Donostia fue ayer la primera parada de Turra Tour, una especie de charla abierta en la que el director y guionista hablan de toda su trayectoria y que sirvió como homenaje a los orígenes del programa de EITB con la presencia de, entre otros, Gorka Otxoa, Oskar Terol, Maribel Salas y Esty Quesada.

En este tiempo ¿cuántas veces les han preguntado si hoy en día sería posible hacer un programa como ‘Vaya Semanita’?

Borja Cobeaga: En los últimos años bastante más. Con la aparición de las redes sociales el programa habría cambiado. Nosotros tuvimos muy pocas llamadas de atención. Hubo algún artículo en contra o algo así que te enterabas a posteriori, pero había tantas ganas de reírse de la situación que estábamos viviendo con tanta política y tensión, que eso estuvo por encima de todo.

Diego San José: Sería muy hipócrita que dijéramos que hoy no sería posible hacerlo porque hemos tenido la suerte de que siempre que nos hemos planteado algo, de alguna manera, siempre se ha hecho. No podemos ser dos personas que se quejan de todo diciendo que no pueden contar lo que les gustaría. En nuestro caso, el porcentaje de cosas que se han quedado en el tintero es ridículamente bajo.

Resulta llamativo que en aquel momento, con el grado de tensión que comentaban, no pasase nada y, en cambio, hoy en día, ya sin terrorismo, haya más miedo a hacer según qué cosas. 

B.C.: Si tú haces humor con algo, estás dispuesto a que te señalen. Tú puedes hacer lo que quieras, pero tienes que aceptar que si no gusta, te digan algo. Es verdad que ahora hay una respuesta más activa. También creo que el hecho de que hubiera tal tensión por el terrorismo ayudaba al humor. Ahora estamos más tranquilo y a lo mejor tenemos más tiempo para pensar. En ese momento el humor era algo muy bienvenido.

¿Cómo perciben, por lo tanto, la polémica con el programa ‘Akelarre’? 

B.C.: Que haya gente a la que le parezca mal y que opine es perfectamente entendible. Siempre ha habido gente quejándose por los programas que se hacen en prime time, lo que pasa es que quizás ahora las cosas que se comentan tienen más recorrido. Yo creo que se puede hablar de una manera bastante abierta de todo.

“Vaya Semanita' al principio fue un fracaso. No teníamos audiencia, así que empezamos a hacer 'sketches' más osados”

¿Se acuerdan de cómo fue su primer encuentro?

D.S.J.: Es muy fácil de recordar porque fue una entrevista de trabajo. Borja iba a dirigir un programa de humor y yo era un guionista que buscaba trabajo, así que fue como cuando alguien va a una entrevista de Infojobs. Fue en Mundaiz, al otro lado del Urumea (risas). A diferencia de una entrevista de trabajo común, en esta se trataba de conectar con el humor, que es algo muy particular y que uno no puede disimular ni fingir. Uno puede mentir con el nivel de inglés en una entrevista de Kutxabank, pero no puede mentir con respecto a su sentido del humor. De ahí surgió una conexión que dura hasta hoy.

B.C.: A ese respecto, me acuerdo que considerábamos importante no estar todo el rato encerrados en Miramón. Los jueves, que era cuando se emitía el programa, hacíamos una tormenta de ideas e íbamos a comer a un restaurante chino que había aquí cerca –la entrevista se realiza en el Koldo Mitxelena–. Después nos íbamos a tomar algo y hablábamos de las ideas de los sketches. En alguna de esas reuniones a mí Diego me ha llegado a tirar de la silla de la risa que me provocaba. Eso es algo que cimienta mucho las relaciones. 

Ambos dejaron ‘Vaya Semanita’ para hacer ‘Made in China’ en TVE. ¿Fue su primer fracaso?

D.S.J: Fue un intento de exportar una clave de humor que funcionaba en Euskadi. Visto con perspectiva, está claro que no se consiguió. 

B.C.: Se consiguió, pero con 8 apellidos vascos.

D.S.J.: Puede ser, pero lo de Made in China es algo que vivimos todos juntos. Creo que había que intentarlo y yo no me he arrepentido nunca de haber dicho que sí. 

B.C.: De hecho, Vaya Semanita al principio fue un fracaso. No teníamos audiencia, así que empezamos a hacer sketches más osados. El fracaso fue fundamental para empezar a intentar hacer cosas que no estaban en nuestro planteamiento inicial. La identidad de Vaya Semanita vino del fracaso inicial.

Otro proyecto que no terminó de funcionar fue ‘Aupa Josu’, que fue el germen de ‘Vota Juan’.

D.S.J.: Los fracasos son intentos para aprender a hacer otra cosa. Para mí, Aupa Josu no solo no fue un fracaso, sino que fue una piedra para construir otra cosa, que luego acabó siendo muy importante. Tuvimos una libertad absoluta para hacerla y fue justo después del éxito de 8 apellidos vascos, que quizás narrativamente no nos exigió cosas nuevas. El episodio piloto o tv movie, no sé cómo llamarla, fue un vehículo para poder hacer cosas en una clave de humor más sutil, donde había grises y donde había momentos de bajón, características que reunimos en Juan Carrasco. 

“Juntos nos lo pasamos muy bien, pero cada uno tiene su manera de contar las cosas. Eso no es algo que nos lleve a una carrera en solitario”

Sus trabajos más autorales como son ‘Vota Juan’ y ‘Negociador’ los han realizado por separado.

B.C.: Sí, es algo que hemos solido comentar (risas). No hay nada que haya tenido más éxito que Vaya Semanita, pero los trabajos que hemos hecho por separado han sido los más prestigiosos. Juntos nos lo pasamos muy bien, pero cada uno tiene su propia manera de contar las cosas. Lo bueno es que no es algo que te lleve a una carrera en solitario. Cuando hacemos algo juntos sale de una manera completamente diferente. 

D.S.J.: También es verdad que cuando hemos trabajado juntos ha sido en patrones muy grandes, con Mediaset y gigantes así detrás. Por separado hemos hecho producciones más pequeñitas, más humildes. Cuando económicamente es más ambiciosa, hay mucha menos libertad.

Con la retrospectiva de los años, ¿cómo cambió realmente esta película su posición en la industria?

B.C.: Siempre va a ser la película por la que la mayoría de la gente nos recuerde, pero afortunadamente estamos en un punto en el que hemos tenido éxitos de una talante diferente. Algunos han sido de más de prestigio y otros no, pero no somos de esos cantantes de one hit wonder. Desde 8 apellidos nuestra carrera tampoco es que haya tenido un bajón.