oco a poco las aguas van volviendo a su cauce. Aunque con limitaciones, empezamos a poder disfrutar de la música y no solo de los artistas locales sino de creadores que llegan desde lejos como es el caso del norteamericano José James. La de ayer era su tercera visita a Donostia, segunda al Jazzaldia. De alguna manera, el show también estuvo condicionado por la crisis pandémica, ya que hubo que sustituir a dos de los tres músicos que le acompañaban. Y es que los británicos habituales no podían hacer la gira por las medidas sanitarias. El madrileño David Bao le acompañó en la batería y el cubano afincado en Madrid Iván Ruiz Machado, en el bajo eléctrico. Los dos cumplieron con creces la labor encomendada. José James se mostró estéticamente desconocido, con pelo afro, muy diferente a las visitas anteriores.

Ain’t no sunshine abrió la lista de canciones, ofreciendo desde el inicio un sonido envolvente y cálido.

A José James le gusta jugar con las canciones y, una vez que las pone sobre la mesa, comienza a deconstruirlas, juega con las intensidades, las raya y demuestra una gran capacidad vocal experimentando e improvisando con la voz.

Es generoso con los músicos y manifiesta una fuerte complicidad con Benjamin Bnnyhunna Kwasi, que enriquece las canciones con sus originales solos. En blackmagic dejó al trío que demostrara sus habilidades. Le gusta recrear con su voz los scratching de los dj’s e imitar ese sonido que proviene del movimiento de un disco de vinilo al frotarse con la aguja del tocadiscos. Aunque tenía una guitarra acústica, no la utilizó en exceso.

funk de prince

Who is he nos transportó al funk que podría practicar gente como Prince, teclado con ambiente setentero y esa sensación rítmica conocida como groove. La guitarra volvió a protagonizar Use me, con acordes repetitivos y muy refrescantes, en su línea más clásica Come to my door es otro éxito de gusto refinado que cantó con mucho gusto, con exceso de almíbar quizás, pero todo tiene hueco y encaja perfectamente en el repertorio de James. No fue nada continuista el espectáculo. Fueron variando los registros y en Trouble se sumergió en el soul y el jazz con un solo soberbio del pianista para acabar rendido ante el hip hop después de protagonizar un cambio de ritmo soberbio. Pleno entretenimiento. Sonaron Sword+Gun o To be with you. Qué buen inicio tienen las canciones, son ritmos estimulantes. José James es una especie de guía que nos paseó por las distintas vertientes de la música negra de los últimos 50 años. Lo mismo estábamos en los 70 y el soul clásico que nos adentrábamos en el funk o en el jazz más abierto para terminar por supuesto en el hip-hop, al que dio un envoltorio muy sugestivo.

Fue como una rápida excursión por la música negra en donde nadie queda excluido. Su sonido y su voz nos evocaron algunos de los nombres consagrados en los distintos estilos musicales de la música negra. Somos conscientes de sentirnos vivos, de todavía poder disfrutar a pesar de todas las incertidumbres de la música en directo. Es una especie de despertar tras la depresión a la que hemos estado sometidos. Park bench people o Live your fantasy fueron las piezas que nos fueron recogiendo y donde de nuevo se dieron la mano las habilidades técnicas y creativas de este gran cantante de Minneápolis que cerró con un bis representado por uno de sus grandes éxitos, Lovely Day.