“Habéis abierto las puertas del universo del euskera y de la cultura vasca a numerosas generaciones”. El diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, ha alabado de esta manera los logros obtenidos por el Grupo Elkar durante su medio siglo de andadura, en la ceremonia de entrega de la Medalla de Oro de la Diputación, que ha tenido lugar este viernes en Donostia. El acto se ha iniciado a pie de calle, en la plaza Gipuzkoa, al ritmo de la Ezpatadantza en honor a la entidad galardonada, que ha dado paso, ya en el Salón del Trono del Palacio foral, a la interpretación de Non dago nire herria, por parte de Eñaut Elorrieta, y al recital de la bertsolari Oihana Iguaran. “Premiamos el incansable trabajo realizado en la difusión del euskera y de la cultura vasca”, ha explicado Olano, en un discurso en el que no han faltado referencias a las letras vascas y universales, desde Borges hasta Etxepare, pasando por Xabier Lete y Karmele Jaio, Premio Euskadi de Literatura en 2020.

El diputado general ha centrado en tres aspectos los argumentos para reconocer al Grupo Elkar con la mayor distinción que otorga la Diputación. Su práctica, desde su fundación en Baiona en 1972, ha favorecido la afición a la lectura –algo imprescindible en la formación de “personas críticas”– y la “adhesión y el consumo de la cultura vasca en nuestra sociedad”. Ha añadido que “el euskera ha ganado miles de hablantes, se ha rejuvenecido en gran medida, gracias a la iniciativas populares como las de Elkar”. Por último, el diputado general ha subrayado “el potencial multiplicador de la colaboración entre las instituciones y los agentes sociales” como Elkar, algo aún más importante “en la medida en que somos una lengua minorizada, en medio de un mundo y una sociedad profundamente cambiante”.

El laudatio ha corrido a cargo de la presidenta de Eusko Ikaskuntza, Ane Urkiza, que subrayado que la “deuda” con Elkar es tanto particular como, inevitablemente, de toda la sociedad. Urkiza ha tomado como referencia siete aforismos que recogió en el libro Garen hori y que la rama editorial del grupo publicó en 2020 para hablar de los “valores” que desde su creación han atravesado su práctica, a saber, el euskera y la cultura, la voluntad de ser una herramienta de país enfrentándose a las complicaciones derivadas del franquismo, al tiempo que adoptaba una visión “integral” del servicio editorial, todo ello desde “un carácter emprendedor”, con una visión de negocio que ha sabido adaptarse a los tiempos y con cierta ambición que facilitó la construcción de una industria cultural vasca.

Elkar, "solo un eslabón más"

Mikel Esnal y Jose Mari Sors han recibido la Medalla de Oro en representación de Elkar Fundazioa. Esnal, con humildad, ha repasado los asegurado que solo representan “un eslabón” en la larga cadena de una industria cultural que cuenta con “deficiencias estructurales” para lograr una “sostenibilidad digna”. En este sentido, ha defendido la necesitar de “acertar” en las fórmulas para “visibilizar” la cultura euskaldun y para lograr una sociedad que activamente la consuma. Esnal ha lanzado una petición a los representantes públicos congregados en la ceremonia, al defender la promulgación de “políticas culturales sólidas y valientes” y les ha tenido la mano para caminar juntos en la consecución del proyecto cultural más sólido posible, entendiendo que la cultura debe ser prioritaria en la escala de valores de la sociedad futura, al promover no solo un bienestar individual, sino también la creación de una comunidad justa, progresista y más democrática.