Después de “dos años largos”, la Asociación Lírica Sasibill volverá la semana que viene a Donostia con una producción que entre intérpretes, coro y orquesta aglutinará hasta a 70 personas entre el escenario y el foso. Sasibill no representa La leyenda del beso, una de las piezas “más exigentes” de la ópera chica, en la capital guipuzcoana desde 2006, cuando la escenificaron en el Principal. En esta ocasión, no obstante, será en el Victoria Eugenia el 11 y 12 de septiembre. La buena marcha de la taquilla hace que desde Sasibill, sean optimistas: “Donostia tiene ganas de zarzuela”.

El responsable de Sasibill, Daniel Miguel; el director de escena de La leyenda del beso, Josean García; y su director musical, Arkaitz Mendoza, han presentado este martes este espectáculo que, inicialmente, estaba pensado para ser representado en mayo de 2020. La incertidumbre por la pandemia y por los protocolos sanitarios lo impidieron. De la misma manera, el covid-19 también dificultó la práctica de Sasibill que desde 2019 no ha podido representar ninguna obra en la capital. Sí lo ha hecho, en cambio, en Lasarte-Oria, donde en octubre 2020 escenificó Los gavilanes y en mayo de este año presentó Marina.

“En Donostia septiembre significa Sasibill”, ha asegurado el director técnico del área de Música de Donostia Kultura, Miguel Martín. Y como en Donostia septiembre significa Sasibill, y el género cuenta con un “publico fiel”, la asociación lírica escenificará una pieza que se encuentra “entre el top-10” de zarzuelas.

Dividida en dos actos, con libreto de Enrique Reoyo, José Silva Aramburu y Antonio Paso, y con música de Reveriano Soutullo y Juan Vert, La leyenda del beso se estrenó por primera vez en Madrid en 1924. Se trata de una obra que mezcla una gran carga dramática con otro tanto de comedia, ambientada en los jardines de un viejo castillo señorial al que llega una tribu gitana en medio de una despedida de soltero. Como es habitual en género, se articulará en torno a una historia de amor imposible, en este caso, entre Mario, el propietario del castillo al que pone alma y voz el barítono Alberto Arrabal, y la gitana Amapola -Amparo Navarro- sobre la que ha caído una maldición: quien la bese morirá en el acto. “Tiene una partitura de una belleza y una intensidad enormes”, ha descrito Daniel Miguel.

Zarzuela en tiempos de covid-19

Josean García ha llevado a escena hasta en seis ocasiones La leyenda del beso, una obra que necesita de "grandes intérpretes". A los venidos de fuera como Navarro, Arrabal, Javier Agulló y Juan Carlos Barona -conocido por su papel en El fantasma de la ópera-, se suman nombres locales como el de Klara Mendizabal, María Jesús Gurrutxaga o Ekaitz González de Urretxu.

García ha explicado que la realidad del covid-19 ha hecho que esta sea una experiencia diferente. Así, según dictan los protocolos, los intérpretes principales saldrán a escena sin mascarilla, no así el coro que les acompañará, que deberá cantar con el cubrebocas puesto. En este mismo sentido han preparado un “montaje muy amplio” que permitirá la distancia entre personas -en total, habrá unos 35 en escena-. Asimismo, pese a ser una zarzuela dividida en dos actos, no habrá un intermedio y el público no podrá abandonar sus asientos. “Será un montaje sencillo, pero muy agradable para el espectador”.

Mendoza, por su parte, ha explicado que esta zarzuela es “de las más completas” que existen al aunar “teatro, danza y música”. “Con todas las restricciones que tenemos, nos planteamos hacer absolutamente todo en esta obra”, ha añadido, al tiempo que hace alusión a la idoneidad involuntaria de la elección de este título. No en vano, el “beso es algo que hoy en día tenemos medio prohibido".