Antonio José Navarro, en el último libro que ha editado la Semana con el sello Hermenaute, El banquete infame. Representaciones del canibalismo en el cine, afirma que la “fascinación” del espectador por obras que dicha práctica “se encuentra vigorosamente unida a aquello en lo que no deseamos convertirnos: un monstruo”. Lo que ocurre es que en la vida, los monstruos existen. De hecho, en Feed me, Adam Leader y Richard Oakes cuentan una historia basada en hechos reales, la de Armin Meiwes, conocido como el Caníbal de Rotenburgo, que llegó a un pacto con otro hombre que conoció por Internet al que le propuso ser su cena. La víctima, aceptó. Leader y Oakes proponen un viaje a los traumas, al límite de lo moral. Christopher Mulvin interpreta a Jed, un joven desolado debido a que su pareja ha muerto a consecuencia de la bulimia. Neal Ward, por su parte, se mete en la piel de Lionel, un caníbal y asesino en serie –las referencias a otro asesino en serie, a Dumher, son, además, muy evidentes– que ofrece a Jed acabar con su sufrimiento mediante su ingesta. Comer y ser comido, dice, es el mayor acto de comunión que puede haber. Su filosofía es clara: Eres lo que comes. Para ser humano tienes que cocinar carne humana. Para ser normal, tienes que darte un festín de gente normal. Tanto Ward como Mulvin son dos actores que vienen de la comedia, algo que tampoco ayuda a Feed me a situarse en el tono correcto, subrayado por la decisión de los directores de mantener el largometraje en la ambivalencia entre el drama y la comedia. El no decantarse nunca lastra un largometraje sobre con una premisa, por otro lado, interesante, sobre la depresión a consecuencia de un luto no cerrado, la consecuente pulsión autodestructiva y el derecho al suicidio asistido. 

‘Feed me’

  • Directores: Adam Leader y Richard Oakes.
  • Guion: Adam Leader y Richard Oakes.
  • Intérpretes: Neal Ward, Christopher Mulvin, Hannah Al Rashid, Samantha Loxley.
  • País: Reino Unido.
  • Duración: 96 minutos.