Estricto como era, quizá a Ernesto Che Guevara no le habría gustado que su fotografía, tomada en un acto solemne, se haya convertido en una de las imágenes más reconocibles del mundo, con infinitas interpretaciones dentro de la cultura pop y originales vendidos por miles de dólares.
Ni siquiera la cruda visión del cubano-argentino -de cuya muerte se cumplen hoy 50 años- sin vida, vejado y mostrado como un trofeo tras su caída en Bolivia, ha podido ganar en difusión y carga emotiva al poderoso primer plano con la boina militar de la estrella y mirada perdida, titulada Guerrillero Heroico por su autor, el fotógrafo cubano Korda.
Procedente del mundo de la moda, Alberto Díaz Korda cubría para el desaparecido diario Revolución el acto de despedida al centenar de víctimas de la explosión de La Coubre, un barco llegado desde Bélgica a La Habana con armas y municiones para la entonces naciente Revolución Cubana, cuyos dirigentes calificaron el suceso de “sabotaje”. Korda contó que le tomó “un minuto y medio”, porque el Che, que se encontraba detrás de Fidel Castro y otros dirigentes en la improvisada tribuna, solo salió un instante y pronto volvió “a perderse en el fondo de la tarima”.
un golpe de suerte Al fotógrafo le impresionó la mirada del guerrillero, entonces de 31 años, llena de “pura ira por las muertes ocurridas el día anterior”, dijo luego. Fue “un instante de suerte”, confesó Korda, que hizo una toma horizontal y otra vertical, pero desechó la segunda porque sobresalía una cabeza detrás del hombro de Guevara.
De ese acto, celebrado el 5 de marzo de 1960 en la esquina habanera de 23 y 12, quedó la frase de Fidel Castro: “Patria o muerte” y la no menos simbólica fotografía del Che, que rivaliza en fama con imágenes de culto como la de Marilyn Monroe con la falda levantada y la Mona Lisa de Leonardo Da Vinci.
Sin embargo, la que está considerada como la fotografía más reproducida del siglo XX, no fue escogida por Revolución, germen del actual diario Granma, para su edición del día siguiente. La foto permaneció colgada en el estudio de Korda y no fue hasta 1967, tras la muerte del Che en Bolivia, cuando el editor italiano Giangiacomo Feltrinelli adquirió los derechos para publicar El Diario del Che en Bolivia y utilizó la imagen en un cartel que vendió dos millones de copias en seis meses.
En Cuba es difícil caminar sin ver la sempiterna imagen, comercializada como mercancía turística y reproducida a gran escala en la Plaza de la Revolución, donde el expresidente de EEUU, Barack Obama insistió en tomarse una foto con el “Guerrillero Heroico” de fondo, durante su histórica visita a La Habana en 2016.
Convencido comunista, Korda nunca exigió derechos de autor. Uno de los escasos originales de la famosa fotografía fue subastado en 2013 en Viena por más de 9.000 euros y el año pasado el hijo menor de Korda, Dante, vendió por 18.000 euros la cámara Leica con la que el artista tomó Guerillero Heroico y documentó los primeros años de la revolución.