Jorge Martínez, más conocido Jorge 'Ilegal', ha muerto a los 70 años de edad a causa de un cáncer que le habían detectado y que no ha podido superar. Tras varios días ingresado en el Hospital Central de Asturias, este martes se conocía el triste desenlace. El mítico rockero asturiano seguía en activo y este mismo año había publicado "Joven y arrogante", decimotercer disco de estudio de 'Ilegales', banda que lideraba desde los años ochenta. 

En septiembre anunció que tenía que cáncer y que se sometía a tratamiento, lo que provocó la cancelación de la gira en la que estaba inmerso con su grupo para presentar el citado álbum.

Nacido en Avílés en 1955, Jorge era un rockero de los de toda la vida. Un tipo peligroso -se paseaba por las calles de Avilés armado con un stick de hockey-, provocador, arrogante, nihilista... nunca se mordió la lengua para decir lo que pensaba, como refleja el documental 'Mi vida entre las hormigas', disponible en Prime Video, o en sus apariciones televisivas a principios de 2000 en espacios de debate como 'Moros y cristianos' (Telecinco).

Portada del documental 'Mi vida entre las hormigas'.

"Mi atrevimiento suple mi total falta de belleza. En mi profesión no me defiendo con mi imagen, me defiendo con una guitarra en la mano y le hago cada guarrería que alucinas...", le espetó en ese espacio que presentaba Antxon Urrusolo a la folclórica Marujita Díaz cuando ésta se metió con su prominente nariz. Toda una declaración de principios de una de las mayores leyendas que ha dado el rock estatal.

Carácter indómito

Su carrera al frente de 'Ilegales' arrancó en 1982, banda que ya no dejaría, pese a sus numerosos cambios de formación, hasta su deceso. Antes paso por grupos como Madson o Los Metálicos, donde forjó su carácter indómito. Un tipo siempre lúcido, con las ideas muy claras, que incluso llegó estudiar Derecho, pero el punk y la rabia rockera le hicieron decantarse por la música.

A 'Ilegales' le debemos álbumes clásicos del rock español como su primer disco homónimo (Ilegales, 1982), al que siguieron zarpazos del calibre de 'Agotados de esperar el fin' (1984), 'Todos están muertos' (1985) o 'Chicos pálidos para la máquina' (1988).

Entre sus himnos más famosos, destacan 'Tiempos nuevos, tiempos salvajes', 'Soy un macarra', un símbolo del personaje barriobajero que siempre cultivó, o 'Problema sexual', donde muestra su sarcasmo e ironía, el sello más característico de sus letras.