Afrontar los desafíos médicos que plantea la imposibilidad de lograr un embarazo y tratar determinadas enfermedades ginecológicas como el cáncer es el objetivo de un nuevo grupo de investigación que desde San Sebastián se dedicará al desarrollo de microrrobots y nanodispositivos biomédicos.

El centro de investigación CIC nanoGUNE ha impulsado el nuevo grupo, que estará liderado por la investigadora Ikerbasque Mariana Medina Sánchez con la misión de mejorar las técnicas de reproducción asistida y el tratamiento de enfermedades ginecológicas. No obstante, su trabajo tendrá un impacto más amplio ya que aspira a aportar soluciones a una gran variedad de retos médicos, ha informado el centro de investigación donostiarra en un comunicado.

Una dilatada carrera

Mariana Medina Sánchez es una destacada ingeniera mecatrónica colombiana. Tras obtener su doctorado en el Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología (ICN2) en Barcelona, se incorporó al Instituto Leibniz de Dresden (IFW Leibniz), en Alemania, y ha centrado su carrera en el desarrollo de microrrobots médicos para la reproducción asistida y liberación localizada de terapias para el tratamiento del cáncer ginecológico.

A principios de 2024, Medina Sánchez se incorporó a nanoGUNE como investigadora Ikerbasque, donde actualmente está formando su nuevo grupo de investigación y poniendo en marcha un nuevo laboratorio para dar continuidad a su carrera investigadora. El CIC nanoGUNE ha puesto de relieve el desafío médico que plantea la imposibilidad de lograr un embarazo ya que se calcula que una de cada seis parejas sufre de infertilidad en el mundo.

La fertilización in vitro representa una buena alternativa de reproducción asistida, aunque todavía las tasas de transferencia de embriones son bajas, puesto que solamente una tercera parte de las mujeres llega a un embarazo clínico. Por ello, "investigar un método para transportar y liberar gametos o embriones de alta calidad en las trompas de Falopio puede ser esencial", destaca Medina Sánchez.

El plan

El grupo que ella lidera desarrollará microrrobots multifuncionales para la transferencia no invasiva de espermatozoides o embriones, así como herramientas de imagen in vivo para guiar a estos microrrobots en organismos vivos usando campos magnéticos o por ultrasonido de forma remota. De hecho, uno de los últimos trabajos de Medina Sánchez aspira a revolucionar la atención sanitaria con el desarrollo de microrrobots biocompatibles y biodegradables diseñados para ayudar en el transporte y liberación de terapias localizadas.

Estos microrrobots son blandos, biodegradables y están cargados con medicamentos en forma de cápsulas diminutas (de entre 20 y 120 micrómetros de diámetro). Tienen la capacidad de moverse de forma autónoma gracias a un control magnético, funcionando durante más de 10 horas. Además, incluyen nanorreactores enzimáticos que permiten su autodestrucción programada y agentes que facilitan su seguimiento en tiempo real mediante ultrasonidos y técnicas fotoacústicas.

Esta tecnología pone de relieve el potencial de una nueva generación de portadores de fármacos controlables para terapias precisas y menos invasivas, ha precisado la investigadora.