El I Concurso de Ópera y Zarzuela organizado por Opus Lírica ha recibido hasta 43 inscripciones de 20 nacionalidades distintas. Su responsable, Ainhoa Garmendia se ha mostrado entusiasmada con la respuesta de los cantantes, que llegaron ayer martes a Donostia desde rincones tan lejanos como Bolivia, Suiza, Polonia, China y Noruega, entre otros. Garmendia subrayó el "esfuerzo" hecho por los aspirantes. Además de pagar una inscripción de 100 euros por participar en el concurso, el viaje hasta Gipuzkoa ha corrido a cuenta de cada uno. No obstante, lo tienen claro, se trata de una “inversión” en su carrera: "Lo necesitan".

Entre los inscritos, por supuesto, no faltan vascos. Es el caso de Saioa Bañales, de 29 años, violonchelista que también a cursado estudios superiores de canto y que llegó a la iglesia de Zorroaga desde la vecina Bilbao. Bañales cuenta con experiencia en este tipo de concursos, aunque lo que más le interesó de la convocatoria fue que el premio fuese algo más que pecuniario. Lo que realmente le motivó fue la posibilidad de conseguir un rol en una futura producción de Opus Lírica u otro contrato en otra compañía. Para ello, se presentó al concurso con una selección “un poquito dramática”, entre las que destaca piezas de óperas veristas, así como un fragmento de Macbeth. “Cuando empiezas a participar en concursos lo que te interesa es que te escuchen, ir generando una red”, explicó Bañales.

Nicolás Calderón, por su parte, es madrileño y ha aprovechado el viaje para venir con su familia y hacer algo de turismo. Se encuentra cursando tercer curso en la Escuela Superior de Canto y además tiene formación como flautista. Es la primera vez que se enfrenta a un concurso de canto: “He venido con la idea de hacer lo mejor posible, ver qué sensaciones tengo, qué feedback, cómo me siento yo y a ver hasta dónde puedo llegar”. Entre las piezas que ha preparado, este madrileño de 26 años probará con la zarzuela. Concretamente, con Paxarín, que tú vuelas de La pícara molinera.

Pablo Villanueva, de 38 años, nació en Bolivia pero ha llegado a Donostia desde Roma, donde estudia ópera. “Descubrí el concurso por Internet y vi que Donostia también es un bonito lugar así que me animé a venir”, rio Villanueva, para después añadir que desea comenzar profesionalmente con su carrera y “ampliar su red de contactos”. Para la prueba ha estado ensayando el aria Come Paride vezzoso, de la obra L’elisir d’amore, de Donizzeti. “Espero un feedback de los profesionales, que me digan cómo voy, cómo está la voz y hacer contactos, conocer gente”.

La soprano rusa Aleksandra Gladysheva está casada con un guipuzcoano. Ambos viven en Barcelona, pero aprovechando una visita al territorio de origen de su marido decidió presentarse a estas audiciones. Tiene claro que, aunque muchos no lo consideren así, cantar también es un “trabajo”: “Siempre hay que estar abierto a nuevas experiencias”. Gladysheva empezó a estudiar canto en Moscú y acaba de terminar un máster de Canto Lírico en la capital catalana. Viene con los deberes hechos para la prueba y ha preparado un repertorio lírico-dramático en el que destaca el aria Suicidio!, de la ópera La Gioconda: “Nunca he cantado en una iglesia y hacerlo aquí (en Zorroaga) me parece interesante, por la reverberación del sonido”.