Donostia - El caso de Carlos Vermut no deja de ser curioso. El presupuesto de su primera película fue de 25.000 euros. Diamond Flash no tuvo distribución comercial y se pudo ver solo a través de Internet y en programaciones de cineclub. Con su segundo trabajo, sin embargo, el madrileño ha dado el salto al festival más importante del Estado y en unas horas podría hacerse un hueco en el palmarés, ya que Magical Girl, protagonizada por Jose Sacristán, Bárbara Lennie y Luis Bermejo, fue muy bien recibida ayer, especialmente por parte de la crítica.
Con un particular tono tragicómico, el filme narra las vicisitudes de varios personajes cuyas vidas se cruzan en una negra trama de chantaje y violencia más sugerida que explícita. “Siempre que dudo entre mostrar y no mostrar, prefiero lo segundo”, aseguró en la rueda de prensa Vermut, que siempre confía en los actores y espectadores “para que completen la película desde su propia experiencia y manera de ser”. “Es más terrorífico lo que puedas imaginarte tú que si muestro lo que hay detrás de la puerta del lagarto negro”, señaló en alusión a una de las secuencias más perturbadoras.
Preguntado por la prensa, no tuvo problemas en reconocer entre sus referentes a Luis Buñuel -“me gusta muchísimo”-, Carlos Saura -“me vuelve loco”- o Pedro Almodóvar -“un maestro”-: “No me gusta tapar, hay que homenajear desde el amor al cine, que es lo que yo disfruto y celebro”.
También confesó su gustó por confundir al público enfrentándolo a “situaciones abominables” que terminan provocando risa. “No es algo que intelectualizo, lo hago porque me hace gracia y me gusta, igual que poner al espectador en situaciones de ambigüedad moral”, añadió el realizador, aficionado a combinar lo trágico con lo cómico porque “la realidad no distingue de géneros”.
Y sin embargo, en su película predomina el género negro, aunque según advirtió Vermut, no de una forma obvia “con callejones oscuros y vapor saliendo de las alcantarillas”. La negrura de Magical Girl nace de ubicar la acción en un lugar -Madrid- y un tiempo -la crisis- concretos. “Es el entorno que yo conozco y resulta más chocante”, dijo el cineasta, que ha incluido entre sus personajes un profesor afectado por los recortes en educación cuya hija está muriendo de leucemia.
El director se mostró afortunado por de contar con un actor como Sacristán, cuya imponente voz abre el filme. El veterano intérprete, que mañana cumple 77 años, dijo estar encantado del trabajo que últimamente ha realizado con jóvenes cineastas españoles. Además, se confesó “fan” de Magical Girl, una película sobre la que no puede dar “más información que la que aporta el director”, que oculta parte del pasado y las motivaciones de los personajes: “Es un ejemplo magnífico de cómo contar una historia. Te facilita que tú aportes desde tu propia capacidad de imaginar”.
Carlos Vermut dijo no ver claro que forme parte de una generación en la que podrían figurar “amigos” como Nacho Vigalondo, Jonás Trueba o Juan Cavestany. Según dijo, sus películas son diferentes, aunque todos se han visto “abocados por la crisis” a plantear sus trabajos de una determinada manera. Al fin y al cabo, “lo económico afecta a lo creativo”.