- Crossover se embarcará hoy en su segunda jornada con una mesa redonda sobre el fenómeno del pódcast y las ficciones sonoras. Para ello, el festival contará con la periodista vizcaina Isabel Cadenas Cañón, directora y guionista de De eso no se habla, que charlará junto José Antonio Pérez Ledo, guionista de ficciones como Guerra 3 y El gran apagón, y María Jesús Espinosa, directora de Podium Podcast. Cadenas Cañón es doctora en Estudios Culturales y profesora de Historia Cultural en New York University; su pódcast De eso no se habla es un proyecto de no ficción narrativo, a medio camino entre la crónica, el ensayo y el documental que se basa en los silencios personales y colectivos. Uno de sus episodios recibió una Mención Especial del Jurado en la última edición de los Premios Ondas.

¿Es el pódcast una industria emergente en el Estado o nos encontramos ante una burbuja?

-Esa es la pregunta del millón (ríe). Existen muchos intereses para que la del pódcast sea una industria emergente. Ahora mismo, grandes productoras, corporaciones y plataformas se están lanzando a conquistar ese mercado. Hace una semana Netflix anunció que iban a contratar a gente para introducirse en el mundo del pódcast. El mercado, cuando ve un hueco, ahí se mete. Además es un formato mucho más barato que el audiovisual y muchas compañías lo están usando para explorar historias que en audio son mucho más baratas de hacer. Además, de repente, hemos redescubierto lo que es escuchar. Dicen que el primer sentido que desarrollamos en el vientre de nuestras madres es el oído y yo creo que el oído nos pone en contacto con otra cosa, mucho más íntima, mucho más irracional, mucho más de la emoción...

La pandemia y el confinamiento han ayudado a ello.

-Se han juntado dos factores. Por un lado, en otros países lleva tiempo siendo una industria potente y, por otro, hemos pasado mucho tiempo en nuestras casas pegados a pantallas. Queríamos encontrar otra manera de comunicarnos y de escuchar historias: sin pantallas. Se llevaba tiempo diciendo que cada año que llegaba iba a ser el año del pódcast en castellano. No tengo claro que el 2020 haya sido el año del pódcast en castellano, pero sí que ha habido mucha producción.

¿Qué tiene atractivo el formato?

-Es muy fácil controlar el proceso entero y eso es muy bonito. Para mí, que hago documental, si hiciese un audiovisual podría controlar el formato entero pero necesitaría, quizá, a un colorista o a un montador, por ejemplo. El formato de audio para determinados creadores es maravilloso: te da la posibilidad de tener una idea, realizarla y ponerla en el mundo. Lo puedes hacer solo o en colaboración, pero no requiere de grandes inversiones económicas. Sí de tiempo porque todo el mundo piensa que hacer un pódcast es facilísimo, pero depende del tipo de pódcast que hagas.

Otra de sus virtudes es que es cómodo de escuchar.

-Lo puedes hacer mientras planchas o cuando vas al trabajar. Esas cosas hacen que sea muy apetecible y que mucha gente lo esté descubriendo.

¿Hemos redescubierto la radio, de alguna manera?

-Creo que sí. Siempre me preguntan si la radio y los pódcast son lo mismo y digo que, por una parte, no lo son y que, por otra parte, deberían serlo. La ventaja del pódcast con respecto a la radio es la libertad. No tienes una obligación temporal. Tu pódcast puede durar tres horas o dos minutos, da igual; eso es súper liberador porque no tienes que acogerte a ningún formato preestablecido. Luego también está la capacidad de experimentación. Lo que ocurre es que en muchos países esa capacidad de experimentación se da en la radio. Los grandes pódcast estadounidenses que escuchamos nacieron en la radio. En Francia y en Inglaterra, por ejemplo, en la radio se hace una gran producción sonora. No está reñido. Lo importante es dónde está la creación y dónde está la libertad, y quién invierte dinero y tiempo para que se desarrollen nuevos formatos.

Parece que pódcast como 'De eso no se habla', si bien ha sido muy exitoso, tienen lugar fuera de la centralidad del foco informativo. Hay que ir a buscarlos a los márgenes.

-Me pregunto si estas historias no tienen lugar en el centro o es el centro el que no llega esas historias; eso es los crucial. La prueba es que mucha gente escucha De eso no se habla, o sea que tan en los márgenes no está. Cuando la gente escucha un contenido que le interesa, le da igual que esté en la radio o tenga que buscarlo en Internet. La pregunta que me surge, entonces, es por qué no se están escuchando estas historias en la radio.

