Barcelona. El escritor barcelonés Eduardo Mendoza resultó ayer ganador del LIX Premio Planeta, dotado con 601.000 euros con la obra Riña de gatos; Madrid 1936. La finalista fue la valenciana Carmen Amoraga. Los dos autores se presentaron al premio bajo pseudónimo. Mendoza se presentó como Ricardo Merina y bautizó a su novela como La muerte de Acteón. El punto de partida de la novela es la llegada a la España de la primavera de 1936 de un joven inglés, especialista en pintura española, reclamado para tasar un posible cuadro desconocido de Velázquez.
En la misma velada literaria en la que se otorgó el primer premio, el jurado, integrado por Alberto Blecua, Ángeles Caso, Juan Eslava Galán, Pere Gimferrer, Carmen Posadas, Rosa Regàs y Carlos Pujol selecciono como finalista la novela El tiempo mientras tanto, de la periodista y escritora valenciana Carmen Amoraga, que usó el pseudónimo de Lord Jim, y presentó su libro como La primera vez no te conocí.
El fallo del jurado se dio a conocer anoche en el transcurso de una cena literaria en el Palau de Congresos de Catalunya, que ha estuvo presidida por el presidente de la Generalitat, José Montilla, y la ministra de Cultura, Ángeles González Sinde. En la presente edición, se habían presentado al premio 509 novelas, de las cuales la mitad procedían de España, y una cuarta parte de Latinoamérica.
El escritor Eduardo Mendoza (Barcelona, 1943) se licenció en derecho en Barcelona y tras viajar un tiempo por Europa, en 1973 se instaló en Nueva York para trabajar como traductor en la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Dos años después apareció su primera novela, La verdad sobre el caso Savolta. Fue la novela que lo lanzó a la fama. Después de la muerte de Franco, en 1976, recibió el Premio de la Crítica. Los últimos trabajos de Mendoza han sido El asombroso viaje de Pomponio Flato (2008) y el libro de relatos Tres vidas de santos (2009).
Por su parte, Carmen Amoraga (Picanya, 1969) es periodista y escritora. Su carrera empezó con el empujón que supuso ganar el premio Ateneo Joven de 1997 con la novela Para que nada se pierda. Diez años más tarde de su debut, quedó finalista de otro prestigioso premio, el LXIII Nadal, con la novela Algo tan parecido al amor.