Moscú - Una rusa de 21 años se disparó en la cabeza el jueves cuando trataba de hacerse con su móvil un selfie con una pistola no letal que había apuntado a su sien. Al intentar hacerse el autorretrato en la oficina, apretó el gatillo de la pistola que se había dejado un guardia de seguridad. Sobrevivió gracias a que el arma no era letal y disparaba balas de goma, aunque tuvo que ser hospitalizada. Anteayer, otro joven moscovita casi pierde la vida por hacerse un selfie tras encaramarse sobre el arco de un puente en el centro de Moscú. Se precipitó al suelo e impactó contra el asfalto, aunque logró sobrevivir. El lunes, un estudiante murió en San Petersburgo al caer desde una escalera de incendios a la altura de un quinto piso, a la que se había subido para hacerse una foto con su móvil. - Efe