Esplendor Geométrico, que tomó su nombre de un poema del futurista Marinetti, surgió cuando su líder Arturo Lanz, Gabriel Riaza y Juan Carlos Sastre abandonaron el grupo Aviador Dro espantados por su deriva pop. Querían arriesgar más con un sonido crudo e industrial en el que no cupiera la melodía y también tenían la intención de provocar con canciones como Necrosis en la poya, Negros hambrientos, Destrozaron sus ovarios o Amor en Mauthausen. Como el propio Arturo dice en el documental, esa actitud era similar a “dar un puñetazo al aire” porque nadie les escuchaba.
“Estaban muy en la línea siniestro-futurista en la que nos movíamos nosotros, que ya éramos seguidores de Throbbing Gristle, Cabaret Voltaire, Joy División o Eyeless in Gaza”, rememora Da Cruz, veterano videocreador que había pensado en dirigir un videoclip de Esplendor Geométrico pero terminó seducido por la idea de dedicarles un documental: “Realmente son un grupo muy peculiar, llevan 35 años en activo, tienen sus trabajos al margen de la música pero siguen publicando y tocando. En España no les conoce nadie pero fuera son bastante populares como padres del techno industrial”.
Aunque son coetáneos de nombres como Radio Futura, Alaska, Kaka de Luxe o Nacha Pop, nadie suele enmarcarles entre los grupos “oficiales” de la Movida, que “siempre se asocian al pop”. “La de Esplendor Geométrico era una propuesta arriesgada y radical, absolutamente anti-pop”, subraya el realizador, quien recuerda que sus canciones no aparecían en los grandes medios y más bien eran carne de fanzines y publicaciones underground. Así, se movían mucho por círculos pequeños y clubes modestos, pero tenían una estimable legión de seguidores que conocen su obra y frecuentan sus conciertos: “Yo creo que hoy la gente de 15 años sintoniza más con ellos que lo que sintonizaban sus padres porque se adelantaron a su tiempo. En sus actuaciones de ahora coinciden espectadores de 60 años con gente de 20, han conseguido hacer una música bastante intemporal, algo muy difícil”.
Geometría del esplendor apunta en varias direcciones y brinda a su director la oportunidad de jugar con imágenes nuevas o de archivo que sirven para ilustrar los bucles machacones y los mantras sonoros de Esplendor Geométrico, cuya música “es muy videoartística”. En su parte más convencional, la película da voz a expertos en arte, críticos musicales y artistas como Saverio Evangelista, su único compañero en la formación actual de la banda, o Francisco López, con quien ha formado un dúo alternativo, BioMechanica, también de corte experimental y vanguardista. Además, Servando Carballar, antiguo compañero en Aviador Dro, habla sin rodeos de la lucha de egos que provocó la escisión y no tiene problema en elogiar a Esplendor Geométrico e incluso en reconocer que “superaron a sus maestros”, en alusión a Throbbing Gristle y otros. Uno de los miembros de este grupo inglés, Genesis P-Orridge, también aparece en el filme y alaba el talento de la banda madrileña. “Y eso es como si Dalí te dice que eres buen pintor”, dice José Ramón da Cruz.
Pero por encima de todas las voces destaca la más humilde, la del propio Arturo Lanz, un “personaje” que habla de su música sin darse ninguna importancia y que da muestras de una envidiable libertad. A ello, sin duda, contribuye su particular “universo creativo”, cultivado siempre al margen de su labor profesional. Lanz, que fue teniente del ejército español, es agregado comercial en la embajada española de Shangai -hasta hace poco y durante años ha desempeñado ese mismo cargo en Beijing- y en su tiempo libre se dedica a la música. Su falta de ataduras le convierte en un outsider incorruptible con libertad “absoluta” porque nadie le dice lo que tiene que hacer, y ello, advierte el director, no está reñido con la “autoexigencia”, que en su caso es “brutal”.
El filme, que podrá verse esta noche a las 21.15 horas en el Trueba, finaliza con algunos de sus participantes expresando la convicción de que el tiempo “pondrá en su sitio” a Esplendor Geométrico. “Al final, aunque tarde en llegar, hay una justicia histórica, y cuando se revisen las cosas que ha hecho cada uno, se verá cuáles son puramente episódicas o producto de una moda y cuáles son fruto de una creatividad mucho más profunda”, recalca el director, sabedor de que el anhelado reconocimiento es más difícil en España, un país donde “la palabra cultura parece de marginados”.
‘Waiting for B’ Antes, a las 19.30 horas, el Trueba proyectará Waiting for B, cinta brasileña de Paulo Cesar Toledo que muestra a un grupo de fans de Beyoncé que acampan al aire libre durante dos meses para estar en la parte más cercana del escenario para su concierto de 2013 en Sao Paulo.