¿Qué ha buscado con el arte de esta historia?

He intentado zafarme del estilo de la casa, de DC Cómics, tradicional, clásico, limpio... Nadie estaba pendiente de esta serie, nadie sabía lo que iba a ser, me pareció que era el momento de arriesgar. Empecé a entintarme yo mismo, me pasé a trabajar en digital y a utilizar muchos más recursos que hasta ahora no había utilizado; y conscientemente me limité otros hasta crear un nuevo estilo. Yo estudié Bellas Artes y antes de dedicarme a los cómics hice otros trabajos de ilustración muy diferentes a lo que hacía en los cómics. Todo eso lo aparté para dibujar superhéroes. Pero al trabajar en este nuevo estilo para The nice house of the lake, todo aquello que había apartado lo pude canalizar de nuevo. Siento que todo me ha llevado hasta este estilo.

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'The nice house on the lake', de Álvaro Martínez Bueno, James Tynion IV y Jordie Bellaire. N.G.

¿Considera que la serie necesitaba una identidad gráfica particular?

Es una serie sobre personajes en una habitación hablando mucho rato. Desde la manera de marcar las viñetas, los acabados de la tinta, Jordie Bellaire también ha clavado el color que buscábamos, el diseño gráfico... Buscaba que quien abriese el cómic solo con verlo supiese que estaba leyendo The nice house on the lake. Aquí no tienes superhéroes que conoce todo el mundo. Lo que tienes es el golpe de color, de la forma de las viñetas, el aspecto gráfico que te lleva a pensar Ah, es la serie esa de la casa (ríe). Me parecía importante y me esforcé mucho en ello.

"Aquí no tienes superhéroes que conoce todo el mundo. Lo que tienes es el golpe de color, de la forma de las viñetas, el aspecto gráfico que te lleva a pensar: Ah, esta la serie esa de la casa"

Desde luego, la serie tiene varias cuestiones representativas. Una de ella es la horizontalidad, la construcción de la lectura de izquierda a derecha a doble página.

Mi pesadilla personal (ríe). Es algo que James y yo venimos haciendo desde hace muchos años. Antes contaba con todos los recursos que te ofrecen los superhéroes: figuras que salen de las viñetas, fondos que se rompen... Muchas veces no está justificado hacer una página doble si no es algo impactante o presentas un escenario grande. En el caso de esta serie tenemos páginas dobles con gente hablando tengo que comerme mucho la cabeza y, entonces, aplico técnicas de composición y de narrativa que he ido desarrollando y que confluyen en esa doble página. Tiene su dificultad porque si no es interesante puede ser un ladrillo, son páginas con muchos diálogos; a veces cuesta que la lectura pase a la otra página, hay que guiar bien al lector.

En cada número utiliza esas páginas dobles para ofrecer una imagen general de la casa y el lago en forma de portada interior con las firmas de los autores. De número a número el agua del lago sube.

Te has dado cuenta (ríe). James propuso que hubiese una página interior para los títulos, algo que ya hacía él en Hay algo matando niños. Se me ocurrió que hubiera entre cada número una variación ligerísima. La idea era que quizás de uno a otro no te dieses cuenta, pero sí lo harías del primero al decimosegundo.

Me recordó a las contraportadas de las grapas individuales de ‘Watchmen’ y de su secuela, ‘El reloj del juicio final’, en la que un reguero de sangre va aumentando número a número.

Pensaba en ello cuando lo hice. Es otro nivel de disfrute con el lector. Es como contar un chiste y que se rían. Me gusta incluir ese tipo de recursos.

También destaca el uso de distintos pinceles, en algunos casos simulando tinta aguada.

El digital te permite usar muchísimos pinceles que simulan multitud de opciones. Pero todo depende de cómo los utilices. No me limito con ellos. En cada número cambio los pinceles que uso: puedo utilizar más brochas, más tiza o más lápiz. A medida que pasaban los números me vi refrendado por los editores y por la gente, les gustaba.

"En cada número cambio los pinceles: puedo utilizar más brochas, más tiza, más lápiz... A medida que pasaban los capítulos me vi refrendado por los editores y por la gente, les gustaba"

Por otro lado está la paleta de colores.

Para el color tenemos la suerte de trabajar con Jordie Bellaire, que está entre las tres mejores de la industria. Y hemos tenido la suerte de que para este proyecto ella también haya querido evolucionar. Es una colorista que ha ganado muchísimos premios y que ha hecho cómics muy importantes y que tiene un estilo muy determinado pero que aquí, lo ha cambiado porque la serie la ha estimulado a ello. Estimular con tu trabajo a artistas que admiras es increíble.

La arquitectura es clave en 'The nice house on the lake'.

Cuando empezamos a diseñar la serie mi obsesión era la casa. Necesitábamos todo tipo de elementos iconográficos: que reconocieses de un vistazo. Amigos arquitectos me ayudaron a buscar referencias, compré muchos libros. Pero, aunque el entorno es importante, realmente lo determinante es la interacción entre los personajes. A medida que avanzaban los números, comencé a dejar a un lado la preocupación por el entorno, la casa se vuelve más abstracta, y a centrarme más a las figuras, las expresiones, cómo se mueven, lo que están haciendo, lo que les da vida. 

"Me di cuenta de Chillida me encajaba perfectamente, que podía formar esas caras con las líneas, los círculos, los secantes... que él utilizaba"

No podemos dejar de citar la importancia de las esculturas en el cómic. De hecho, cada uno de los diez protagonistas tiene una asignada.

Necesitábamos algo que fuese gráfico y James me lanzó la idea de que hubiese unas esculturas por la casa y que cuando los personajes las tocasen pasasen cosas. Las esculturas también debían sugerir rostros de forma lejana. Busqué de todo, desde escultura africana hasta contemporánea. Yo resido en Donostia, donde Chillida está por todas partes. Me di cuenta de que me encajaba perfectamente, que podía formar esas caras con los elementos gráficos que usaba Chillida. Diseñé decenas de esculturas, usando las líneas, los círculos, los secantes que utilizaba el escultor. Preparamos un dosier con obras de Chillida y se lo enviamos a los editores, que no tenían ni idea de quién era (ríe). Les gustó mucho. Este es otro ejemplo de cómo he metido algo de mi vida en la serie y esto es mío y de todos los que vivimos aquí.