El archivo del Zinemaldia, ante todo, es algo “vivo”. Así lo defiende su responsable, Irati Crespo, que ha puesto un ejemplo de rabiosa actualidad este mismo miércoles, en la visita guiada de la prensa a las instalaciones de la Filmoteca Vasca, que se encuentran en la planta baja de Tabakalera y donde se conservan los fondos de este certamen internacional de categoría A. Hace apenas 48 horas, en una de las 900 cajas de fondos con más de 10.000 documentos que guarda el Festival Internacional de Cine de Donostia, encontraron la partitura de la sintonía con la que se inauguró la primera edición, la de 1953, cuando el Zinemaldia aún se llamaba Semana Internacional de Cine de San Sebastián. “Se nos ocurren muchos proyectos de investigación, como reinterpretar la partitura, ponerla a disposición de un posible conservatorio...”, ha deslizado la investigadora.

No es la única joya que ha enseñado Crespo. De otra caja, traída de Alemania como todas y construida con un material específico que ayuda a ralentizar la degradación del papel, ha sacado una carta manuscrita de Luis Buñuel, escrita en 1960 –aunque se encontraba exiliado, en ese momento se hallaba en el Estado visitando a su madre enferma– y en la que el de Calanda declinaba participar en la edición de aquel año, ante una invitación algo “vanguardista” del Festival. En este incunable, Buñuel se excusó diciendo que se encontraba con la producción de una película que le impedía participar en el Zinemaldia. Crespo ha aclarado que, aunque no lo cita de forma expresa, el cineasta se refería a la película Viridiana. “Aparecer en Donostia, con toda la implicación política que tenía eso, podía haber entorpecido el proceso de creación de Viridiana, que acabó siendo una producción española, en un momento en el que no podía rodar en el Estado”, ha explicado la experta.

Luis Buñuel y Carlos Saura, en el Zinemaldia de 1977. Iker Azurmendi

De hecho, el aragonés no llegó a pisar la alfombra roja del Zinemaldia hasta 1977, cuando el certamen dejó de ser “teledirigido” desde las estructuras franquistas de Madrid y pasó a una dirección colegiada liderada por Luis Gasca y en la que participaron, entre otros, Néstor Basterretxea y Rafael Ruiz Balerdi.

Un tesoro documental más, algo anterior en su datación, también ha sido revelado: una serie de telegramas redactados por la dirección del Festival en agosto y septiembre de 1975, pocos meses antes del fallecimiento de Francisco Franco, en contra de los juicios sumarísimos que acabaron con la vida, entre otros, de los que fueran miembros de ETA Txiki y Otaegi.

La responsable del proyecto Artxiboa ha liderado la visita a las instalaciones, acompañada por el director del certamen, José Luis Rebordinos, y el responsable de Apuestas y Loterías del Estado, Jesús Huerta, institución sin ánimo de lucro que financió la modernización y catalogación de este fondo entre 2019 y 2022.

Fotografías y carteles

Además del Archivo General, que incluye documentación como misivas, actas o informes, el Zinemaldia también conserva un clipping de prensa en papel con todas las noticias en las que se diera cuenta del Festival en cualquier idioma desde 1953 hasta 2008, cuando se apostó por la digitalización, y con un fondo fotográfico de unas 55.000 imágenes, la mayoría de ellas en positivo. 500 de ellas pueden consultarse digitalmente en la web de Artxiboa y 20.000 cuentan ya con una ficha descriptiva.

En este sentido, Crespo ha sacado de sus carpetas una imagen de 1977, año en el que, por fin, Buñuel visitó el Zinemaldia y en la que se le concedió una Concha de Oro honorífica. En dicha instantánea, el realizador aragonés comparte una charla con el también director Carlos Saura. Asimismo, la archivista ha enseñado una foto de la soviética Yuliya Solntseva, la primera mujer en competir en la Sección Oficial –lo hizo con la película El Desna encantado en 1965–.

En otra estancia de las instalaciones de la Filmoteca Vasca se guardan los carteles del Festival. La colección no está completa. Sí a partir de 1970, pero los diseños anteriores se resisten a aparecer. Por ejemplo, el certamen acaba de adquirir en Londres un original de la edición de 1959. Crespo hace un llamamiento para que quien tenga acceso o conocimiento sobre dónde pueden estar los afiches faltantes se ponga en contacto con la organización.

Cartel diseñado por Iván Zulueta para la edición de 1978. Iker Azurmendi

Y es que los carteles también cuentan una historia. Como el de ese año clave y punto de inflexión que fue 1977, una edición en la que la creación de la imagen principal corrió a cargo, por primera vez, de un artista: Ruiz Balerdi. Al año siguiente, en cambio, la responsabilidad cayó sobre Iván Zulueta –su padre, Antonio de Zulueta y Besson, dirigió el Festival entre 1957 y 1960, año en el que tuvo que dimitir a raíz de las declaraciones contra la censura y el régimen que se vertieron en las primeras Jornadas Internacionales de Escuelas de Cine–, que creó una imagen que incluyó, por vez primera, texto en euskera.

Para concluir la visita, Crespo ha desvelado un último cartel, también de 1978. Se trata de la imagen que acompañó al primer ciclo de cine realizado por mujeres, que organizó el movimiento feminista de la época. El origen del póster, precisamente, pertenece a una militante que lo ha cedido para su conservación en estas instalaciones.

Más que cine

Su responsable ha defendido la importancia del archivo del Zinemaldia, más allá del contexto cinematográfico, como unos fondos que pueden aportar a la “historia con hache mayúscula” de la segunda mitad del siglo XX. Conseguir un archivo “ideal”, no obstante, es algo “utópico”. Aun así, es trabajo de los archivistas como Crespo dilatar en el tiempo la degradación de los materiales: “La historia de los festivales nos ha demostrado que encontrar un archivo casi intacto es casi un milagro”. Incluso certámenes como el de Berlín que, desde sus orígenes, han dado mucha importancia a la conservación, han sufrido contingencias imprevistas que han llevado a la pérdida de parte de sus fondos. Es lo que le ocurrió, ha recordado Crespo, en 1990, cuando un incendio arrasó con todos los documentos referentes a la sección Forum de la Berlinale.

En el caso del Festival, Crespo ha puesto en valor el trabajo de todas sus antecesoras que, durante 70 años de Festival, tuvieron la intuición de conservar todo para que en un futuro, cuando se diesen las condiciones óptimas –es decir, ahora–, fuese catalogado y conservado como es debido, para su estudio y su difusión.