“En Cuba se decía que Los Xey no eran seis, sino cinco; que solo cantaban cuatro, pero que cobrar, cobraban como 20”. Con esta anécdota cargada de humor el director donostiarra Eneko Olasagasti ha resumido el significado del nombre del afamado quinteto guipuzcoano, que en 1941 nació como sexteto y que tuvo tal éxito a lo ancho y largo del mundo que una gira de seis meses por América se convirtió en casi una década de conciertos al otro lado del charco. Los Xey. Una historia de película, después de su paso por la Seminci de Valladolid, se preestrenará mañana martes en el Victoria Eugenia, un teatro clave en el devenir de esta agrupación que era capaz de cantar desde una “seaska kanta de Brahms hasta melodías populares” como Cielito lindo o La bella Lola.

Buen menú, La vaca lechera o Maite son solo algunos de los reconocidos éxitos de este grupo que mezclaba el canto con el espectáculo humorístico, la verdadera clave de su éxito. Olasagasti ha estado acompañado por el productor David Berraondo, también sobrino de Txiki Lahuerta –originario de Los Xey–; el miembro de Golden Apple Quartet Loyola Garmendia y el director de la Unidad de Cine de Donostia Kultura, Josemi Beltrán. Garmendia ha explicado que el origen de esta película se encuentra en el hallazgo en Lesaka de un baúl de recuerdos perteneciente al acordeonista Pepito Yanci y al de una maleta mexicana propiedad de la familia de Txomin Arrasate, que incluía multitud de materiales, incluyendo unas memorias escritas por dos miembros de Los Xey, Sabin Olaskoaga y Xipri Larrañaga.

El documental analiza las dos décadas de carrera, desde su fundación en 1941, enmarcado dentro de los movimientos de fomento de expresiones culturales tras la Guerra Civil, hasta su disolución en 1961, cuando el proyecto se vio abocado a su fin tras el deseo de parar de Lahuerta. En esos veinte años, Los Xey dejaron para la posteridad un repertorio de 207 canciones y diez películas –cinco en el Estado y otras tantas en México–, así como una gran cantidad de aficionados en países como Argentina, Chile, Cuba, Puerto Rico y Estados Unidos, entre otros. “Eran muy buenos arreglistas vocales”, ha opinado Garmendia, que ha añadido que si bien los Golden Apple Quartet no nacieron como homenaje o como un intento de imitar a Los Xey, sí que ambas agrupaciones comparten ciertas similitudes y, por supuesto, un espíritu: el del canto y la comedia. De hecho, el Golden Apple Quartet llevó a escena un espectáculo en homenaje a Los Xey, que en cierta medida funcionó como semilla para el documental, dado que fue lo que motivó el hallazgo del baúl en casa de Yanci. Además de este material, para el documental a través de una ardua labor de investigación han logrado incluso recuperar clips de entrevistas que grabaron para Radio Progreso en Cuba: “Es la primera vez que tenemos la voz de Txiki en una entrevista, porque el resto de grabaciones son cantadas”.

Los xey Descendiendo avion en México. N.G.

Los Xey, de Donostia al mundo

Fue la actriz argentina Celia Gámez quien descubrió a Los Xey en el Victoria Eugenia y quien los invitó a actuar a Barcelona, donde dieron la campanada y se convirtieron en un auténtico éxito. Sus excelentes voces, el “humor blanco” que les permitía eludir la censura y la manera innovadora que tenían de saltar al escenario, en muchas ocasiones disfrazados, fueron, a juicio de Olasagasti, las “claves de su éxito”. Los Xey nacieron alrededor del Coro Easo: Guillermo Lazcano y Víctor García fueron los impulsores de la agrupación a la que se sumaron Txomin Arrasate, Xabier Olaskoaga –más tarde sustituido por Sabin– y los ya citados Txiki Lahuerta y Pepito Yanci. Al poco, cuando Los Xey ya comenzaban a tener cierto nombre, Lazcano abandonó la formación y el sexteto se convirtió en quinteto.

“Cuando Garmendia me habló de la historia de Los Xey, flipé”, ha afirmado rotundo Olasagasti que corrió a hablar con David Berrando para plantearle la posibilidad de rodar un documental sin saber que la madre de Berraondo era hermana de Txiki Lahuerta. Esa historia, por supuesto, le motivó “doblemente”. “Yo era un crío, mi tío había ido a América, había cantado y había triunfado pero la familia no conocía más detalles, aunque los discos de Los Xey sonaban en casa todos los días”, ha explicado el productor.

Para la película han establecido una “cronología exhaustiva” de los hechos y narra multitud de anécdotas, aunque otros muchas, reconocen con pena, han tenido que quedarse fuera del metraje. En el anecdotario de su periplo por el mundo se encuentran pasajes de lo más variopintos: desde una actuación en Letonia para los heridos de la División Azul que se saldó con una pronta huida del país por la cercanía del Ejército Rojo hasta varios años de actuaciones en cabarets controlados por la mafia y también en otros teatros de Cuba, territorio del que también “salieron corriendo” en 1959, después de que los revolucionarios derrocasen al dictador Fulgencio Batista.

“La vida de los grupos, quitando a los Rolling, es corta”, ha bromeado el director a la hora de hablar de la disolución del grupo a principios de la década de los 60. Unos años antes, en 1954, Arrasate fue sustituido por Larrañaga pero “el grupo aguantó bien”. No obstante, al volver de La Habana a finales de esa década, Txiki Lahuerta anunció que dejaba el grupo. “Es una opinión personal, pero yo creo que esa segunda sustitución no la aguantaron tan bien. Y luego hay que añadir el cansancio. Fueron 20 años de un lado a otro y además cargando con las familias”, ha explicado Olasagasti, que ha añadido que en esa época también comenzó la radiofórmula y despuntó la música anglosajona: “Las modas cambian y aunque durante los 60 se les siguió escuchando en la radio, comercialmente ya no tuvieron el tirón del que gozaron anteriormente”.

Los Xey en Argentina, en 1947. N.G.

Seguir el trayecto de Los Xey

Para los creadores es importante que el preestreno de Los Xey. Una historia de película tenga lugar en el Victoria Eugenia, en un lugar tan emblemático para el quinteto. Después del pase que tenga lugar mañana martes, el 4 de noviembre se estrenará en el circuito comercial en las tres capitales de la CAV. Más tarde, desean seguir el “rastro” de Los Xey y que el documental se estrene en los países latinoamericanos en los que estos guipuzcoanos triunfaron.