Ya en el verano de hace 20 años piropeábamos al tomate con estas expresivas palabras: “Para mejor comprender la condición esencialmente estival del popular tomate, ese rojo fruto de una planta solanácea, prima hermana de las del tabaco, la patata y de su más fiel compadre el pimiento, nada mejor que releer con refrescante satisfacción las palabras de Pablo Neruda al respecto: La calle / se llenó de tomates, /mediodía, /verano,/ la luz/ se parte / en dos mitades de tomate,/corre/ por las calles /el jugo...”.
Y proseguíamos de la siguiente manera: “Precisamente, en plena canícula, de lo que más nos motiva hablarles es del jugo del tomate, de su esencia, que muy fría, casi gélida nos calienta paradójicamente el corazón y el espíritu. Y es que el tomate, en los últimos tiempos, se ha convertido en la estrella de las más interesantes creaciones. No ya convertido en salsa caliente de compañía o en alegría de las ensaladas veraniegas, sino en su forma licuada y fría, a la manera como gusta en el cálido Mediterráneo o el tórrido sur”.
Platos todos que hacen bueno el dicho “con tomates, mil manjares”. Es que en sí mismo, el tomate puede ser un manjar cuando hablamos de los más selectos. Precisamente, esto viene muy a cuento (como verán después, no es de extrañar el provocativo titular) de dos concursos de nuestro entorno relacionados con este fruto.
Nos referimos a una nueva edición, correspondiente al año en curso, del Campeonato del Tomate Feo de Tudela y a la VII Exhibición-concurso de tomates autóctonos de Gipuzkoa. En primer lugar, podemos glosar el evento en torno al sensacional tomate feo, organizado desde hace unos cuantos años por Luis Salcedo Irala, actualmente chef del prestigioso Hostal Remigio, establecimiento familiar situado en plena Plaza de los Fueros de la localidad ribera. La participación batió un nuevo récord, llegando a 70 los tomates presentados a concurso que tuvieron que ser catados por el riguroso jurado.
Formaban parte del mismo el Gran Maestre de la Cofradía del Espárrago de Navarra, Enrique Sánchez Sacristán; el profesor de cocina Pío Barbería; el agricultor local Javier Navarro; el cocinero irurtzundarra Aarón Ortiz García; el hostelero local Rodolfo Rueti Milagro, propietario del bar Le Bistrot; y nuestro colega y amigo Josema Azpeitia (ondojan.com).
la cata Del minucioso corte y mejor presentación de los tomates se ocupó el propio Luis Salcedo y asistieron al jurado, además, dos morritos finos de la localidad: Félix Clemós y Juan Gimeno, miembro de la Academia Navarra de Gastronomía. Tras una intensa y larga hora en la que fueron catados y juzgados los 70 tomates con base en los exigentes baremos de aroma, textura y, sobre todo,sabor, el jurado determinó los ganadores de esta edición.
Con el primer puesto se alzó Asun Sanz Clemós, que presentó un tomate cultivado en el término de Arquetas. También fue a parar a Arquetas el segundo premio, aportado por Erika Barral Lucas. Finalmente, el tercer puesto recayó en el agricultor Luis del Rey, que presentó un tomate cultivado en el término de La Mejana.
Estos tres tomates ganadores fueron los elegidos por el jurado oficial mientras que el público que acudió masivamente a la exposición del tomate feo eligió el tomate estéticamente más feo, entre los 21 presentados a esta prueba anti belleza, el cultivado por Diego y Daniel Martínez, de Murchante. Tal y como señala el miembro del jurado Josema Azpeitia, “como broche de oro, la comitiva organizadora terminó celebrando una opípara comida en el Hostal Remigio en la que fueron degustadas algunas de las especialidades de la casa como almejas en salsa verde, percebes, caracoles en salsa, pimientos del cristal rellenos de jamón, cochifrito o su espectacular patorrillo, entre otras muchas delicias. Como siempre, fue una fiesta el disfrutar de la cocina del Remigio, máxime cuando Juan Salcedo, hermano de Luis y jefe de sala del local, nos hizo vivir un viaje sensorial dándonos a degustar diferentes vinos de las más diversas denominaciones de origen. No cabe duda que tras haberse consolidado gastronómicamente, el Hostal Remigio está también convirtiéndose, por obra y gracia de Juan, en una referencia vinícola en la Ribera con la carta de caldos más completa en muchos kilómetros a la redonda”.
variedades El pasado 1 de septiembre se celebró en el Boulevard donostiarra la VII exhibición-concurso de tomates autóctonos de Gipuzkoa, organizado por la Cofradía Vasca de Gastronomía, con la colaboración del Vivero Ecológico Blasenea, abierto solo a productores guipuzcoanos (en esta ocasión fueron 16). Los tomates que participaron en este evento eran de variedades antiguas, puras, de colección y no híbridas. Además del ganador, el Tomate Borracho de Aretxabaleta, de agricultura ecológica presentado por María Jesús Revuelta Iglesias de Erañazabal (Eskoriatza), estaban diversas variedades como Tomata, Corazón de buey, Saint-Michel (Iparralde), Korta, Fortaleza, Pikoluze (Bergara), Loidi (Getaria) y Rosado de Zarautz, entre otras. El tomate Aretxabaleta (rosado, morado o borracho de Aretxabaleta) al igual que otras variedades de nuestro entorno fue relegado por los híbridos modernos más productivos y resistentes, en un lugar como el País Vasco donde la humedad ambiental hace difícil el cultivo del tomate. Si bien las suaves temperaturas hacen que la maduración del fruto se alargue mucho, desarrollando todos sus azúcares, aromas y sabores. Un tomate de calibre medio a grande, de color morado tinto y de hombros verdes, piel muy fina, sabor pleno y larga persistencia en boca. Simplemente una delicia.
Tomates como los feos de Tudela y borrachos de Aretxabaleta, entre otros muchos, hacen buenas las palabras del precitado poeta sobre este fruto: “Una roja víscera, un sol fresco”.