Donostia. Ha invertido 30 años y una veintena de películas en documentar la lucha por la igualdad de varias mujeres en distintos rincones del mundo. Sus retratos de heroínas fuertes y luchadoras han convertido a la británica Kim Longinotto en una de las realizadoras más reputadas del último cine documental . Por ello, el Festival de Cine y Derechos Humanos le entregará hoy el premio especial que en ediciones anteriores recayó en José Luis Borau, Pilar Bardem, Elías Querejeta y Goran Paskaljevic.
En una rueda de prensa ofrecida ayer a mediodía, el concejal donostiarra de Cultura, Denis Itxaso, le hizo entrega simbólica del galardón, consistente en una reproducción en miniatura del monolito en recuerdo de las víctimas del terrorismo que está ubicado frente al Ayuntamiento. "Es un bonito souvenir de San Sebastián", bromeó la galardonada, que prometió guardar "con mucho cariño" el premio. "Pertenece también a todos los personajes que aparecen en mis películas, a todos esos héroes y rebeldes cuyas vidas documento. Porque yo no arriesgo nada, sólo me limito a colocar la cámara y mostrar sus testimonios. Son ellos y ellas quienes arriesgan", declaró.
Su filmografía aborda temas como los derechos de la infancia, las dificultades que encuentran las mujeres para divorciarse en Irán o la mutilación genital femenina en Kenia. En apenas tres semanas viajará a Pakistán para rodar un nuevo filme sobre la situación de la mujer allí. Porque aunque ella dice no ser "suficientemente valiente", buena parte de sus largometrajes los protagonizan féminas combativas, "capaces de querer cambiar las cosas". "Admiro a esas personas rebeldes y me gusta seguirlas", aseguró.
Asimismo, subrayó su gusto por "contar historias en primera persona". "Para abordar la mutilación genital femenina es más interesante escuchar a una mujer que la ha sufrido que a un médico vestido con bata blanca que habla sobre el tema en su despacho", afirmó. También defendió que sea el espectador quien saque sus propias conclusiones tras visionar sus documentales. "Quiero contar experiencias, no dar una charla o una conferencia", añadió.
'Pink Saris' Longinotto presidirá hoy la proyección, fuera de concurso, de su último filme Pink Saris (2010), centrado en la figura de Sampat Pal, habitante de la región de Uttar Pradesh, en el norte de la India, que fue obligada a casarse cuando solo era una niña de doce años y sufrió maltrato por parte de su familia política. Convertida en activista, creó el Gulabi Gang, un grupo de mujeres vestidas de rosa a las que ayuda a salir de situaciones como las que ella vivió en su juventud.
Aunque Sampat Pal no sea capaz de cambiar la vida de esas niñas, se atreve a hablar de temas que hasta hace poco eran tabú en el país, como la violencia de género o el maltrato infantil, y contribuye así a "cambiar la mentalidad de la gente" y a "despertar un poco las conciencias. "Su fuerza es que no tiene miedo a enfrentarse a nadie, ni siquiera a las autoridades", aseveró.
El personaje, eso sí, aparece retratado en sus propias "contradicciones". Por un lado, "dice que no cree en Dios" y, por otro, se erige en una especie de "mesías" que cada vez obtiene un eco mayor en los medios de comunicación. "Hemos intentado también reflejar su lado oscuro porque Sampat es una mujer herida que guarda mucha ira y resentimiento".