Donostia. "Juventud, divino tesoro, / ¡ya te vas para no volver! / Cuando quiero llorar, no lloro... / y a veces lloro sin querer....". Así empieza Canción de otoño en primavera, el nostálgico poema de Rubén Darío. Ese tesoro es el que les sobra a los seis compositores que estrenarán su obra en el programa de música contemporánea de Musikaste de esta tarde.
Íñigo Bregel, Paula Álvarez, Carlos Trujillo, Miguel Matamoro, Rubén Cid e Ignacio Ferrando son los músicos que han escrito las piezas que se interpretarán hoy en el centro cultural Villa de Errenteria a las 20.00 horas. Todos son alumnos de composición de Musikene, salvo Trujillo, que acabó el curso el año pasado y ahora se encuentra en Colombia, su país natal.
Programa La cita empezará con la obra Tried connection de Bregel (Santander, 1990). Esta pieza tiene como punto fundamental las cuerdas, que "son las que unen toda la obra", explica el compositor. Soledad, de Álvarez (Segovia, 1987), es una pieza para solista y ensemble. "Habla de la distinción entre individuo y conjunto", indica su autora. Se trata de una reflexión sobre "cómo una persona puede hacerse oír sin imponerse y cambiar la mecánica de la sociedad".
El compositor colombiano ofrecerá la pieza No busques en el fondo, el reflejo del agua, una pieza para flauta en sol. "Este instrumento me encanta y quise empezar descubrirlo", afirma Trujillo (Bogotá, 1982). El interés por la flauta se mezcló con la "reflexión personal que da el título a la pieza". La siguiente creación será el trío de Matamoro (Vigo, 1991). "Eixésese III nace de mi admiración por el mar y de la idea de la inmersión en lo profundo, una reflexión a mi análisis subjetivo de lo que es la música y el sonido", apunta el vigués.
Cid (Segovia, 1987) presenta en Stella su punto de vista sobre una pieza del compositor renacentista Jacob Obrecht. "Es una visión personal de una obra preescrita, y a veces sale una obra propia o a veces queda más sumergida por otros materiales". El Ritual de Ferrando (Valencia, 1982) cerrará el concierto. En ella, el compositor ha querido retratar el concepto de ritual en dos aspectos. "Por una parte lo que sería en la orquesta", explica, "cómo entendemos el concepto de la afinación, aunque en este caso la plantilla será más reducida y no se trata de una orquesta. Y luego para entenderlo de una manera más cotidiana, con una rítmica más marcada".
El Ensemble Kuraia, dirigido por Andrea Cazzaniga, actuará como intérprete de las piezas de los jóvenes compositores. Se trata de una agrupación bilbaina que adopta una formación variable según las obras que vayan a tocar y que está especializada en la difusión de composiciones actuales.
Aunque no es la primera obra que van a estrenar, los jóvenes compositores se muestran muy ilusionados ante la oportunidad que les ha brindado el festival. Los estudiantes dicen que una de las virtudes de su trabajo es que está en continua evolución. "Al estar en un proceso de formación en el que casi todas las semanas descubres algo nuevo, la obra está muy orientada por cuáles son tus inquietudes y descubrimientos de ese momento", asegura Ferrando.
Cuatro de los alumnos de Musikene cursan tercero de Composición y uno, Rubén Cid, quinto, el último curso, pero ya están todos con un ojo puesto en su futuro profesional:
-"Vivir de la composición hoy en día lo veo algo utópico" -se lamenta Cid.
-"La mayoría de los músicos dan clases a lo largo de su vida" -indica Álvarez, que también ha estudiado Magisterio Musical.
-"En principio, uno tiene que pluriemplearse como músico" -asegura el estudiante valenciano.
Otra de las quejas de estos jóvenes es la poca atención que se da a la música actual en las salas de conciertos. "Hay bastante movimiento reaccionario y de rechazo a lo nuevo en los círculos de programación", denuncia Matamoro, quien también destaca la paradoja de que "llevamos cien años de lo que se considera música contemporánea, no tonal, y muchos de los compositores considerados contemporáneos están muertos". Y, aunque sigue existiendo la distinción entre música culta y popular que había en el pasado, Bregel comenta que "ahora el que quiera puede ir a un concierto, lo que pasa es que no se quiere o no se conoce".
Para conocer, pues, lo más novedoso y las composiciones que se cuecen en los fogones del Centro Superior de Música del País Vasco no habrá nada más fácil que acercarse al concierto de esta tarde y comprobar la creatividad de los maestros del futuro.