El cine español se convirtió en ayer en el gran triunfador de la 62ª edición del Zinemaldia al acaparar cuatro de los siete premios de la Seccion Oficial, que fueron a parar a Magical Girl -Concha de Oro y Mejor dirección para Carlos Vermut- y La isla mínima -distinguida con la Concha de Plata para el actor Javier Gutiérrez y el premio a la Mejor fotografía para Álex Catalán-.

Loreak, primer largometraje rodado en euskera que competía en la historia del Festival, figuraba entre los favoritos pero no consiguió hacerse ni un solo hueco en un palmarés acertado en su merecida Concha de Oro pero poco atinado y mal repartido en el resto de categorías.

Todo ello en el mejor certamen de los últimos años, una cita con una amplia oferta de películas premiables que se marcharon de vacío, como Phoenix, Eden o las citadas flores de Jose Mari Goenaga y Jon Garaño, que ni siquiera consiguieron el Premio Irizar al cine vasco conquistado por Negociador, de Borja Cobeaga.

Oro y dirección En la gala que anoche presentaron Edurne Ormzazabal y José Coronado en el Kursaal, Fernando Bovaira, presidente del jurado oficial, dio pistas al anunciar que la Concha de Oro se la llevaría la película de alguien “con una voz inquietante, turbadora, delicada y única; un cineasta del mundo y para el mundo”. Carlos Vermut (Madrid, 1980), cuya primera película, Diamond Flash (2011), solo vio la luz en plataformas digitales y cineclubs, salió a recoger el premio gordo minutos después de haberse llevado también la Concha de Plata al Mejor director por Magical Girl, una negra y fascinante historia que cautivó a casi toda la crítica. Este doblete no se producía desde que Claude Chabrol triunfó con Rien ne va plus en 1997.

Eufórico, Vermut saludó al director del certamen, José Luis Rebordinos -“Habría que hacer figuritas suyas para llevárnoslas a casa”-, para ponerse después romántico y dedicar el Oro a su novia Bárbara: “Es la persona que me acompaña y me aguanta desde hace años. El cine se hace por amor y yo la amo a ella. Esta película es por ti, yo hago cine por amor”. Antes, el antiguo dibujante de cómics había mencionado a los actores que le han apoyado en este “viaje”: Jose Sacristán -“Es un maestro Jedi y yo me siento como un padawan”-, Bárbara Lennie -“una bestia”-, Luis Bermejo y la niña Lucía Pollán -“el futuro”-.

Premio del jurado El Premio Especial del Jurado, una de las sorpresas más desconcertantes de la noche, recayó en Vie Sauvage, del cineasta galo Cédric Khan, “por acercarnos a la intimidad de unos personajes sumergidos en las más profundas contradicciones en busca de la utopía”. El anuncio del galardón originó aplausos moderados porque la película no había despertado gran entusiasmo. Su director dedicó el premio a la familia real en la que se inspira su relato sobre un padre que pierde la custodia de sus hijos pero escapa con ellos durante once años para vivir de modo nómada y en contacto con la naturaleza.

InteRpretación La Concha de Plata al Mejor actor fue para el asturiano Javier Gutiérrez, uno de los dos policías que se adentran en las marismas del Guadalquivir de La isla mínima. El premiado no pudo asistir a la gala porque estos días representa Macbeth en el Arriaga de Bilbao, así que fue su compañero de reparto, Raúl Arévalo, quien salió al escenario para leer un texto en su nombre. Las palabras de Gutiérrez sirvieron para recordar al equipo de la película y a su director, Alberto Rodríguez: “Si para Fernando Trueba Billy Wilder era Dios, a partir de esta película tú también lo eres para mí”, aseguró antes de enviar un recadito al gobierno de Rajoy, al que acusó de “maltratar” un cine, el español, que en eta edición del Zinemaldia “ha vuelto a brillar” gracias a un “esfuerzo titánico”. “Nuestro cine también es marca España, y también es su cine, así que cuídelo”, espetó al presidente del ejecutivo español.

Sí recibió su Concha de Plata en persona la actriz Paprika Steen, conocida por películas como Los idiotas o Celebración, de Lars von Trier y Thomas Vintenberg, respectivamente. En esta ocasión, fue premiada por el trabajo que ha realizado en Silent heart, la última obra del veterano Bille August, uno de los grandes del cine danés. “Gracias por seguir haciendo películas para mujeres de mi edad”, dijo la intérprete de 49 años. Aunque en su pase oficial el filme provocó una de las ovaciones más largas de esta edició y Steen borda su actuación, el premio pilló desprevenida a la audiencia, quizá porque en su mente había nombres como el de Nina Hoss, muy aplaudida por su papel en Phoenix.

Guion y fotografía El Mejor guion fue para The Drop, un libreto escrito por el popular Dennis Lehane, uno de los grandes de la literatura negra estadounidense. Ante la ausencia del galardonado, el director Michael R. Roskam leyó un texto remitido por el autor de clásicos modernos como Mystic River o Shutter Island. En la nota, dedicada en castellano “al público de San Sebastián y a mis lectores”, el escritor mencionó Roskam y a los actores, en especial al malogrado James Gandolfini, que hizo su última aparición cinematográfica en esta cinta. “Él lograba que las palabras de cualquier guionista sonasen y brillasen como el oro”, decía el texto de Lehane, que provocó unos de los aplausos más emotivos de la velada.

El premio a la Mejor fotografía figuró entre los menos discutidos porque fue a parar a Álex Catalán, responsable de la fabulosa imagen de La isla mínima. “Sé que se ha premiado la atmósfera de la película y eso no es mérito slo de mi departamento, sino de todos”, aseguró, generoso.

PREMIO IRIZAR Negociador, el tercer largometraje de Borja Cobeaga, ganó el Premio Irizar al mejor estreno vasco de cualquier sección del certamen. “Es un puntazo ser de Donostia y recoger un premio aquí. Ha sido un año muy importante para el cine vasco, con películas de gran nivel”, dijo antes de citar a Jose Mari Goenaga y Garaño (Loreak), Pablo Malo (Lasa eta Zabala) y Roberto Castón (Los tontos y los estúpidos). También agradeció el esfuerzo a favor del diálogo del socialista Jesús Eguiguren, cuyas conversaciones con ETA inspiraron el guión de su último trabajo.

Otros galardones El premio Kutxa-Nuevos Directores fue a parar a Urok (The Lesson), coproducción entre Grecia y Bulgaria dirigida por Kristina Grozeva y Petar Valchanov. El jurado dijo estar “encantado” de que en la crisis actual, cuando “los bancos estrangulan a clientes de todo el mundo”, el dinero de una entidad bancaria (Kutxa) sea transferido “a una película que celebra el robo de un banco”. Modris, coproducida por Letonia, Grecia y Alemania, recibió una mención especial. También lo hicieron, en la sección Horizontes, Ciencias naturales, el filme franco-argentino de Mattías Lucchesi, y Gente de bien, coproducción franco-colombiana dirigida por Franco Lolli. El gran premio latino, sin embargo, se lo llevó Güeros, del mexicano Alonso Ruizpalacios, que también se llevó el de la Juventud. El del Público fue a parar a The Salt of the Eart (La sal de la tierra), de Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado, y el galardón de los espectadores al mejor filme europeo a la coproduccion hispano-argentina Relatos salvajes, de Damián Szifrón. Phoenix fue el Premio Fipresci.