más en recuperarse, entre cuatro y cinco semanas. La razón es muy sencilla. “Hay que desalojar los 200.000 libros que hay aquí, 70.000 para préstamo, y llevarlos a las distintas ubicaciones”.

Todo lo que salga del Koldo Mitxelena buscará acomodo provisional en distintas localizaciones. “La parte de préstamo la llevamos al espacio Komikigunea, en la calle Reyes Católicos”. Allí se dará este servicio aunque de forma algo diferente, ya que pese a que el espacio disponible para el almacenaje de los libros, en la planta sótano, es muy amplio, no es así la zona donde se ubicará el mostrador para la recogida y depósito, en planta calle. 

“Va ser una biblioteca atípica, que funcionará más como una librería, donde coger y dejar. No hay casi espacio para estar. Entrará en funcionamiento a finales de julio”, reconoce.

“El servicio de préstamo contará con un fondo más que suficiente. Para hacernos una idea, el número de volúmenes que se ofrecen es similar a los que tiene la Biblioteca Central de Alderdi Eder”, puntualiza.

El Fondo Histórico se llevará al Archivo Histórico Provincial de Oñati, en un proceso de traslado que ya ha dado comienzo. “A partir de agosto estará consultable. Pero la verdad es que en gran medida está ya digitalizado y no se va a tener que ir hasta allí”, informa.

Las oficinas se repartirán en dos emplazamientos. El servicio de Biblioteca y Promoción Cultural que gestiona el Koldo Mitxelena se divide. “La parte de Biblioteca se traslada a villa Asunción, en la avenida José Elosegi”. Este edificio, propiedad de la Diputación, “será a futuro el emplazamiento de los servicios técnicos de la biblioteca”. El resto de oficinas se reubicarán en Santa Teresa.

Pese a que ya hay algunas salas totalmente vacías, el proceso de traslado y de empaquetado de la preciada carga comenzará una vez el centro cultural cierre sus puertas, a partir del lunes.

Pero hay servicios que mientras duren las obras no se podrán ofrecer: la consulta de prensa “física”, porque la online se llevará a Villa Asunción, y la parte de infoteca. “Los centros culturales somos refugio para personas que no tienen acceso a todo esto y a mí es el servicio que más me apena quitar”, subraya el responsable del Koldo Mitxelena.

El traslado no es sencillo pero “como nos íbamos a ir en 2020 ya habíamos ideado un sistema. Los libros tienen que ir perfectamente metidos en cajas (los del Fondo Histórico y Patrimonial con mucho cuidado) pero tenemos un equipo de trabajo experto y súper cuidadoso”, destaca Presa. “El traslado material lo hacemos con una empresa que trabaja desde Diputación y que ya está aquí”, señala.

Como el trabajo de biblioteca tiene mucho de catalogación, “ya hay experiencia en ordenar y rotular” para facilitar también el proceso inverso: el de colocación en su ubicación provisional de todos los libros.

Como en todo traslado se aprovechará para hacer limpia. “Hay que hacer un expurgo. Pero vamos a tener dos años para hacer dos cosas importantes: un buen expurgo y una buena política de colección en la biblioteca para definir cuál queremos que sea la línea de trabajo del Koldo Mitxelena a futuro”, subraya Presa.

 “Cuando se abrió el el centro no había Internet y veíamos los vídeos en VHS. Todo ha cambiado mucho y tenemos que recolocarnos. Además, en estos 30 años ha surgido la Red de Bibliotecas Municipales, se ha renovado San Telmo y ha aparecido Tabakalera. Por eso estos dos años serán muy importantes para definir cómo nos tenemos que situar en el nuevo contexto cuando el Koldo Mitxelena reabra sus puertas en 2025”, concluye Presa.