En la confluencia entre el arte, el pensamiento feminista y el movimiento corporal nace 'Través', el proyecto impulsado por Ageda Blasco Egia e Izaro Ieregi, ganador de la última edición de la beca Ribera de Irun. Este laboratorio artístico y performativo surge del deseo de explorar el cuerpo como una vía de relación y reflexión, y se desarrollará durante cinco meses en salas de sesiones y al aire libre, cerca del río Bidasoa, donde el agua, el movimiento y los afectos se convertirán en herramientas para imaginar otras formas de estar en el mundo.
“La ciudad de Irun, atravesada por el Bidasoa, que ha sido testigo de huidas, de encuentros, de duelos, nos ofrecía un contexto potente para activar este proyecto”, cuentan las creadoras. “Queríamos proponer algo que tocara lo político desde lo sensible, y el río atraviesa a quienes vivimos cerca, literalmente y simbólicamente”. En este sentido, señalan que ”no se trata de representar esa memoria, sino de dejar que nos afecte. Poner el cuerpo cerca de esa historia, de ese paisaje, y en lugar de mirar desde fuera, implicarnos”.
No obstante, aclaran que “no queremos comparar vivencias tan duras como las de quienes cruzan la frontera forzadamente, pero sí mirar lo que esas realidades nos dicen sobre el mundo que compartimos. No existe una separación real entre ‘sus problemas’ y ‘los nuestros’. Lo que pasa en otros cuerpos también nos interpela. Y toda liberación, si es verdadera, tiene que ser común”.
Cinco sesiones entre octubre y febrero
El proyecto se materializará en cinco sesiones grupales, abiertas a cualquier persona. De hecho, Blasco y Ieregi se encuentran actualmente creando los grupos, y apuntan que no resulta necesario contar con formación previa en danza, arte o prácticas corporales. Lo único imprescindible es la disposición a explorar, a dejarse atravesar por el entorno y por las otras personas. “Nos interesa lo que ocurre cuando personas desconocidas se encuentran, por eso es importante que haya confianza y escucha. Las plazas son limitadas, pero está abierto a cualquiera con ganas de explorar, sin importar la experiencia previa”, afirman.
Cada sesión, que se celebrará un sábado al mes entre octubre y febrero, propondrá una inmersión distinta. La primera, ‘Cuerpos anónimos’, servirá como punto de partida para desdibujar los límites del yo. A través de ejercicios corporales sencillos, se buscará explorar la noción “del yo y del otro, tratando de pensar en nuestros cuerpos en relación desde lo matérico”.
En la segunda sesión, 'Tocar la voz', se explorará la relación entre la voz y el cuerpo; mientras que ‘Entre la tierra y el agua’, la tercera cita, tendrá lugar en movimiento, a lo largo de la ribera del Bidasoa. Las participantes caminarán por la orilla del río. Mediante ejercicios de flotabilidad, se explorará la vulnerabilidad del cuerpo sostenido por el agua.
La cuarta sesión, 'Bautismo acuático', llevará la experiencia un paso más allá. En contacto más directo con el agua, se trabajará con el centro de gravedad de cada cuerpo, explorando diferentes formas gravitatorias que el agua nos concede con ayuda de elementos hinchables.
Para terminar, se llevará a cabo un ensayo, pero no en el sentido tradicional. “No será una obra cerrada, sino de un gesto compartido. Algo que muestre lo vivido, lo que se transformó o se removió”, cuentan las impulsoras de 'Través'. Las participantes que lo deseen podrán mostrar aquello que se transformó en ellas, aquello que emergió del cuerpo y del vínculo.
Las plazas para poder participar son limitadas, y quien desee sumarse al proyecto o recabar más información debe escribir un email a la dirección traves.laborategia@gmail.com.
Conectadas con lo vivo
A través de todo el proceso, Blasco y Ieregi pretenden “que algo se desplace, que quienes participen se sientan un poco más vivas, conectadas, más conscientes de lo que las permea”. También aspiran a que el público, al ver el proceso compartido, “pueda intuir que hay otras formas de estar en el mundo. Más abiertas y más porosas, también más responsables con el mundo común”.
Y aunque 'Través' se desarrollará inicialmente en Irun, las autoras tienen claro que su propuesta resulta flexible, aunque se encuentre también “muy situado en el lugar donde se hace”. No obstante, desean que el proyecto pudiera seguir en otros territorios, siempre “adaptándose a las particularidades de cada espacio”.