donostia - El vizcaino Ekain Elorza y el guitarrista Paco López convencieron a la cantante Nina de Juan para que no se fuera a Holanda y grabar unos temas juntos bajo el nombre de Morgan. Para ello tuvieron que pedir dinero prestado a amigos y familiares. Ninguno de ellos se imaginaba que tras publicar dos álbumes, North y Air, arrasarían por todas las salas y festivales del Estado.
Llegan a Donostia con todo vendido.
-Estamos flipando. Es un flipe todo lo que está pasando, estamos agotando las entradas allá donde vamos. Todo esto está superando pero por mucho nuestras expectativas. Es una locura y no nos lo creemos.
¿Cómo se lleva ser considerada la banda revelación del año?
-Lo llevamos muy bien. Nosotros simplemente salimos al escenario, vemos que hay mucha gente y lo disfrutamos muchísimo. No es que nos sintamos diferentes a hace tres años, que es cuando empezamos a tocar.
En julio ya estuvieron en el Jazzaldia y la respuesta del público donostiarra fue enorme.
-Habíamos estado previamente con el fin de la gira de North en la sala Dabadaba y ya fue la leche, pero lo del Jazzaldia fue como cumplir un sueño. Todos nosotros hemos crecido viendo en la televisión los conciertos del Jazzaldia, llenos de artistas muy conocidos, así que, que de repente, te pongan, en tu primera gira, en la playa, genera mucha responsabilidad. Pero luego ver la reacción, con la playa llena y que te digan que fue la actuación que más gente reunió... fue otro sueño que jamás nos imaginaríamos. Por eso ahora tenemos muchas ganas de volver.
¿Cambia mucho su forma de tocar según si es un festival o una sala?
-Sobre todo lo que cambia es la duración. En el Jazzaldia estuvimos hora y media, pero lo normal es tener entre 50 minutos y una hora y cuarto. En sala estamos haciendo conciertos de casi dos horas. Eso nos permite estar más relajados y como si estuviéramos en casa.
Desde que publicaron el primer disco, ‘North’, hace dos años, no han parado de tocar. ¿Cómo se lleva no tener ni un respiro?
-Es una decisión que tomamos antes del verano pasado. Teníamos planificado terminar la gira de North en diciembre y había dos opciones: tomarnos 2018 como el año de composición para el segundo disco, o duplicar el trabajo en el verano de 2017 con festivales y la composición del nuevo trabajo. Conseguimos hacer esto último girando los fines de semana y grabando entre semana. Desde entonces no hemos parado de tocar y tiene pinta de que el año que viene vamos a estar también tocándolo entero.
Por lo tanto, ¿2019 va a ser igual de movido para Morgan que 2018?
-Tiene pinta de que va a ser igual de movido (Risas). Pero es algo que lo disfrutamos mucho. Todos nosotros nos llevamos muy bien, en la furgoneta siempre hay buen rollo, y a ninguno nos pide el cuerpo dejar de tocar.
Echando la vista atrás, menos mal que Nina no se fue a Holanda, ¿no?
-Pues sí. Fue un momento muy importante, para ella y para nosotros. Cada uno de nosotros teníamos nuestros proyectos y jamás pensamos que juntarnos fuese a llevarnos a todo lo que nos está pasando. Simplemente éramos amigos. Por aquel entonces, ella no sabía muy bien qué hacer con su vida y tenía a su amiga en Holanda, así que se iba a ir. Nosotros le dijimos que antes nos juntásemos para hacer algo y si nos gustaba, lo grabásemos, pero sin pensar más allá de eso.
Para grabar el disco echaron mano de amigos y familiares que os prestaron el dinero. Ya con su segundo trabajo, ‘Air’, ¿han conseguido saldar esa deuda?
-(Risas) Esa se pagó en su día, creo que a mitad de la primera gira. Pero para este segundo disco tampoco teníamos el dinero suficiente y también hemos tenido que conseguirlo. Aunque ahora nos ha costado menos devolverlo.
Para ‘Air’ han contado con dos miembros nuevos -Alejandro Ovejero, bajo, y David Schulhess, teclado-. ¿Qué buscaban reforzar?
-Tampoco es que sean dos miembros nuevos que acaban de llegar. Alejandro tocaba conmigo en el grupo Dinero y le pedí que grabase con nosotros el primer disco porque no teníamos bajista. Más o menos le engañé para grabar el disco y le dije que si teníamos algún concierto viniera con nosotros si le apetecía. A David no le conocíamos, fue el productor del disco, José Nortes, quien le llamó para que grabara unos pianos. Nos encantó cómo tocaba y le invitamos a unirse al grupo. Así que, aunque los dos no estuvieron en la creación de las canciones del primer disco, han estado en todos los conciertos que hemos dado. Para este segundo sí han estado desde el principio y se nota su aportación.
Recientemente han publicado una versión de Fleetwood Mac, así que intuyo que los cinco comparten referentes.
-Cada uno tiene los suyos, pero a todos nos gustan The Band, los Beatles, los grupos de los 60 y los 70... Luego cada uno ha crecido con unas influencias diferentes, pero todos coincidimos en bastantes bandas.
Visto el éxito que están teniendo con sus dos canciones en castellano -‘Sargento de hierro’ y ‘Volver’-, ¿se plantean sacar más temas que no sean en inglés?
-Para eso la filosofía de la banda es siempre la misma, la de no pensar y simplemente componer. No pensamos que porque una canción tenga más éxito tenemos que ir por ese camino, sino que hacemos lo que más nos apetece. El tema del idioma depende de Nina. Ella dice que se sienta al piano y depende de lo que le salga, le sale en inglés o en castellano. Han salido más en inglés y no hay más vuelta. Es un misterio lo que deparará el futuro.
¿Cómo acaba un batería de Berriz en Morgan?
-Es una historia bastante larga (Risas). Con 18 años decidí dar el paso e irme a Madrid a buscarme la vida como batería. Allí estuve dos años y me fuí a Los Ángeles a seguir estudiando y conocí a Paco López -guitarra del grupo-. Volvimos casi a la vez y me hice amigo de su cuadrilla. La hermana pequeña de una de ellas era Nina. Paco decidió volver a Los Ángeles y regresó en 2012, que es cuando montamos la banda. Así he terminado en Morgan, con mis amigos. No ha habido ningún casting de músicos ni nada, nada estaba pensado. Simplemente hemos hecho una banda entre amigos.
Es batería de Morgan, de Dinero, de Cobra y de Seiurte. Estilos muy diferentes entre sí. ¿Cómo es convivir con ello?
-Crecí tocando música muy dura y con los años fui estudiando otros estilos. Soy muy curioso y me gusta tocar todo. Así, cuando toco con Cobra saco mi yo más adolescente, y con Morgan todos mis años de estudio. Disfruto por igual con todos, no tengo favorito. Es una gozada tener ese contraste en un mismo instrumento. Es una maravilla y una suerte.