- Las galardonadas con el Premio Mikeldi de Honor en el Festival Internacional de Cine Documental y Cortometraje de Bilbao (Zinebi), las cineastas Ana Murugarren y María Eugenia Salaverri, reconocieron ayer sentirse en minoría en un sector que, detrás de las cámaras, está formado mayoritariamente por hombres, especialmente en el inicio de sus carreras en los años 80 y 90.

“Durante muchos años, yo era la única mujer que había en aquel grupo”, reconoció Murugarren, en referencia a Joaquín Trincado, Enrique Urbizu y Luis Marías, el trío junto al que se inició en el mundo del cine tras llegar, desde su Marcilla natal, a Bilbao. La directora, guionista y montadora recordó que aunque en labores de montaje había “alguna mujer”, como fue su caso, en el resto de departamentos “eran todo hombres”.

“Esa ha sido nuestra historia”, corroboró Salaverri. “Pero tampoco te asustabas mucho, porque como lo habías visto toda la vida, te parecía natural. Ahora lo ves y dices: ¡pero qué cosa más marciana!”, bromeó. La escritora, guionista y productora subrayó que el “problema estriba en que, cuando hay que tomar decisiones importantes, no se piensa en las mujeres”, y que, aunque el panorama ha evolucionado favorablemente en los últimos años, “todavía no es para cantar victoria, ni de broma”.

“Tenemos que seguir peleando porque las cifras son un poco desastrosas”, indicó su compañera de premio.

Ambas recibieron ayer uno de los galardones más prestigiosos del Zinebi, el Mikeldi de Honor, durante la gala inaugural de la 62ª edición del festival.

Además, el próximo miércoles, dos largometrajes documentales de estas dos cineastas serán proyectados en el Museo de Bellas Artes de Bilbao: Esta no es la vida privada de Javier Krahe (2005) -codirigido por Murugarren junto a Joaquín Trincado- y De los ojos adentro (2019) -escrito y producido por Salaverri-.

La 62ª edición también ha premiado con el Mikeldi de Honor a los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne, aunque los cineastas belgas no pudieron estar físicamentee en la inauguración del festival debido a las restricciones de movilidad tanto en Valonia, donde residen, como en Euskadi.