Aunque diga que no se ha sentido como un rara avis, su trayectoria ciclista no ha seguido los cánones establecidos ya que tuvo su primer contacto con una bicicleta a los 21 años. El corredor gasteiztarra se saltó las etapas de escuelas, cadetes y júnior e irrumpió con fuerza casi por casualidad en la categoría élite sub’23. A los 21 años, mientras trabajaba en una tienda de deportes, comenzó a montar en bicicleta con regularidad. Al principio, era tan solo una hora diaria. Su vía de escape y una manera de soltar adrenalina como ha contado el propio corredor vitoriano en más de una ocasión. Sin embargo, eso que comenzó como un juego derivó en algo más tras ser capaz de seguir la estela de la grupeta de Joseba Beloki, con su chándal y una vieja bicicleta. Viendo su excelente nivel sus compañeros de entrenamiento le animaron a que buscara equipo en el que mostrar su calidad. Así fue como, entre viajes a Grecia, Polonia o Portugal para encontrarlo, y a Taiwán, Malasia o China para competir, fue forjando una dilatada carrera a la que acaba de poner fin. Tras llegar a un acuerdo con Euskaltel-Euskadi, dice adiós.
¿Cómo se siente una vez que ya ha anunciado su retirada? ¿Ha sido una liberación?
– Sí. La verdad que sí. Tenía muchas ganas desde hace tiempo y la verdad es que me siento muy liberado y muy contento.
¿Ganas por qué? ¿Quizá por qué veía que el cuerpo no daba?
–No, la verdad es que físicamente no ha sido un impedimento, pero bueno, pues con los años te vas metiendo en más líos y ya no podía prestar al ciclismo la atención que requiere. No podía estar 100% centrado, y bueno, pues al final vas dando más importancia a lo otro y te desvinculas.
Su decisión ha podido sorprender a algunos, ya que teniendo contrato ha renunciado al mismo. ¿Cómo lo ve?
–Bueno, no es la primera vez que lo hago, y yo sobre todo siempre he defendido que todo lo que hago en mi carrera es por pasión y si veo que algo no me está dando la satisfacción que necesito, corto de raíz, porque para mí lo primero soy yo.
¿Qué balance hace de estas 15 temporadas como profesional?
–Para mí impresionante. Empecé en equipos modestos, mi sueño era estar en un equipo World Tour, que lo veía como algo inalcanzable y me he mantenido ahí unos años. Luego físicamente también satisfecho, pues estoy súper contento con lo que he hecho a nivel de rendimiento y sobre todo, te voy a decir, siempre he pensado en mi jubilación, en mi retirada, en estar sano y es por lo que he luchado. He luchado por intentar tener las menos caídas posibles, salir de aquí en buenas condiciones y es lo que he conseguido.
La suya es una historia curiosa, ya que fue un ciclista tardío y no empezó a andar en bicicleta hasta los 21 años. ¿Se ha sentido un ‘rara avis’ en el pelotón?
–No, la verdad que me adapté muy rápido. Los tres años que hice en amateur me vinieron muy bien y sí que es verdad que hay muchas cosas que igual te faltan, ¿no? Hay muchas nociones que los demás tienen desde los ocho años, pero la verdad que no me he sentido raro ya que me he adapté muy bien.
Pese a comenzar tarde, al menos ha podido alargar su carrera hasta los 38 años. ¿Cómo se lleva eso de ser de los más veteranos en carrera?
–Me retiro camino a los 39 y hasta el año pasado no he sido consciente de la edad. Yo me sentía súper joven, nunca he tenido dolores, nunca he notado que mi cuerpo no rendía y hasta el último año no he notado nada. El hecho de ser de los más veteranos te da una experiencia, el ir en el pelotón y que todo el mundo te conozca, que conozcas a todos los auxiliares... pues la verdad es que todo eso para mí es una satisfacción.
De su etapa como ciclista profesional, ¿cuál es el recuerdo que guarda con más cariño?
–Yo creo que ganar la Vuelta a Austria. Ganar la Vuelta a Austria delante de mi familia y de mi gente, para mí fue... buff. Hacerlo en un equipo austriaco además. Yo creo que eso fue el punto de inflexión. Fue el momento en el que de repente los equipos grandes se empezaban a interesar por mí y la gente se fijó un poco más en mí.
¿Y el más duro?
–Creo que una Vuelta a España que me tuve que retirar por una caída cuando iba el once o el doce en la general. Ese me dolió mucho y recuerdo al regresar a a casa, ver en los bares la Vuelta a España y echarme a llorar.
En estas 15 campañas en la elite ha formado parte de equipos continentales como el Caja Rural, SP Tableware, Efapel-Glassdrive y Vorarlberg, llegó a enlazar cuatro temporadas en el World Tour con Movistar y el CCC, para pasar después al equipo francés Total Energies antes de terminar su carrera en el Euskaltel. ¿Una experiencia de lo más completa?
–Sí, he pisado casi todos los países, casi todas las categorías. Y bueno, te das cuenta que cuando pasas de un equipo pequeño a un equipo grande es muy fácil. Y es verdad que ahora mismo pasar de un TotalEnergies, que es prácticamente un World Tour, a un Euskaltel me ha costado. Cuando bajas un poquito se nota.
Ha podido vivir desde dentro, las dos realidades del ciclismo. ¿Cómo ve estos dos mundos?
–Bueno, creo que antes no se notaba tanto pero ahora hay demasiada diferencia. Ahora los equipos World Tour son muy grandes. Estás en un equipo pequeño y a nivel de material hay mucha diferencia, a nivel de… Son muchas cosas. Ahora mismo para poder rendir necesitas estar en un equipo grande. Hay demasiada diferencia. Más que antes.
Además, durante su carrera ha podido también disfrutar de correr las tres grandes. ¿Satisfecho con la trayectoria que ha tenido?
–Sí. Además creo que a mí me ha venido regalado porque no es un sueño que hubiese tenido desde los diez años. He corrido carreras que ni había visto en la tele de niño y me he dado cuenta cuando he estado en el Tour de Francia de la dimensión que tienen y lo grandes que son. Para mí no era un sueño correr el Tour y de repente te ves allí y dices hostia, lo que hay aquí liado. Y es cuando pude vivirlo cuando me di cuenta de que estaba en la mejor carrera del mundo. Hasta que no estaba allí no he sido realista y no he podido valorar lo que he estado viviendo.
¿Se queda con alguna espinita clavada?
–No, la verdad que no. Es lo que te decía. Mi único objetivo ha sido ser feliz durante toda mi carrera y lo he conseguido.
Durante buena parte de su carrera ha hecho un trabajo que a veces es poco vistoso, no desagradecido porque los líderes del pelotón lo agradecen, pero ¿qué tal se lleva eso de ser gregario durante muchas carreras y tener pocas oportunidades para brillar?
– Bueno, tiene su parte buena y su parte mala. Por un lado, hay días que te encuentras muy bien y sabes que podrías haber estado disputando y ahí te frustra un poco porque tú entrenas para ganar. Luego es verdad que cuando trabajas bien, duermes tranquilo. Sabes que tú vas a hacer tu trabajo y que no te van a echar la bronca por no ganar. Esa presión es menor y eso es positivo, pero bueno, sí que es verdad que te corta un poco las alas.