SI a alguien se le ocurre buscar en el diccionario el significado de la palabra abierto, se encontrará con al menos tres definiciones: 1. No cerrado, no cercado; 2. Sincero, franco, espontáneo; 3. Tolerante, comprensivo. Todas esas acepciones servirían para definir los dos nuevos núcleos artísticos nacidos recientemente en Donostia, las galerías Pedro Usabiaga -del propio fotógrafo- y Ocarizarte -del pintor Michel Ramos Ocariz-.
Si bien es bastante habitual escuchar que son malos tiempos para el arte, ambos autores se han rebelado contra los negros nubarrones de la coyuntura económica para arrojar un poco más de luz al panorama creativo donostiarra.
El fotógrafo inauguró el pasado mes su propio txoko en el paseo de Colón, una referencia cultural que venían solicitando quienes echaban de menos un lugar donde poder acercarse con más asiduidad a la obra del autor donostiarra y, cómo no, disfrutar de ella. Usabiaga, tal y como relata unas líneas más abajo, ha querido compaginar la faceta expositiva con la creativa, ya que galería y estudio están situados puerta con puerta en un mismo lugar. Su ilusión -y ambición- es, además, abrir las puertas del recinto a otros fotógrafos, a pintores y a diseñadores.
Ese mismo objetivo tiene el artista pictórico Michel Ramos Ocariz, que ha conjugado el binomio galería-estudio con una faceta normativa. Porque en el recién abierto espacio Ocarizarte, en la animada calle 31 de agosto, también tendrán cabida quienes quieran aprender a expresarse a través de la pintura.
Ambos artistas explican en este reportaje el porqué de su arrojo a la hora de embarcarse en sus respectivos proyectos. Describen las ilusiones, los retos y los deseos que se concentran en sus galerías. Y explican por qué los han abierto.