¿La radio debe aprender del pódcast y viceversa?

-Me genera mucha curiosidad la gente del pódcast que dice que no tiene nada que aprender de la radio y me causa la misma sorpresa la gente de la radio que dice que no tiene nada que aprender del pódcast, porque la experimentación se está dando ahí. De la misma manera, la gente del pódcast tiene que saber que la radio lleva funcionando desde hace siglo y medio y que ha experimentado mucho, más de lo que se está haciendo ahora.

¿Cómo surge 'De eso no se habla'?

-Siempre he trabajado sobre la memoria, sobre la relación entre el presente con el pasado. Conseguí una beca en Estados Unidos, la PRX Google Creator Program, y tenía muy claro que iba a hablar sobre la memoria. A mí en mi casa de pequeña me decían No te signifiques, que nadie sepa lo que piensas, no hables de política... Pensaba que eso solo pasaba en mi casa. Cuando salí al mundo me di cuenta que ocurría en mi casa, en la de mis vecinos, en la de mis amigas y que era algo que pasaba en el Estado español pero no pasaba en otros países como Francia; no era algo mundial. Lo ligué con el silencio sistémico que tenemos en el Estado español. Cómo después de una Guerra Civil y cuarenta años de dictadura se impuso un régimen de silencio que sigue hoy en día reinando, no solo a nivel político, sino también a nivel social y cultural. Está tan intrincado en esta sociedad que ni siquiera nos damos cuenta de que eso no es normal.

¿No resultó especialmente difícil abordar un proyecto construido sobre el silencio?

-Es difícil, pero la gente que habla en estas historias quiere hacerlo. Es difícil encontrar a gente que quiera hablar, pero cuando la encuentras es muy potente. Yo no obligo a nadie a hablar. De hecho, ha habido historias que no he podido abordar porque la gente que las protagonizaba, finalmente, se ha echado para atrás. Es más difícil hablar sobre cuestiones que se callan, pero cuando ese silencio se rompe es mucho más potente y genera mucho eco y ruido.

¿El éxito de 'De eso no se habla' ha generado algún interés en la industria?

-Ha generado interés, en primer lugar, en personas. Ha tenido mucho seguimiento en redes, en prensa, premios... Ha sido muy sorprendente, porque es un proyecto independiente, hecho con muy poco dinero y hecho de manera artesanal. La recepción ha sido muy bonita. También ha habido interés por parte de otros espacios, pero lo que tengo claro es que este proyecto requiere mucho cuidado, cariño y tiempo. No sé si habrá una segunda temporada, pero si la hubiera tardará en llegar. Es difícil encontrar historias, yo tardo mucho en hacerlas y está bien así; no todo tiene que ser rápido y ya. Querría que hubiese una segunda temporada, pero para ello debemos encontrar las condiciones materiales para hacerla bien, para que tanto mi equipo como yo podamos trabajar las historias con tranquilidad y con el reposo que requieren. Este formato requiere tiempo.

Dice que ha habido historias que no ha podido contar, ¿se ha chocado contra muchas paredes?

-Sí, pero no con tantas. La gente tiene ganas de hablar. También tiene que ver con quién habla, con quién tienes delante. Si te acercas a la historia con respeto y honestidad y tratas a las personas con ese respeto, puede ser que alguien no quiera hablar pero no es chocarte con una pared; a veces esas historias salen y otras no. No me he encontrado ningún problema grande.

¿Cómo se trabaja un guion de este tipo de proyectos?

-Con mucho sudor y muchas lágrimas (ríe). Sufro mucho haciendo los guiones, es lo que más me cuesta. Es mucha responsabilidad contar historias de otra gente y porque meter algo implica dejar cosas fuera; las elecciones las llevo muy mal. Es el proceso más difícil y a la vez el más importante en todos los episodios porque escribir bien un guion, armar bien su estructura y hacer que las voces se hablen bien las unas a las otras son las claves de una creación sonora.

"No tengo claro que 2020 haya sido el año del pódcast en castellano, pero sí que ha habido mucha producción"

"Es más difícil hablar sobre cuestiones que se callan, pero cuando ese silencio se rompe es mucho más potente y genera eco y ruido"