Madrid - El director donostiarra Pedro Aguilera estrena este viernes en salas comerciales Demonios tus ojos, una cinta perturbadora en la que da unas cuantas vueltas de tuerca a algunos temas incómodos: el incesto entre hermanastros, el voyeurismo, el abuso de poder o el maltrato al machismo. Pero el director puntualiza enseguida: “No es una peli social”.
“Está más cerca de la guerra de sexos; es un escenario en el que el sexo es un elemento de cambio. Hay un hombre con una visión de abuso y dominación y una mujer, la hermana pequeña encima, que es la que dispone y reparte juego”, añade. “Ella no es una víctima, es quien sube la apuesta. Para mi esto es feminismo -apunta-; ella tiene los cojones de hacer algo que una niñita bien nunca haría. No le corta las alas al hermano, le permite actuar y solo asume el rol de víctima del sistema, no de él”.
El tercer largometraje del guipuzcoano tras La influencia (2007), con la que llegó al Festival de Cannes, y Naufragio (2010), cuenta la historia de una relación sexual entre dos hermanos, un incesto más por decisión de ambos protagonistas que por verdadero amor, explica su protagonista, Julio Perillán, pero “tan cargada de subtextos, subtramas y recovecos que es difícil definirla”. Tampoco se anima Aguilera: “Para mí es difícil analizar mis propias películas, pero el tema más recurrente es la pérdida de la pureza, algo que sucede inevitablemente en la infancia”.
“Nadie se fía de nadie” En Demonios tus ojos, el caos comienza cuando Oliver (Perillán), director de cine ególatra y despreocupado, ve un vídeo porno de su hermana pequeña en una web y decide viajar a España para verla; ella -mayor de edad por poco- vive con su madre, segunda esposa del padre de ambos. “Ya era feminista, pero después de hacer esta película, más -confiesa Perillán-. Todas las sutilezas del abuso de poder están ahí: la madre que encierra a la hija y la arrastra por el pelo hasta su habitación; cómo entra en ella en el juego; el novio machista que la trata como un macho alfa...”. Y el hecho de que “nadie se fíe de nadie”, como dice uno de los personajes. Algo, considera Perillán, “más importante que el sexo”, a pesar de ser una película muy sexual, añade. “Y eso que bajamos decibelios” del guion original, se ríe.
Al actor hispano-estadounidense le habría gustado “que hubiera más enamoramiento, pero aquí lo único que se ve es el ego, el amor de este personaje consigo mismo”, alguien que llega a su límite cuando se da cuenta de que ha tocado techo “al poner en riesgo lo único de valor que le quedaba, su familia”. “Ese es el último límite, cuando se da cuenta de que abusar de su familia acabará con él mismo”, abunda Aguilera, quien sostiene, no obstante, que su personaje “ya recibe lo suyo”.
Con una sensual Ivana Baquero (la niña de El laberinto del fauno), que dosifica sus momentos Lolita hasta fascinar al espectador, Demonios tus ojos es, como su nombre indica, solo lo que interioriza el espectador al ver las escenas que el director propone; es decir, “vigila lo que miras porque tus ojos se te convierten en demonios”, apunta Aguilera.