Donostia. Blancanieves, el cuento mudo, castizo y en blanco y negro del bilbaino Pablo Berger, arrasó ayer en la entrega de los premios Goya, alzándose con diez de las 18 estatuillas a las que optaba, entre ellas las de Mejor película, mejor actriz y mejor guión original. El realizador recibió el galardón y, al grito de "¡Viva el cine libre!", se lo dedicó a las 539 personas que trabajan en una película que concursó en el último Zinemaldia. La superproducción Lo imposible, de Juan Antonio Bayona, se llevó cinco premios de 14, el de Mejor director y cuatro de tipo técnico; Grupo 7 dos de interpretación -optaba a 16- y El artista y la modelo, de Fernando Trueba, ninguno de los 13 a los que era candidato.
A mediados de la semana pasada, el director de la Academia, Enrique González Macho, pidió que la gala no se convirtiera en otro No a la guerra como el de 2003, para que la política no terminara eclipsando al cine, pero la Asociación de Actores pidió a sus miembros aprovechar su presencia sobre el escenario para "reflexionar sobre la situación actual del colectivo". Finalmente, la ceremonia sirvió de altavoz a las reivindicaciones de un sector acuciado por los recortes de las ayudas públicas y la subida del IVA cultural. A pesar de ser el malo de la película, el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, no se escondió y acudió a la gala para sacar pecho por el récord de recaudación del cine español, atribuibles, como de costumbre, a un par de títulos, este año, sobre todo, a Lo imposible, de Juan Antonio Bayona, que solo en España ha ganado 42,5 millones de euros.
Los premios principales Por segundo año consecutivo, la actriz y humorista Eva Hache ejerció de maestra de ceremonias en una cita celebrada en el centro de Congresos Príncipe Felipe de Madrid y que se prolongó durante casi tres horas. El inicio fue uno de los habituales vídeos en los que la vitriólica presentadora se convirtió en alcaldesa del cine español al más puro estilo Bienvenido Mr. Marshall proponiendo un "plan de rescate" para el sector. En su discurso inaugural, repartió estopa a diestro y siniestro, principalmente a Wert ("¿Qué tal la familia, ministro? No es una amenaza", le dijo), aunque también hizo alusiones a Juan Carlos I, a su yerno Iñaki Urdangarin, a Bankia, los recortes en Sanidad y Educación o la amnistía fiscal del Gobierno del PP.
Habían pasado ya 20 minutos de gala cuando el malagueño Joaquín Núñez subió a recoger el premio al Mejor actor revelación por su papel de policía bigotudo en Grupo 7. Esta película también reconocería después como Mejor actor de reparto a Julián Villagrán, imponente como yonqui en la Sevilla recreada por el director Alberto Rodríguez.
Una emocionada Macarena García, que en el pasado Zinemaldia ya ganó la Concha de Plata por Blancanieves, recogió su premio a la Mejor actriz revelación de manos de un cañero Jose Corbacho, que atizó al ministro y a la realeza: "Este premio podría haber sido para Ana Mato o para las infantas". El filme también le valió el premio a la Mejor protagonista femenina a Maribel Verdú, madrastra malvada y muda que logró su segundo Goya con el primer papel de mala en 29 años de trayectoria.
El veterano José Sacristán, que jamás había estado nominado a los premios, consiguió al fin su galardón por el personaje de "tonadillero asesino" de El muerto y ser feliz, de Javier Rebollo. En medio de un gran aplauso recogió un premio que fue también un reconocimiento a una prolongada carrera: "Se ha hecho de rogar, Don Francisco, pero ha valido la pena esperar"
Candela Peña, que ya tenía dos goyas por Princesas y Te doy mis ojos, recogió el tercero, a la Mejor actriz de reparto, por su papel en Una pistola en cada mano, que solo concursaba en este apartado. La intérprete, que se impuso a la joven María León y a las veteranas Chus Lampreave y Ángela Molina, pronunció uno de los discursos más contundentes de la noche: "Hacía tres años que no trabajaba. En este tiempo he visto morir a mi padre en un hospital público en el que no había mantas ni agua para beber, se la teníamos que llevar nosotros. He tenido un niño al que no sé qué educación pública le espera y la gente se mata por no tener casa. Así que la alegría de esta noche no me la amarga nadie. Desde aquí os pido trabajo: tengo un niño que alimentar".
Las aventuras de Tadeo Jones arrebató a dos producciones vascas, El corazón del roble y The Wish Fish, el premio al Mejor largometraje de animación. Esta exitosa película de dibujos animados fue una de las grandes triunfadoras de la noche, pues también obtuvo el galardón al Mejor director novel para Enrique Gato y el de Mejor guión adaptado.
Hacia el final de la gala, cuando parecía que el tsunami Blancanieves iba a ser imparable, el premio al Mejor director fue para Juan Antonio Bayona por Lo imposible. El realizador, que ya venció en la categoría de Director novel, cedió la estatuilla a María Velón, la mujer que inspira el personaje de Naomi Watts.
OTRAS CATEGORÍAS Aparte de los premios de interpretación, Blancanieves acaparó también los de Mejor fotografía para el vizcaino Kiko de la Rica y Mejor banda sonora para Alfonso de Vilallonga, que le birló el premio al getxotarra Fernando Velázquez. Este cuento también se llevó las estatuillas a la Mejor dirección artística, Mejor maquillaje y peluquería, Mejor vestuario (recibido por Paco Delgado, que la próxima semana podría ganar el Oscar por su trabajo en Los miserables) y Mejor guión para Pablo Berger. "Me hace mucha ilusión porque antes que director soy cuentista", dijo el cineasta, que también se llevó el de Mejor canción: "Es surreal que un payo vasco haya escrito una bulería".
Lo imposible, que optaba a 14 goyas, tuvo que conformarse con el de Mejor director y con los premios técnicos: Montaje, Sonido, Dirección de Producción y, cómo no, Efectos especiales.
La mejor película europea fue Intocable, la película francesa de Olivier Nakache y Eric Toledano, que realizaron el estreno mundial en el Zinemaldia de 2011. Y el premio al Mejor filme iberoamericano fue para el cubana Juan de los Muertos, de Alejandro Brugués, que ese mismo año clausuró la Semana de Terror de Donostia. Por su parte, el mejor documental, Hijos de las nubes, la última colonia, sobre el drama del pueblo saharaui, estuvo en el Festival de Cine y Derechos Humanos de la capital guipuzcoana.
En el apartado de mejor cortometraje de animación, se impuso Jaime Maestro con El vendedor de humo. El mejor corto documental fue A story for the Modlins, de Sergio Oksman, y el mejor corto de ficción, Aquel no era yo, en el que Esteban Crespo García denuncia el drama de los niños soldado.
Durante la ceremonia también recibió -de manos de su sobrina Manuela- el Goya de Honor a la actriz Concha Velasco, que pronunció un monólogo cómico y asistió a un número musical que le dedicaron Eva Hache y varios actores.