donostia - En los últimos años se ha podido ver a Sara Mansilla en varios festivales como Olatu Talka, Jazzaldia, Jazpana y Donostia Festibala. Siempre ha estado vinculada al aprendizaje musical y hace dos años inició sus estudios de canto jazz en Musikene. Gracias a esta experiencia y a las sinergias creadas en el centro, Mansilla ha contado con una banda formada por compañeros para su primer álbum, Talking to the Wall, que desde el viernes se encuentra en formato físico en tiendas.

¿Cómo es ‘Talking to the Wall’?

-Está compuesto por diez canciones originales que he ido escribiendo desde hace años. Son temas de un estilo similar pero, a la vez, diferentes entre ellas. Tratan vivencias propias o hablan de gente que ha pasado por mi vida y me ha marcado; o cuestiones más existenciales como llegar a un lugar en la vida...

¿A qué muro le habla?

-El tema habla sobre ese punto de mi vida, pero que puede ser de cualquier persona, en el que quieres hacer cosas pero no encuentras la manera. Estás constantemente preguntándote qué hacer o cómo hacerlo, o quejándote de que no encuentras el camino, pero realmente nadie te está haciendo ni caso porque estás automachacándote en lugar de tomar la iniciativa y decir Venga, voy a hacer. Es la sensación de frustración que sentía yo cuando era adolescente, lo que siente todo el mundo a esa edad, cuando ves a todo el mundo hacer cosas guays y sientes que a ti no te sale nada.

Lo ha grabado con compañeros de Musikene.

-Con Pablo Costas al teclado, Daniel Vallejo al bajo y Ander Alonso a la batería. Estuvimos varios meses ensayando para hacer arreglos y fuimos a los estudios Mecca a grabar. Lo hicimos en dos días. Por fin he conseguido sacarlo.

Se grabó a comienzos de 2018.

-Sí, ha pasado como un año. Al final, antes hacer las cosas rápido y mal, prefería hacer las cosas de una forma más lenta e ir calculando bien los pasos que iba dando. Parece que lo único que haces es hacer música, pero imparto clases de guitarra a nivel básico, estudio en Musikene, luego también trabajo... Pasan los días y no te enteras.

Es un disco autoeditado. ¿Cómo fue la experiencia?

-Calculé tres días de grabación, pero tras montar todo lo técnico, solo nos llevó dos. Los temas los llevamos muy preparados y en Mecca son muy profesionales. Yo también me encontraba experimentando qué podía sacar de ahí, porque hasta ese momento había tocado o con otra persona a dúo o sola con mi guitarra. Aunque lleve toda la vida estudiando música, podemos decir que en serio he empezado con mis estudios en Musikene. El resultado está bien.

El hecho de que sea autoeditado exige un doble trabajo, el de composición y el de la dirección del propio trabajo.

-Si buscas encuentras a gente que te orienta un poco. Pero es cierto que se pasan momentos de estar perdida y de no tener ni idea de lo que hay que hacer. Pero, al final, consigues hacer tu red de gente que te echa una mano.

¿La residencia de Kutxa Kultur le ayudó en ello?

-Me ayudó mucho. Lander Zalakain, batería de Belako, estaba de asesor en las residencias y cada vez que he necesitado algo he contado con su ayuda. Me ha guiado. Es difícil encontrar alguien que te explique la parte buena y la parte mala. Para mí eso fue muy importante.

Estudia canto jazz en Musikene. ¿Qué le aportan estos estudios?

-Más allá de que quieras hacer un estilo u otro, te da herramientas para hacer música de una manera más profesional como saber escribir una partitura correctamente, saber dirigir una banda... También conoces a gente que está haciendo lo mismo que tú y siempre estás aprendiendo algo. Si necesitas ayuda, siempre tienes a alguien de tu clase o alguien de otro curso que está dispuesto a echarte una mano. Hay clases que te pueden aportar más que otras, pero en general está muy bien. No siempre tienes la oportunidad de estar en un centro que tiene un nivel altísimo. Además, lo bueno y malo que tiene, a la vez, es que te dejas llevar menos por la intuición; otras veces quieres meter tantas cosas de las que estás aprendiendo que te frustras porque no te sale nada.

Por lo tanto, se generan sinergias.

-La gente con la que he grabado el disco es porque la he conocido en Musikene. Uno es de Valladolid, otro es de Galicia y el otro de Bilbao. Es difícil encontrar en tu entorno, en tu misma ciudad, gente con la que te sientas cómoda para tocar. Estoy intentando aprovechar eso también.

¿Cómo es actuar con una banda?

-He tenido la suerte de estar con gente que, además de ser compañeros de trabajo, también eran amigos. Como en cualquier ámbito de la vida, cuando haces cosas con gente con la que tienes confianza es más fácil hacerlas. Es un proceso muy estresante porque sales de las cosas que están bajo tu control y te aventuras en cuestiones que, a veces, se te van de la mano. El año pasado no podía dar a la banda un papel exactamente con lo que quería; pero es una de las cosas que tiene Musikene, que te enseña a hacer eso.

En el disco navega entre el pop, el funk, el blues y el jazz. ¿Son los estilos que más le han influenciado?

-Siempre que me preguntan sobre mis influencias, me pregunto ¿con qué me quedo? He escuchado de todo. Se te quedan cosas que te enganchan. Al final cada uno se agarra a lo que ha escuchado desde pequeño. Aunque tengas la mente abierta siempre hay cosas que tienes más arraigadas. Puedo decirte que me influencia como Stevie Wonder, Jamie Cullum, Aretha Franklin; de rock he escuchado Pink Floyd, Led Zeppelin... Desde que la descubrí Amy Winehouse me ha gustado mucho. De lo que te gusta y te interesa intentas coger ideas; muchas veces lo haces inconscientemente.

Casi todas las canciones del disco son en inglés, exceptuando ‘Ezin nahastu’ -en euskera- y ‘Back to you’ -mitad en inglés, mitad en euskera-.

-Creo que siempre he escrito en inglés porque es el tipo de música que mayoritariamente he escuchado. Además, el idioma me otorga una máscara para no exhibirme totalmente. Un día me di cuenta que si hay tantas lenguas a tu disposición las puedes usar para hacerlas parte de tu música. Recuerdo que una vez estaba pensando en la vida y comencé a traducir Back to you del inglés al euskera y, al final, decidí dejarla mitad y mitad.

Presentará ‘Talking to the Wall’ el 9 de junio en el club del Victoria Eugenia. ¿Está preparando una gira?

-Lo estoy intentando pero estoy a mil cosas a la vez. Son procesos muy lentos, porque tienes que llamar a los lugares y esperar a que te respondan. Irán saliendo cosas.

Hace poco participó en la iniciativa Gure Ahotsak para visibilizar a las artistas femeninas sobre la escena. ¿Cómo valora la presencia de mujeres en festivales?

-La experiencia que tengo es que la mayoría de gente con la que estoy en los conciertos son hombres. No solo a nivel musical, también al de gestión o técnicos. Por ejemplo, de Gure Ahotsak me llamó la atención que la responsable técnica fuese una mujer. El momento ideal será el momento en el que no te extrañe que haya una mujer en algún sitio, porque soy la primera que cuando veo a una chica tocando un instrumento, me extraño. El hecho de que te sorprenda es algo a mejorar.