EL cineasta zumaiarra Alberto J. Gorritiberea reclama con su drama rural Arriya (La piedra) el derecho de los realizadores a llegar al espectador a través de la poesía audiovisual. "El filme tiene la capacidad de sugerir, en un momento crítico para la sugerencia cinematográfica", explicó ayer el director en una rueda de prensa que se celebró en Madrid y en la que estuvieron también los protagonistas de la película. "Creo que a veces obviamos las libertades sugerentes del cine, pero, con un trabajo arduo, podemos llegar al espectador", manifestó Gorritiberea, convencido de que Arriya puede ser "entretenida para un público muy general y, a la vez, capaz de sugerir para quien quiera disfrutar de otra cosa, de poesía audiovisual".

El director, autor de un solo documental, Flysh, el susurro de las rocas, curiosamente también sobre piedras, comentó que se ve "muy distante" del cine que actualmente hacen otros directores vascos. Producida por Alokatu con la participación de EITB, Arriya, que el martes se mostro en Barcelona, ayer en Madrid y hoy se proyectará a la prensa de Donostia, se estrena mañana en cines de todo el Estado.

La cinta cuenta una historia que trasciende lo vasco. Amor, odio, tradiciones, rencor, familia, un río, un molino y naturaleza a raudales se mezclan en un drama rural en el que sus personajes habitan un pueblo de Euskal Herria sin identificar -aunque se reconoce la plaza de Zestoa, "toda piedra", precisa el director- en un momento atemporal de mediados del siglo XX.

Metáforas con las que se expresan actor y directores, pero la piedra que arrastran mula y caballo es tan real como que la sacaron del Camino de Santiago gracias al padre del director, que sabía de la existencia de este trozo de roca extraído del mar, en Zumaia, su pueblo natal.

El actor Iban Gárate también indicó que, mientras los personajes de María y Jone son la acción, Peru, el suyo, no actúa, se deja llevar, y eso ha sido precisamente lo que más le ha costado del personaje. El actor azkoitiarra confiesa que tenía "cierta incertidumbre sobre cómo se vería fuera de Euskadi una película cuyo tema es universal pero tiene unos tintes localistas que la salpican".