l más puro estilo Dogville, de Lars Von Trier, Arteko ha delimitado con cinta de carrocero azul en el suelo de su galería, como si de un plano se tratara, los espacios de una vivienda. En esas áreas han colocado muebles que vienen de la empresa Lufe -como camas y escritorios- y hasta un inodoro. En las paredes, por su parte, cuelgan las obras que durante el confinamiento han desarrollado quince artistas de la galería, entre los que se encuentran Dora Salazar, Gorka Chillida o Joxan Iza.

El arquitecto Ander Ushijima ha sido el encargado de comisariar Habitar desde el arte, una muestra que permanecerá en la galería hasta el 8 de enero y que mediante las nuevas tecnologías permanecerá en permanente relación con el hall de la Escuela de Arquitectura de la UPV/EHU. Ushijima explica que toda esta idea surge del confinamiento, momento en el que la galería decidió conectar a los artistas con el público a través de las redes sociales. Allí floreció la idea de hacer una exposición colectiva con obras creadas durante el confinamiento. Aún así, Ushijima quiso ir más allá y poner el foco sobre otra de las grandes “protagonistas” del encierro: la vivienda.

“Reflexionamos sobre el modo de vivir contemporáneo, desde el arte”, expone el comisario, quien añade que este pensamiento coincide con otra pregunta: ¿Qué es una galería de arte en el siglo XXI? En este sentido, Ushijima comenta que los espacios expositivos como lugares físicos han ido perdiendo su carácter presencial, “se están quedando obsoletos porque se han ido trasladando al mundo virtual”. Como manera de otorgar un plus al hecho de visitar la galería, se le ocurrió transformarla en un hogar en el que se expusiesen los trabajos.

ventana con la upv/ehu

A medida que Ushijima avanzaba con el proyecto, contactó con Juan José Arrizabalaga, director de la Escuela de Arquitectura de la UPV/EHU para proponerle una colaboración.

Así, el hall de la universidad se ha “integrado” en la exposición. Mientras que la galería, “un espacio más íntimo”, se ha convertido en una vivienda, la entrada a la facultad se ha convertido en una calle a escala reducida en la que se exponen trabajos de alumnos del primer curso. Además, las nuevas tecnologías permiten que a través de una de las ventanas -una tablet- de esa calle se pueda ver el interior de Arteko y viceversa.