Donostia - El impacto económico global de la producción cinematográfica vasca en la CAV es de casi 62 millones de euros anuales, mientras que el valor añadido que se genera es de 27 millones. Son datos correspondientes a 2014 incluidos en un estudio realizado por la consultora Ikertalde por encargo de Ibaia, que ante todo subrayó un aspecto relevante: frente a los casi 3,9 millones de ayudas públicas que las productoras reciben del Ministerio de Cultura y del Gobierno Vasco, estas devuelven 4,5 millones a través de impuestos, por lo que el “retorno” positivo para las administraciones es de 600.000 euros.

Joxe Portela e Ignacio Rotaeche, presidente y gerente de la Asociación de Productoras Audiovisuales Independientes del País Vasco (Ibaia), ofrecieron ayer una rueda de prensa en Donostia, donde también estuvo Iñigo Arteche, director de proyectos de Ikertalde, que desgranó el contenido del informe sobre el impacto socioeconómico de la producción cinematográfica en la CAV. También aprovecharon la ocasión para pedir incentivos fiscales a la producción.

“Radiografía” Esta “radiografía del sector” se ha realizado a través de las respuestas obtenidas en cuestionarios y entrevistas en profundidad con diferentes productoras, al tiempo que se han analizado las cuentas de resultados de más de 70 empresas vascas. El estudio toma como referencia los años transcurridos entre 2010 y 2015 y contabiliza 93 productoras vascas que en ese período realizaron al menos una producción. Esas empresas no solo generan una actividad económica relevante, sino que recurren a otras firmas que forman parte del ecosistema cinematográfico vasco: 60 productoras audiovisuales y 45 empresas proveedoras de servicios específicos para la producción.

De las 93 empresas citadas, 48 producen largometrajes de ficción y/o animación y las otras 45 realizan documentales y/o cortometrajes. En lo referido al ritmo de producción, entre las mencionadas 48 firmas hay un “núcleo duro” de 14 productoras (28,6%) que realizan cuatro o más largometrajes de ficción y/o animación, por lo que tienen una cartera de proyectos que les permite sacar adelante un trabajo por año. Por lo demás, tres empresas (6,1%) producen tres largos al año, otras diez (20,4%) sacan dos adelante y 22 productoras (44,9%) realizan un único proyecto.

En el período 2010-2015 se estrenaron un total de 66 largometrajes, 54 de ficción y 12 de animación, lo que arroja una media anual de once filmes (cuatro de ellos rodados en euskera), nueve de ficción y dos de animación. Si se toman como referencia los datos de 2014, la CAV ocupa el cuarto puesto en el ranking estatal con 22 películas, el 8% de las producciones de todas las comunidades autónomas. A juicio de Arteche, este indicador muestra el “músculo” de la producción vasca, solo superada por comunidades más populosas como Madrid (32,2%), Cataluña (26,4%) y Andalucía (8,3%).

Impacto y retorno Las “grandes cifras” del estudio son las correspondientes al impacto económico global que generaron las 93 productoras en 2014, cifrado en un total de 61.906.923 euros, de los que 30,7 millones corresponden a la actividad puramente cinematográfica. Según aclararon los responsables del informe, estas cifras se consiguen de la suma del impacto directo y del derivado de los servicios que otras empresas prestan al sector. El valor añadido -salarios y beneficio empresarial- es de 27 millones de euros y el empleo anualizado se fija en 765 puestos de trabajo a tiempo completo.

Asimismo, el estudio revela que el sector de la producción cinematográfica vasca cuenta con un tejido empresarial que genera beneficios en el territorio, ya que “el 60% del coste de los largometrajes producidos en el último quinquenio se ha ejecutado con empresas y/o profesionales vascos”, y en el caso de los filmes de animación o ficción en euskera la cifra se sitúa en torno al 90%.

Portela confió en que los datos del informe ayuden a “analizar” y “entender mejor” la situación de un sector habitualmente cuestionado por las ayudas públicas que recibe. Por ello, subrayó que la actividad de las productoras vascas genera un retorno económico a la Administración superior a las citadas subvenciones: frente a los 3.893.739 euros otorgados en 2014 por el Instituto de Cinematografía y Artes Audiovisuales (ICAA) y el Gobierno Vasco, las empresas han devuelto 4.494.554 euros a través de la Seguridad Social e impuestos como el de sociedades y el IRPF. “El retorno es positivo, de unos 600.000 euros, lo cual demuestra que el sector vasco sabe optimizar adecuadamente sus recursos”, opinó el presidente de Ibaia.

Incentivos fiscales Pese a la lectura positiva de estos datos, Portela no escondió el “peligro” que corre el tejido empresarial y profesional vasco por el descenso de las ayudas directas al cine. En los últimos años, estas se han reducido a la mitad y el recorte ha sido más drástico en el caso de las subvenciones del ICAA, pues este organismo dependiente del Ministerio de Cultura incluso ha suprimido las líneas de financiación para producciones en lenguas minoritarias. Además, los incentivos fiscales a la producción que no iban a bajar del 25% han quedado fijados en un 18% mientras el IVA cultural sigue siendo del 21%, “el más alto de Europa”.

Así las cosas, instó a las instituciones vascas a continuar “por delante” de Madrid en esta cuestión y pidió a las diputaciones seguir “profundizando” en la vía de los incentivos fiscales, que en el caso de Euskadi son del 30% y en el de Navarra, del 35%. En cualquier caso, reclamó “agilizar los cambios normativos” necesarios “para dar seguridad jurídica a los inversores”.

Para finalizar, Joxe Portela pidió “confianza” en un sector que tiene futuro, que cuenta con el apoyo de la ciudadanía vasca y que en los últimos años ha ganado en calidad y presencia en festivales internacionales y en citas como los Premios Goya o incluso los Oscar de Hollywood.